En el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto por el gobierno nacional, un comisario de a bordo de Aerolíneas-Austral ingresó al partido bonaerense de Necochea escondido en el baúl de su vehículo con la complicidad de un amigo que reside en esa ciudad y ahora deberá responder ante la Justicia Federal por eludir el control policial.
Todo comenzó el domingo pasado cuando un hombre de 47 años quiso ingresar a Necochea en su vehículo Peugeot 207 Compact, color azul, proveniente de la ciudad de Buenos Aires y no contaba con el permiso pertinente para circular, por lo que personal apostado en el retén le comunicó que no podía ingresar.
Según las fuentes, el hombre mostró un permiso “especial esencial” para la “asistencia de un adulto mayor”, aduciendo que debía asistir a su madre que vive en la localidad de Quequén, pero los policías comprobaron que el certificado tenía errores por lo que lo obligaron a regresar a su domicilio de Parque Chacabuco, en la ciudad de Buenos Aires.
Horas más tarde, pero esta vez escondido en el baúl de su propio auto, el cual era conducido por un amigo residente de Necochea, al llegar al retén el vehículo fue reconocido por el personal municipal que se hallaba apostado en el lugar y preguntó por el dueño del coche. El conductor dijo que había regresado a Buenos Aires y que él iría a ver a la madre de su amigo. El personal municipal sospechó de la respuesta y alertó a la DDI de Necochea mientras autorizaron la continuidad del rodado.
Rápidamente, efectivos policiales llegaron al domicilio de la calle 500, de la localidad de Quequén -lindera a Necochea-, que figuraba en el permiso de circulación, y se encontraron con que ahí estaba el comisario de a bordo, quien admitió que había entrado escondido en el baúl.
Ahora, él y su madre -a quien no veía desde el 20 de marzo pasado- deberán permanecer en dicho domicilio en cuarentena por 15 días, y el hombre enfrenta una causa federal por violación del decreto presidencial dispuesto por la pandemia de coronavirus, a disposición del juzgado federal a cargo de Bernardo Bibel.
No es el primer caso en que una persona intenta eludir controles policiales durante la cuarentena escondiéndose en el baúl de un auto. El 20 de marzo, en las primeras horas de la cuarentena, un empresario ingresó a un country de la ciudad de Tandil con su mucama oculta en el baúl del auto. Luego, el empresario fue notificado de la existencia de una causa en su contra abierta por haber violado la norma.
Días más tarde, un hombre de 43 años fue detenido durante un control policial en las afueras de la ciudad de Mar del Plata, donde se comprobó que circulaba sin permiso y que llevaba a su hija escondida en el baúl de su automóvil.
El pasado 15 de junio, cuando los efectivos realizaban un control en la autopista Camino del Buen Ayre a la altura del Kilómetros 21.500 detuvieron un rodado en el que viajaba una pareja. Los policías pidieron que justificaran que podían circular durante el confinamiento “social, preventivo y obligatorio” pero ninguno de los dos demostró ser “trabajador esencial o exceptuad”. Tras revisar los asientos traseros del auto, uno de los policías corrió la cobertura de baúl y encontró dos menores de edad. El chico de 13 años y una chica de 12, hijos de la pareja, viajaban escondidos, acostados uno al lado del otro.
Con la intervención de la Justicia Penal de Morón, ambos padres fueron obligados a volver a su domicilio e imputados por infracción al artículo 205, en atención a la violación al aislamiento social, preventivo y obligatorio, y al artículo 239, de desobediencia a la autoridad.
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