El homenaje que la Municipalidad de Córdoba tenía planeado para el Día del Orgullo quedó envuelto este fin de semana en más de una polémica.
Este viernes, el intendente de la ciudad, Martín Llaryora, anunció a través de sus redes sociales el izamiento de la bandera de la diversidad sexual en el mástil mayor del Parque Sarmiento, el más grande de Córdoba, como muestra del “firme compromiso” que tiene su gestión en “construir una sociedad cada día más inclusiva, igualitaria y respetuosa” y en conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, que se celebró este domingo.
En su mensaje, además, Llaryora indicó que el estandarte flamearía a partir de ese día de manera permanente en el emblemático parque.
Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar. En primer lugar, muchos usuarios de Twitter comenzaron a hacerle notar en los comentarios al jefe comunal que la bandera que la Municipalidad había izado no era la bandera arcoíris del colectivo LGBT, que lleva seis bandas de colores, sino la de la ciudad de Cuzco, Perú, que tiene siete, y también es símbolo de cooperativismo.
La bandera original, creada en San Francisco en la década del 70, sí tenía ocho colores, pero que ante la dificultad para confeccionarla fueron retirados, dejando como definitiva la bandera con seis franjas: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Tras las críticas, las autoridades cordobesas decidieron rectificar su error e izaron la bandera LGBT original. Pero los mensajes y fotos oficiales con la bandera equivocada quedaron publicados de esa forma en redes sociales.
El sábado, sin embargo, se produjo otra polémica. El reemplazo permanente de la bandera argentina por la bandera multicolor provocó fuertes críticas de un grupo de ex combatientes de Malvinas, que este sábado se acercaron hasta la plaza para bajar la bandera y vandalizar la placa que la Municipalidad había dispuesto en el lugar.
“Nosotros, como veteranos de guerra, como ciudadanos y como argentinos, tenemos que respetar nuestra enseña patria. No consideramos que se tenga que sacar nuestra bandera para poner otra”, manifestaron dos veteranos de guerra que se habían acercado al lugar para retirar la bandera. En ese momento se produjeron insultos y empujones con los vecinos que se oponían a la protesta y debió intervenir la Policía.
“Vimos a dos hombres y una señora que intentaban bajarla (a la bandera). Lo hicieron y casi la prenden fuego y cortan”, contó Maximiliano Campana, un vecino que presenció el disturbio, a Cadena 3. “Nos quedamos atónitos porque pensamos que como sociedad debemos avanzar mucho, respetar las minorías y la igualdad porque no todos piensan de la misma manera”. El fiscal Raúl Garzón intervino en el caso y ordenó investigar e identificar a quienes produjeron daños en el mástil para poder imputarlos. “Realmente de forma penosa hubo discusiones, rotura de una placa y algún personal policial lesionado que intervino para que esto no llegara a mayores”, expresó.
“Quiero que no den la discusión falsa de si una bandera sí o no, porque no es eso lo que debemos discutir. La discusión que debemos darnos es la de la inclusión e igualdad”, dijo al respecto Miguel Siciliano, secretario de Gobierno de la ciudad. “¿Esta discusión fue por la bandera realmente o porque no se refleja a las minorías sexuales? ¿Qué pasa si hubiésemos puesto la bandera del Vaticano o de los bomberos voluntarios?”, expresó el funcionario.
Sin embargo, el gobierno local anticipó que la decisión de que la bandera quede en el mástil de forma permanente sería revisada y este lunes por la mañana volvió a izarse la bandera argentina en su lugar. “Hemos demostrado que estamos muy lejos de ser una sociedad que aceptamos las minorías. Nos ha dejado un sabor de tristeza”, señaló Siciliano.
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