El rubro de los organizadores de eventos sociales está parado desde el fin de semana del 14 de marzo. Sin percibir ingresos, solicita con urgencia una Ley de Emergencia para que los salve de lo que muchos creen que es un final anunciado: el cierre definitivo.
“Estoy luchando por nuestros quince años de trabajo”, le dice Paola a Infobae dueña junto a su marido de los dos salones de Piccolino Espacios, uno en Villa Urquiza y otro en Belgrano, que instalaron en 2007. “Vivimos exclusivamente de ellos. No quiero tirar a la basura todo nuestro trabajo”, agrega.
A modo de reclamo, dueños y empleados de los salones y multiespacios para eventos, realizarán un tuitazo a las 21 horas. El sector, que está compuesto mayoritariamente por pymes, lleva cinco meses paralizado con facturación nula. “No reclamamos un subsidio. Necesitamos que alguien nos escuche, no podemos seguir siendo invisibles”, explica Paola.
Paola que forma parte de la agrupación autoconvocada Salones Arg (Syma) detalla la compleja situación. “Presentamos protocolos y petitorios que siempre quedan en la nada. El 16 de marzo explotó una bomba nuclear, que fue la cuarentona obligatoria. Desde ese día dejamos de percibir ingresos pero seguimos acumulando deudas, pagando cargas impositivas tributarias, servicios a los empleados y postergando eventos. A nosotros nadie nos ayuda, no le pedimos plata al Estado sino un amparo”.
Antes de la pandemia trabajaba durante la semana con eventos infantiles y bodas civiles, y durante los fines de semana con grandes bodas y fiestas de quince. Cada salón tiene una capacidad para 100 personas, y por mes celebraban en promedio 30 recepciones. “Enero y febrero es temporada baja por lo cual esperábamos con ansia empezar a recaudar en marzo, aunque solo pudimos hacerlo durante un par de semanas”, explica.
Como mamá de dos adolescentes, Paola, dice estar de acuerdo con la restricción de organizar eventos sociales. “Soy consciente de que no se pueden festejar eventos, no enviaría a mis hijos a una fiesta, pero necesitamos poder transitar está situación”, detalla.
Su marido, que también forma parte del emprendimiento familiar, cuenta que desde marzo siguen pagando el 50% de los alquileres de los salones (100 mil pesos) y los tres empleados. “Hace meses que debo el colegio de los chicos, y no me falta para comer porque tenemos ahorros de toda una vida”, comenta.
El rubro trabaja con antelación de por lo menos dos meses, todos los eventos se reserva previamente. Las fiestas y celebraciones que tenían para 2020 fueron postergadas, y varios clientes reclaman la devolución del dinero. “No tenemos manera de devolverlos, si lo hago entramos en la quiebra automática, y ambas partes salen perdieron. No quiero perder 15 años de trabajo”, confiesa con angustia Paola.
Los dueños de ambos salones tampoco quieren seguir esperando los pagos a destiempo o al 50% de los alquileres. “Si la ley dice que no puedo echar a un empleado, también debería respaldarse y que no nos corran de los locales hasta que podamos reactivar la actividad”, argumenta la creadora de los multiespacios.
Rocío (33), fundadora de Star Fest Multieventos en San Miguel, provincia de Buenos Aires, invirtió los ahorros de toda su vida para poder abrir este multiespacio infantil. “Puse alrededor de un millón de pesos en armarlo, cuenta con un castillo del terror, infable, cancha de fútbol... Con todo listo lo lanzamos en noviembre, sabíamos que enero y febrero eran meses flojos y teníamos expectativas para marzo. Pero llegó la cuarentena y fue tremendo”, relata.
Desde hace cinco meses no tiene ingresos y las deudas se acumulan. Con dos hijas, de 2 y 7 años, tuvo que empezar a vender comida congelada para solventar estos meses de inactividad. “Es un rubro que le da trabajo a mucha más gente de la que se ve. Sabemos que no están dadas las condiciones para volver a trabajar, pero por lo menos reclamamos que durante este tiempo todo sea un poco más liviano”.
Multiespacio Korova, que funcionaba como centro cultural en Palermo, cansado de esperar prefirió de manera provisoria reconvertir su lugar. “Los primeros meses hice delivery de comida, y cerveza artesanal, no funcionó. Entonces, decidí reabrir el espacio como una barbería. Por ahora tengo pocos clientes, pero es mejor eso que nada hasta que pueda retomar mi actividad original”, le dice su dueño a Infobae.
Proyecto de Ley
Desde todas las cámaras del país, se está llamando a los diputados de cada provincia para obtener el apoyo.
Si se aprueba el proyecto del diputado misionero Diego Sartori del Frente de la Concordia Misionero, el cual es acompañado por los colegas legisladores provinciales Antonio Carambia, Luis Di Giacomo, Flavia Morales y Ricardo Wellbach, la norma implica un programa de asistencia crediticia para todo el sector. Pero uno de los puntos más relevantes es que establece una suspensión de las ejecuciones hasta el próximo 30 de diciembre para el caso de aquellas sociedades que hayan tomado deuda a finales de 2019 y principios de 2020 con el fin de actualizarse en su actividad.
En diálogo con Infobae, María José Oliva, presidenta de la Cámara de Salones de Fiesta de Córdoba, dijo que “todos nos reciben nos dan promesas que no se concretan. Si no conseguimos un avance vamos a organizar un marcha nacional al Congreso”.
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