Marcela Gili (33) se anotó en el programa de voluntariado para asistir adultos mayores cuando inició la cuarentena y, pensando en su propio pesar cuando debía dejar solo a su caniche Morty, hace unas semanas se apuntó en el programa Mascotas de la Ciudad para cuidar a los perros o gatos de las personas internadas o aisladas por el Covid-19 en Buenos Aires.
Ese programa de la Secretaria de Ambiente de la Ciudad implica el cuidado o traslado de los animales domésticos de aquellas personas diagnosticadas que vivan solas y no cuenten con familiares o vecinos que puedan hacerse cargo sus animales mientras se encuentren hospitalizadas o en aislamiento.
“Soy de San Luis y vivo en la ciudad desde 2013, y cada vez que tengo que viajar me entristece dejar a mi perrito, entonces apenas supe de ese programa y me anoté para cuidar a la mascota de alguna persona que lo necesite”, dijo la voluntaria y abogada que trabaja en modalidad homeoffice para el Ministerio de Educación.
En la Ciudad de Buenos Aires hay 800.000 perros y gatos, lo que indica que en uno cada dos hogares tiene al menos un animal. A su vez, 200.000 viven con una sola persona, según la Encuesta Anual de Hogares del año 2018 de la Ciudad.
Atender a esa necesidad fue el motivo para elaborar el programa de voluntariado. “Sabemos que muchos vecinos viven solos con sus mascotas y dejarlas sin alguien que las cuide les provoca una gran preocupación. Por eso, pensamos que, durante el tiempo que deban ocuparse de su salud, un voluntario puede asegurarles que su perro o su gato estará en buenas manos. En este contexto de emergencia es necesario que podamos ofrecer soluciones a quienes deban abandonar su casa hasta lograr reponerse”, aseguró Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente.
El pedido de guarda temporal del animal lo puede realizar tanto la persona que vive sola como un familiar directo o vecino del paciente que ya fue aislado por ser Covid-19 positivo. “Lo ideal es que sea un conocido del paciente quien se encargue de la mascota, tanto por la cercanía como por el cariño con el animal, pero en caso que no se pueda, pueden solicitar un voluntario para que se encargue de su cuidado” agregó Macchiavelli.
Cómo funciona el programa: la experiencia de una abogada que se anotó voluntaria y por 10 días cuidó de Baco
Hace unas semanas, Marcela recibió un llamado en el que le contaban que un perro y su familia necesitaban de su ayuda. “La familia de Baco estaba aislada y si bien viven con otro perro, Baco no estaba acostumbrado a hacer sus necesidades en el balcón como el otro perrito, sino que lo hacía durante sus paseos dos veces al día. Yo me anoté para alojar a perros pequeños porque tengo un caniche, Morty, pero me preguntaron si podría cuidar de un Boyero de Berna de 5 años... No sabía cómo era la raza y cuando lo vi pensé que era muy grande, pero de todas maneras acepté”, recordó.
A las pocas horas, Baco llegó solo con sus alimentos y su correa. “Cuando te anotás en el programa te avisan que el perro llegará sólo con su comida porque al tener a su familia aislada no se puede tener contacto con sus cosas. Así que apareció con su correa y tuve que desinfectarla apenas llegó rociándola con sanitizante”, aseguró.
El cuidado de los perros tiene su costado divertido: “Si bien pregunté sobre sus costumbres no sabía dónde dormía y le armé un espacio en mi sofá con una manta, pero lentamente inspeccionó la casa, subió las escaleras y ¡terminó durmiendo mi cama!”, recordó riendo y contó que no todos estaban felices con el inquilino.
“¡Mi perro se volvió loco por los celos! Cuando Baco entró fue todo raro porque Morty pesa 5 kilos y Baco, unos 60 kilos, pero el mío le comenzó a marcar territorio... ¡Morty enloqueció y ladraba sin parar! Por suerte, los llevé a caminar a la plaza y se calmó un poco. Baco es enorme pero es un amor y super cariñoso”, dijo sobre el perro de pelaje negro, marrón y blanco que conquistó su corazón.
La convivencia duró 10 días y cada uno de ellos días Marcela les contaba cómo estaba Baco a la familia de su invitado. “Estuve en contacto permanente con ellos: les mandaba fotos y videos para que vea que estaba que estaba bien. Lo hice así porque sé lo que se sufre cuando quedan con un desconocido. Lo pasé en diciembre cuando viajé a San Luis por la Navidad y debí dejar a mi perro con un cuidador que contraté mediante una app”.
La gentileza fue mutua y cuando este miércoles Baco se reunió con su familia, ellos le enviaron a Marcela videos del reencuentro con su hermano canino y el resto de la familia.
“Quedó una relación linda con la familia y ya les dije que cuando todo esto pase lo iré a buscar para llevarlo a la plaza... Ellos también viven en Palermo y estamos cerca. ¡Lo extraño mucho y deseo volver a verlo!”, finalizó.
En el caso de los gatos, el programa es distinto. “De ser posible, es conveniente no cambiarlos de lugar ya que las mudanzas los estresan mucho. Lo ideal, entonces, es poder visitarlos en la casa para alimentarlos, limpiar su bandeja sanitaria y acompañarlos durante el día”, aclaran desde el gobierno porteño e invitan a los vecinos a colaborar con los animales mientras su cuidador se encuentre enfermo.
Además, puede solicitar el traslado del animal hasta la casa de un familiar o amigo de la persona enferma escribiendo a mascotasdelaciudad@buenosaires.gob.ar
En ambos casos hay diversos protocolos de cuidados que deberán llevarse a cabo. Además, los voluntarios deberán responder una serie de preguntas acerca de su estilo de vida para poder evaluar si es posible sumarlo al Programa. En todo momento un equipo de veterinarios estarán a disposición de los animales y del voluntariado.
Para ser voluntario puede anotarse en este enlace y si desea solicitar el cuidado de su animal debe acceder a este link.
Una mujer recuperada de coronavirus estuvo aislada en su casa y cuenta cómo lo vivió su perra
Marisol San Román es la paciente 130 de Covid-19 en la Ciudad y cuando fue diagnosticada inició el aislamiento en su cuarto. Del otro lado de la puerta, durante los 45 días de su convalescencia, estuvo Eva, su perra de 7 años que llegó en los brazos de su padre cuando la mujer tenía 18 y regresaba de la universidad.
“Desde el primer momento somos inseparables, incluso cuando llegó ese momento en el que tuve coronavirus y tuvo que acompañarme, por su seguridad, desde el otro lado de la puerta”, relata Marisol en una carta que compartió con Infobae.
Cuando debió ser internada, la primera vez por 10 días, Eva pasó tres noches sentada en la entrada de la casa, esperándola. ”Yo siempre pensaba en ella y la extrañaba más que a nadie. Cuando me internaron y durante mi recuperación, Eva pudo seguir en casa a cargo de mi gran enfermero personal, mi papá. Aún así, pasó los 45 días de mi aislamiento durmiendo en la puerta de mi habitación, esperando el momento del reencuentro”, cuenta.
El día en que finalmente Marisol fue dada de alta y su aislamiento terminó llegó el reencuentro más esperado. “Cuando abrí la puerta de Chernobyl (como apodé a mi cuarto) ¡ella estaba ahí! La intenté levantar con sus hermosos 11 kilos, pero se me cayo porque no tenía fuerzas para llevarla en brazos. Pero ella estaba tan feliz de verme que solo movía la cola y quería besarme”.
Haciendo un leve racconto de lo que vivió y la situación actual del coronavirus en Argentina, Marisol se cuestiona: “Hoy hay casi 6 mil casos diarios de coronavirus y una gran cantidad de mascotas afectadas porque sus dueños quedan internados e incluso mueren. ¿Podría Eva vivir sin mi? ¡No lo creo! ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir un perro sin comida en un departamento? ¡Dudo que mucho!... Esa pregunta me angustiaba, pero hace poco supe que en la Ciudad de Buenos Aires existe el programa Mascotas de la Ciudad que trabaja en conjunto de varias organizaciones sin fines de lucro en busca de hogares transitorios para esos animales”.
Adopción de perros y gatos en la Ciudad
Desde Mascotas de la Ciudad fomentan la adopción de animales domésticos, dan a conocer la labor de las organizaciones de las sociedades civiles que cuidan perros y gatos sin hogar hasta concretar su adopción definitiva y acercan a esas ONG’s con posibles adoptantes y que los aspirantes a quedarse con un animalito los puedan conocer a través de las redes sociales.
Durante 52 encuentros promovidos desde el organismo se adoptaron más de 1.500 animales, en su gran mayoría adultos que tuvieron una segunda oportunidad. Además, durante esos eventos se han recibido donaciones que oportunamente fueron entregadas a las más de 50 ONG’s participantes.
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