El confinamiento provocado por la pandemia y la baja de actividad influyeron directamente en la cantidad de basura que se enterró en los rellenos sanitarios del Área Metropolitana de Buenos Aires. La caída es, en promedio, del 25 por ciento.
“Desde que comenzó la cuarentena en marzo hasta ahora, tuvimos una caída del 25% y se mantuvo todo este tiempo entre el 25 y 30 por ciento. En junio fue de un 28% y se debe a que hay menos actividad comercial en la ciudad de Buenos Aires. En cuanto al territorio bonaerense siempre estuvo por debajo del 12% desde el inicio”, detalló Leonardo Maceiras, gerente de operaciones de la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse).
La caída en la actividad comercial se registró tanto en el ámbito de la capital como del territorio bonaerense. Más allá de la caída en la generación, Maceiras destacó: “Nosotros seguimos trabajando a pleno todo el tiempo, tomando los recaudos de los protocolos. Recibimos en nuestros complejos de Ceamse el residuo de 52 municipios, más la Ciudad. Tenemos menos generación y distribución, pero el aparato sigue funcionando igual”.
Los protocolos mencionados por el representante de la compañía encargada de la gestión integral de los residuos sólidos urbanos del AMBA también fueron un tema profundizado durante la pandemia. Al respecto, se destacó que se debieron tomar más recaudos “más que nada en el compartir espacios”, ya que “el contacto directo con los residuos es mínimo”.
“En la Ciudad los residuos están en contenedores, y la descarga es mecánica. La gente sigue aislada. El maquinista, el playero… tratamos también de ubicar en los lugares comunes los nuevos protocolos, ahí intensificamos todo”, aclaró en declaraciones radiales.
En el caso de la ciudad de Buenos Aires también se estableció un protocolo para la recolección de los reciclables, que en el distrito está a cargo de 12 cooperativas de recuperadores urbanos. Aunque al principio de la pandemia se las incluyó entre las actividades esenciales, los protocolos cambiaron pocos días después.
En el Ministerio de Ambiente porteño indicaron que, por una cuestión de seguridad y por no poder seguir la trazabilidad de los residuos domiciliarios particulares, la recolección de reciclables por parte de las cooperativas -que agrupan unos 5.200 trabajadores- sólo se realiza en los centros de grandes generadores: supermercados, farmacias e industrias.
“Nosotros mantenemos los ingresos de los recuperadores formales y les aseguramos que realicen la actividad de manera segura en el contexto de esta pandemia”, indicaron a Infobae en la cartera ambiental.
El sistema de recolección de desechos reciclables se configuró con 442 grandes generadores. Los lunes y martes se realiza la recolección mecánica y disposición en centros verdes con un rotulado indicando la fecha. Y los viernes, luego de 72 horas de tener el material reposando, se realiza su procesamiento en cada cooperativa. El gobierno porteño puso a disposición de cada cooperativa una flota de camiones para esta operación. Una vez arribado a cada macrogenerador, con una pala mecánica se cargará el material. De esta forma, se evita el contacto humano entre el recuperador y los residuos. Luego, son trasladados a cada centro verde de las cooperativas.
En los centros verdes los operarios deben procesar el material sin tener contacto directo con los mismos. “Para ello, utilizando una pala mecánica, se colocará los residuos secos en la enfardadora. No habrá operación manual de residuos y tampoco se encenderá la cinta transportadora. La enfardadora procesa los residuos de manera automática y los deja listos para su posterior traslado”, se indica en el protocolo de trabajo que deben respetar los recolectores.
Sin embargo, las cooperativas están muy afectadas por la reducción de la actividad económica. Y han planteado a las autoridades la necesidad de volver a atender los domicilios y zonas que tienen asignadas. Cabe recordar que el gobierno les da una parte del salario a los cartoneros y el resto, lo complementan con el material que venden.
“Bajo diversas formas hemos realizado propuestas a la Dirección de Reciclado con el objetivo de plantear un reordenamiento de las tareas en todas las áreas de trabajo que permita cuidarnos, cuidar a nuestras familias y cuidar la población en la que trabajamos, entendiendo que la vuelta al sistema de reciclaje inclusivo de la CABA deberá ser progresivo y con importantes modificaciones. Durante estos meses, y con nuestros propios recursos, las cooperativas hemos adquirido termómetros infrarrojos, elementos de protección personal, desinfectantes para centros verdes”, indicaron en una carta firmada por el conjunto de las cooperativas y enviada al jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
La disminución de la actividad y la aparición de nuevos cartoneros informales pone en crisis el sistema. “Sin ningún plan de rehabilitación del servicio para el segundo semestre 2020 y con una crisis de financiamiento de enorme magnitud, concluimos en que la suspensión del servicio no obedece a motivos sanitarios y/o humanitario alguno, sino a la decisión política de vaciar y destruir el sistema público de reciclaje inclusivo de la CABA, poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo de recuperadores urbanos agrupados en cooperativas y de trabajadores del Estado. No podemos soslayar el impacto que esto viene teniendo en la industria recicladora (con significativo faltante de insumos) y en los niveles de enterramiento de material reciclable”, sostienen en la carta.
En el gobierno porteño indicaron que las cooperativas siguen en los planes de gestión de residuos hacia el futuro. De hecho está pendiente la nueva licitación para la recolección de residuos secos. Por ahora, el contrato con las cooperativas se ha ido renovando automáticamente. “Los cartoneros son parte del sistema de recuperación que queremos que sea cada vez más universal. En este contexto tenemos que priorizar la salud de las personas”, aseguraron en el gobierno.