Quién era Mario Ruiz, el jefe de patrullas que trabajó 30 años en el control de la nieve y murió en una avalancha

Tenía 50 años y más de 30 de experiencia en la alta montaña, sobre todo en el Cerro Catedral. A pesar de los intentos de reanimación, sufrió un paro cardiorrespiratorio

(Gentileza Diario Río Negro)

Mario Ruiz, el jefe de patrulleros del Cerro Catedral que falleció este lunes a la mañana como consecuencia de una avalancha, tenía 50 años y había dedicado más de la mitad de su vida a trabajar en el control de la nieve; sobre todo en la alta montaña. Con 30 años de trayectoria, era uno de los profesionales más experimentados y toda la ciudad de Bariloche quedó conmocionada por su pérdida.

El accidente ocurrió este lunes cerca de las 8:30 en el sector norte del cerro, mientras el centro de esquí –que reabrió sus puertas la última semana con estrictos protocolos sanitarios y sólo para residentes– permanecía cerrado para la realización de detonaciones controladas que se realizan para prevenir, precisamente, desmoronamientos naturales por la gran cantidad de nieve acumulada en los últimos días.

Mientras los patrulleros se trasladaban de un sector a otro para continuar con las tareas de prevención, se produjo una avalancha de placa cerca del camino conocido como Intermedia y la nieve se desplazó formando un cono hasta cercanías del camino ABC Norte. Ahí fue donde quedó atrapado Ruiz y otro de los patrulleros, que finalmente fue rescatado y está fuera de peligro.

A pesar de las tareas de reanimación, Ruiz no pudo sobreponerse a las graves heridas y falleció en el Hospital San Carlos, adonde había sido trasladado de urgencia. Sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció cerca de las 11 de la mañana.

Nacido en pleno corazón de Bariloche, en las calles Brown y Beschtedt, su vocación por trabajar al servicio de la comunidad comenzó desde chico. Arrancó con tan solo 18 años, paleando plataformas en la nieve, hasta convertirse en el principal guardián de la montaña más emblemática de la ciudad. Desde hacía 9 años se desempeñaba en el Cerro Catedral.

“¿Qué significa la nieve?”, le preguntó el diario Río Negro el año pasado, y Ruiz aseguró: “Es parte de mi vida, no me veo en otro lugar ni haciendo otra cosa, y el día que ya no trabaje acá va a ser muy duro, creo que me voy de Bariloche”.

“El día comienza siempre igual pero no sabés cómo va a terminar”, contó en esa entrevista, sin saber que el destino le jugaría una mala pasada y terminaría de la peor manera.

En plena época invernal, su rutina consistía en subirse a la montaña antes de que amaneciera, recorría todas las pistas, medía las condiciones de la nieve y los riesgos de avalancha y una vez que se aseguraba de que las condiciones eran óptimas, daban la aprobación para que arrancara el día de esquí.

El turismo en el Cerro Catedral quedó reservado a los lugares por la pandemia de coronavirus

Ruiz comandaba al equipo de patrulleros llamado “Los Guardianes de la Montaña”. Él era quien asistía a los esquiadores ante cualquier emergencia y los evacuaba si era necesario. Y cuando terminaba la jornada bajaba barriendo toda la montaña junto a sus colaboradores para asegurarse de que nadie que hubiera estado practicando esquí o snowboard haya quedado perdido en alguna parte de la pista.

Durante la temporada de verano, sus principales tareas consistían en ponerse al frente de los “rescate verticales”, reportar los focos de incendio y asistir a los turistas ante posibles atascos de las telecabinas.

“Lo primero es velar por la seguridad propia para poder hacer el rescate, de lo contrario se complica aún más la situación”, había expresado en varias oportunidades cuando le consultaron acerca de su labor.

“Todo aquel que vaya a participar en un rescate debe chequear primero todo el material, no confiarse, saber y evaluar cuáles son los riesgos por los cuales hay que velar”, había dicho. Pero la furia de la naturaleza lo sobrepasó y a pesar de ser uno de los más experimentados no hizo a tiempo para poner en práctica todos sus conocimientos.

Había regresado en marzo de un intercambio con centros de esquí en Estados Unidos y desde la empresa Catedral Alta Patagonia así lo despidieron: “Fue un gran referente y maestro en lo que respecta a seguridad para todos los que forman parte de la empresa. Lamentamos profundamente su fallecimiento y acompañamos a su familia en este difícil momento”.

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