Los metrodelegados del subte iniciaron una medida de fuerza que afecta el servicio de la línea C. Además, impiden que personal jerárquico garantice el funcionamiento del ramal que une las cabeceras de Retiro y Constitución y que es utilizado solamente por trabajadores esenciales que cuentan con permiso de circulación.
En el medio del conflicto, se viralizó un video en donde se puede ver cómo un coordinador de Relaciones Laborales de la empresa Metrovías, en compañía de un escribano, intimó el desalojo de la cabina de una formación al delegado Sebastián Moriñigo, quien se negó a la reanudación del servicio.
“Tenemos a la pareja de compañeros para que brinden el servicio. No nos negamos a trabajar. ¿No sé por qué no están llamando a los compañeros para que las formaciones salgan a trabajar?”, argumentó en su defensa. El delegado gremial le preguntó “¿con qué diagrama van a trabajar?” y el coordinador le respondió “Con el nuevo diagrama que publicó la empresa”. “Nosotros rechazamos el nuevo diagrama -afirmó Moriñigo-. Seguimos viniendo con el anterior. Tenemos a los compañeros dispuestos. No entiendo por qué no nos llaman para brindar servicio”.
El líder sindical Eduardo “Beto” Pianelli reconoció que iniciaron una protesta porque Metrovías promovió un cambio en el esquema laboral. Para entender la raíz del conflicto hay que retrotraerse al inicio de las operaciones del subte en medio de la cuarentena, cuando se dispuso por protocolo una menor carga horaria para que los trabajadores tuvieran el menor contacto directo posible en las salas de descanso y lugares comunes.
Antes de la pandemia, el turno de trabajo era de 6 horas, todos los días. Durante la cuarentena, se redujo a sólo 3, día por medio. A partir de hoy, Metrovías y el gobierno porteño decidieron aumentar la carga a cuatro horas, día por medio. Es decir, un día deben presentarse a prestar tareas y al siguiente no.
Los gremialistas conducidos por Pianelli se opusieron a la modificación. En forma paliativa, la compañía convocó al personal jerárquico para reanudar servicio cuanto antes, pero los representantes de los delegados ocuparon cabinas y no permitieron mover los vagones, de suma importancia para médicos, fuerzas de seguridad y otros trabajadores esenciales.
“Denunciamos la actitud irresponsable del Gobierno de la Ciudad, SBASE y Metrovías, intentando generar situaciones en el ámbito del subterráneo que aumentan la exposición y por lo tanto, el riesgo de los trabajadores de contraer COVID-19”, expuso en sus redes sociales la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro. Se quejaron además la falta de control policial en los accesos a las líneas de subte y premetro, que -argumentan- causa un aumento injustificado en la cantidad de pasajeros diarios.
“Metrovías quiere imponer un diagrama de servicios en la Línea C que, de aplicarse, atentaría contra la salud de guardas y conductores, quienes tendrían mayor exposición en espacios que no fueron adaptados aún a los requisitos de aislamiento social, a pesar de nuestros pedidos”, remarcaron.
Desde la empresa, informaron que el objetivo primario de la reducción de horas de la jornada laboral era preservar la salud de los empleados y que la medida se aplicó para ampliar la frecuencia del servicio de la Línea C.
Son tres los trabajadores de los subtes de la Ciudad de Buenos Aires que fallecieron por coronavirus: un conductor de la Línea C que se encontraba de licencia desde el 19 de marzo por tener diabetes, un operario de 51 años de la estación Congreso de Tucumán de la Línea D, y un guarda de la misma línea, 53 años. Estos últimos no tenían enfermedades preexistentes y estaban internados en la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Trinidad de Quilmes hace más de un mes. En relación a los empleados contagiados, rondan los 90.
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