Las imágenes difundidas por la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) hablan por sí solas. En los 31 segundos que dura el video se observa cómo dos operarios de la empresa estatal socorren a un hombre que se había sentado sobre la cornisa de un puente y amenazaba con tirarse a la autopista.
El hecho ocurrió en el cruce situado en el kilómetro 2,5 de la Autopista del Buen Ayre. Primero, quien amenazaba con arrojarse comenzó a ser persuadida por otro peatón que caminaba por el lugar para evitar que se lanzara sobre las calzada por la que circulaban vehículos a alta velocidad. Alertados por la situación, los operarios de CEAMSE acudieron al lugar para interceder y evitar que el hombre se arrojara.
Los directivos de la empresa pública destacaron la rápida acción que llevaron a cabo Gonzalo Báez y Juan Pablo López, quienes fueron reconocidos por interponerse ante una situación de riesgo dentro de un contexto perjudicial en cuanto al contacto humano.
“Actuaron a costa de un gran riesgo para evitar una tragedia en el marco de la difícil situación que se atraviesa y continuaron prestando servicio para la seguridad en la traza del camino y la disposición final de los residuos”, comunicaron desde la empresa.
Al parecer, uno de los trabajadores observó la situación desde lejos y salió corriendo hasta el lugar para contener al hombre, quien se apoyó sobre sus brazos y se fue caminando, mientras el operario lo tranquilizaba.
CEAMSE es una empresa creada por los estados de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad para realizar la gestión integral de los residuos sólidos urbanos del área metropolitana.
Con el objetivo de evitar la contaminación ambiental que ocasionaban las plantas que procesaban las toneladas de residuos a diario, en 1976, durante la intendencia de Osvaldo Cacciatore, en Buenos Aires comenzó a prohibirse la quema a particulares y se cerraron las usinas que estaban operando. La nueva estrategia fue emplear rellenos sanitarios y para eso se creó CEAMSE, que por ese entonces se encargó de transportar los residuos desde las zonas de acopio y realizar su disposición final.
En 1999 se incorporaron sus cuatro Complejos Ambientales en el Gran Buenos Aires para transformar lo que eran zonas de disposición final, controlada en ámbitos donde la basura recibe un conjunto de procesos tendientes a reciclar los residuos para que puedan volver al circuito productivo y donde la tecnología permite no sólo reducir el impacto ambiental sino también aprovechar los gases de la materia orgánica en descomposición para generar energías renovables.
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