Desde que llegó la pandemia de coronavirus, en más de una ocasión a Lucila Roth se le cruzó por la cabeza la misma pregunta: “¿Justo el turismo tuve que elegir?”. Oriunda de Trelew, donde vivió toda la vida, tiene 36 años y desde los 19 trabaja en ese sector. En 2011 fundó su agencia: Rotar Viajes. Madre de dos hijos, hoy es el sostén de su familia. “Vivimos de mis ingresos y ahora estamos subsistiendo con los últimos recursos”, cuenta desde su casa en la ciudad chubutense.
Esta semana, ella fue una de las oradoras en la reunión de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados de la Nación. Representó a agentes de viaje autoconvocados y ante los legisladores, se explayó sobre la situación crítica del sector y pidió por la emergencia turística. “Mas de mil agentes nos unimos. Hoy solo vemos nuestros negocios cerca del cierre. Todos somos turismo: agentes, hoteleros, guías, coordinadores, transportistas, rentadoras de autos, hasta artesanos que movilizamos las economías regionales de todos los destinos”, describió durante su discurso.
“Al principio de esta pandemia éramos 30 mil familias agentes de viajes, hoy ya no podemos saber cuantos somos porque muchos se han reconvertido a otras cosas. La única certeza es la incertidumbre del sector, que está en emergencia y lo estará por mucho tiempo más”, agregó con angustia. Y en un momento de la videoconferencia, se quebró y al borde de las lágrimas dijo: “Hoy solo me queda ser ejemplo para mis hijos a quienes les prometí que trabajaría para salvar mi agencia de viaje y más de 5.000 agencias que hay en este país”.
En diálogo con Infobae, Roth cuenta que desde que comenzó la cuarentena trabajan, pero sin comercializar debido a las suspensiones de vuelos y alojamientos. “Nos permitieron hacer oficina virtual y en todo este tiempo seguimos ayudando en la repatriación de pasajeros y en reprogramar para 2021 los viajes que se cancelaron este año. Seguimos trabajando pero sin generar ingresos. Es muy riesgoso vender algo cuando ni siquiera sabemos si los hoteles van a resistir la crisis”.
La empresaria subraya que la situación que atraviesa el sector “es extrema, porque va a ser el último en activar”, pero para ellos la crisis además viene desde antes de la pandemia. Revela que a partir del impuesto PAIS (que grava con un 30% la compra de dólares y el turismo en el exterior), “las ventas se cayeron un 80 por ciento y la llegada del COVID-19 fue como el golpe de gracia: se desplomaron por completo”.
En este contexto, la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados dio dictamen de mayoría al proyecto presentado por el oficialismo para la recuperación del sector. Este contempla una inversión estatal de hasta 16.000 millones de pesos en algunos rubros y establece la entrega de cupones de crédito equivalentes al 50% del valor de cada operación de compra anticipada de servicios turísticos por parte de personas físicas, financiado por el Estado.
Según se explicó, ese crédito podrá utilizarse a partir de la fecha del viaje pactado en la preventa y hasta fin de 2021 en cualquier empresa de toda la cadena del sector. Este proyecto obtuvo 17 firmas de los miembros de la comisión. Pero además hay un segundo impulsado por la oposición, que juntó 14 firmas y que declara la emergencia de la actividad turística con efecto retroactivo a marzo, es decir cuando se inició el aislamiento social y obligatorio. En este caso se propone un salario complementario equivalente al 50% del salario neto para los trabajadores turísticos en relación de dependencia del sector privado. Ambos despachos deberán someterse a debate en el recinto lo que ocurriría antes de fin de mes.
Para Roth la propuesta del Frente de Todos es “una buena idea”, aunque desconocen los detalles de su implementación. No obstante, subraya que lo primordial no pasa por solo pensar hacia futuro sino por asegurar la subsistencia de las agencias. Es por ello que en la sesión del miércoles frente a los legisladores, les pidió que se unan para “proteger a más de un millón de familias” de cada una de las provincias que representan y que requieren su ayuda.
“Necesitamos un complemento de ambos proyectos: la ayuda económica la necesitamos para poder vender. Primero tenemos que aguantar las empresas, hay que asegurarse de que no vayan a cerrar. Constantemente escucho sobre cierres de hoteles, de agencias, no hay día que no me entere de un caso. Sin ir mas lejos, hace dos semanas cerró EVES (Entidad de Viajes Educativos y Sociales), que funcionaba hace 92 años”, sostiene.
En medio de la crisis, la agente de viajes conserva optimismo. “Varias veces se me pasó por la cabeza el momento de cuando empecé a estudiar, ¿justo el turismo tuve que elegir? es la pregunta que me hacía. Pero ese pensamiento se me iba rápido. Es la carrera que amo y con el grupo de agentes autoconvocados visibilizamos los problemas por la pasión en nuestro trabajo. Confiamos en que todo esto va a pasar”.
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