Aumento de la violencia contra las mujeres, préstamos para comprar comida y otros datos del informe de UNICEF sobre la pobreza infantil en Argentina

Es la actualización del trabajo que llevó a cabo la organización en abril de este año y se hizo con las mismas familias que en esa oportunidad. La cantidad de niños y niñas pobres pasaría, así, de 7 millones en diciembre de 2019 a 8,3 millones a fin de 2020

(Esteban Widnicky UNICEF)

UNICEF Argentina actualizó hoy la estimación de la pobreza infantil en el país realizada hace 75 días. Los resultados de esta segunda encuesta nacional de impacto del COVID-19 en familias con niñas, niños y adolescentes alertan que, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, la cantidad de chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones. Significa un 62,9% del universo analizado, y se basa en datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y pronósticos del Producto Bruto Interno (PIB) que provienen del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El 24 de junio el FMI presentó las nuevas proyecciones por países. La reducción del PBI, señalan desde ese organismo, será del 9,9% en el período 2020-2021 en vez del 5,7% que se proyectaba en mayo. Y la recuperación para los dos próximos años será más lenta, del 3,9% en lugar del 4,4% previsto anteriormente. Por lo tanto, señala UNICEF, la actualización de las proyecciones muestra un incremento de casi 5 puntos respecto a los niveles de pobreza infantil estimados en mayo de 2020, que era del 58,6%. La pobreza extrema también muestra un aumento: entre 2019 y 2020 pasaría de 1,8 niños, niñas y adolescentes a 2,4 millones.

Estos datos fueron presentados en el día de hoy junto a los resultados de la “Segunda encuesta de percepción y actitudes de la población, impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes”. Esta nueva medición se hizo entre el 14 y el 26 de julio de 2020 de forma telefónica sobre una muestra de 2.525 hogares con representación nacional y regional, y estuvo a cargo de la empresa KNACK. El trabajo representa a 6.109.679 hogares en los que habita al menos un niño, niña o adolescente, y a un total de 26.414.148 personas, y se llevó a cabo con los mismos protagonistas que el relevamiento realizado en abril de este mismo año.

La misma concluye que pese a la apertura de las actividades por la flexibilización de la cuarentena, unos 2,6 millones de hogares tienen sus ingresos laborales reducidos. Eso abarca al 45% de los hogares encuestados; en abril, cuando se hizo el primer sondeo, afectaban al 60%.

En este contexto, la representante de UNICEF Argentina, Luisa Brumana, destacó que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) alcanza al 47% de los hogares, frente al 22% que lo recibía en abril. “Son 13 millones de personas que habitan en 2,8 millones de hogares donde al menos un miembro recibe el IFE”, señaló. Y abogó por la continuidad de los programas de protección social: “son claves para evitar que más hogares caigan en la pobreza extrema. Deben redoblarse los esfuerzos para que ninguna familia en condiciones de vulnerabilidad se quede por fuera de estos beneficios”.

La disminución de los ingresos impactó, sobre todo, en el consumo de alimentos. Hubo un significativo aumento de los los programas alimentarios como la tarjeta ALIMENTAR, por ejemplo. Hoy alcanzan al 36% de los hogares, frente al 19% en abril. No obstante, el porcentaje de hogares donde la falta de dinero hizo que dejaran de comprar algún tipo de alimento apenas disminuyó en una leve proporción: del 28 al 26%. Y la concurrencia a comedores populares aumentó del 8% al 10%. Una de las razones es porque -según la encuesta- el acceso a los mismos mejoró notablemente: en abril, el 8% de las personas que concurrieron a un comedor reportaron problemas para acceder o retirar viandas; en julio este porcentaje se redujo al 1%.

Por supuesto, en ambos sondeos la situación más crítica se da en los barrios populares. Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de UNICEF, señala que “el coronavirus afecta la vida de los chicos y las chicas de todas las clases sociales, pero en las familias más pobres el impacto es mucho mayor”. Y añadió: “En el 15% de los hogares encuestados se tuvo que recurrir a algún préstamo o fiado por parte de algún comercio para comprar alimentos. El porcentaje aumenta al 29% cuando el hogar no tiene ingresos laborales, al 25% en barrios populares y al 22% para los titulares de la Asignación Universal por Hijo”.

(Esteban Widnicky UNICEF)

En otro orden, la encuesta también indagó sobre las percepciones frente al aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), situación emocional de los y las adolescentes y recepción de las salidas recreativas. A poco de cumplirse 160 días de conocerse el primer caso de COVID-19 en Argentina, y a 140 días de implementarse en el país el ASPO, el 87% de la población afirma que la cuarentena obligatoria para toda la población puede evitar el contagio de coronavirus en su hogar. Eso representa casi 10 puntos porcentuales menos de abril a julio. Sin embargo, la aceptación aún es muy alta entre los hogares con niños y niñas.

Quienes más protegidos se sienten con el ASPO son los adolescentes, que apoyan esta medida en el 95% de los casos. Asimismo, un 26,8% de chicos y chicas dice estar angustiado, lo que significa un incremento del 70% con respecto a abril; casi el 25% está asustado (valores similares entre abril y julio) y hay un 11% deprimido (+78%). Lo que más les cuesta de la cuarentena es, dijeron 7 de cada 10 indagados, “no ver a los amigos”, el 51% “no salir”, el 38% “no poder ir a la escuela”, el 38% “estar encerrado/a”. Sobre el retorno a la escuela, hay un 43% de chicos y chicas que tiene miedo a contagiarse, un 14% que teme viajar en transporte público y un 27% cuyo temor es “no poder recuperar el ritmo de las clases presenciales”.

En cuando a la primera infancia, un 48% de los chicos y chicas muestra alteraciones con las comidas, un 46% alteraciones con el sueño y un 16% problemas de comunicación, situaciones que constituyen alertas de los efectos del aislamiento sobre el desarrollo infantil. Alertados sobre este punto, desde UNICEF destacaron “la necesidad de que el Estado brinde apoyo psicológico, en las familias y en la comunidad, para que los chicos y chicas retomen la seguridad y la confianza en sí mismos, y fortalezcan sus procesos de socialización. Y en la medida en que las condiciones epidemiológicas lo permitan, cumpliendo estrictamente los protocolos de bioseguridad, garantizar el retorno a la escuela”.

Finalmente, la encuesta consultó sobre la reacción de los niños y las niñas frente a las salidas recreativas y la continuidad de atendimiento de salud en la infancia. Hay un 61% de chicos y chicas que disfrutaron de las salidas, un 38% que reaccionó “con atención y asombro”, un 7% que se mostró “atemorizado” y un 3% que no quiso salir. En cuanto los controles de salud y vacunación, el 28% de las familias encuestadas señaló que desde que se implementó la cuarentena “tuvo que dejar de asistir”. Un 40% de los hogares pudo retomar los controles de salud y de vacunación en las regiones del país donde se flexibilizó las medidas de aislamiento.

Por último, con respecto a la violencia en el hogar, la encuesta indicó que se triplicaron los casos reportados respecto a abril de agresiones contra las mujeres. En el 75% de los mismos se tomaron acciones. Y el 33% hizo la denuncia policial, al centro de atención o con un familiar directo.

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