Coronavirus en Argentina: en dos meses se quintuplicaron los muertos en el área de salud y ya suman 19

La mayoría de las víctimas son hombres y trabajaban en la provincia de Buenos Aires. En todo el país, de acuerdo a la cifras que maneja el Ministerio de Salud de la Nación, suman 3652 los profesionales infectados por el virus, 8 veces más que hace 60 días. De esa cantidad, 1208 recibieron el alta

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El personal de salud que hemos perdido por el COVID 19 - #Informes

Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró como pandemia, el COVID-19 avanza sin parar. En Argentina, hasta ayer, la cifra de contagiados escaló a 49.851 y los fallecidos ya suman más de 1000, exactamente 1.116. Mientras se incentiva a los recuperados, casi 14 mil, a donar plasma, los médicos y el personal de la salud de todo el país siguen batallando contra el virus. Son los protagonistas de este momento y, también, a quienes más hay que cuidar. Sin embargo, muchos de ellos han empezado a infectarse y a morir.

Hasta el miércoles 24 de junio, de acuerdo con las cifras aportadas por el Ministerio de Salud de la Nación, son 3652 los profesionales de la salud que dieron positivo en el test de COVID-19. De esos 3652 infectados, 1208 fueron dados de alta y pudieron volver a trabajar. De esos 3652 contagiados, 19 fallecieron.

Según pudo constatar Infobae, la mayoría de los que perdieron la vida eran hombres y trabajaban en hospitales o instituciones sanitarias de la provincia de Buenos Aires. Otro datos: siete de los fallecidos se desempeñaban como enfermeros. “Realizamos el trabajo más fuerte y somos el eslabón más débil de la lucha contra la pandemia”, dijo a este medio Héctor Luis Ortiz (58), Licenciado en enfermería y trabajador del Hospital General de Agudos Carlos G. Durand. Allí, el pasado 16 de junio, murió Julio Gutiérrez: un enfermero del Servicio de Pediatría. Tenía 52 años y antecedentes de asma bronquial.

“Estaba dentro de la población de riesgo. Pidió una licencia y no se la otorgaron a tiempo”, advierte Ortiz que, además, es delegado general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del Hospital. Actualmente, en la institución, hay 125 pacientes internados con COVID-19. En su relato, Ortiz manifiesta que los 2000 médicos y profesionales de la salud del Durand están trabajando con insumos de mala calidad. “Los camisolines no son hidrorrepelentes y las escafandras fueron donadas. Nada tiene el sello de la ANMAT”, asegura el enfermero, que el martes 23 encabezó junto a sus compañeros un “abrazo” al establecimiento para homenajear a Gutiérrez.

Julio Gutiérrez tenía 52 años y trabajaba como enfermero del Servicio de Pediatría del Hospital Durand. Falleció de COVID-19 el 16 de junio. Tenía antecedentes de asma bronquial. Sus compañeros hicieron un acto para homenajearlo y realizaron un "abrazo" al establecimiento.
Julio Gutiérrez tenía 52 años y trabajaba como enfermero del Servicio de Pediatría del Hospital Durand. Falleció de COVID-19 el 16 de junio. Tenía antecedentes de asma bronquial. Sus compañeros hicieron un acto para homenajearlo y realizaron un "abrazo" al establecimiento.

Otra de las muertes que hubo que lamentar en la última semana fue la de José Aguirre (58): un enfermero del Hospital Rivadavia que había dado positivo de coronavirus y estaba internado en grave estado en el Sanatorio Anchorena. Según sus compañeros, José era personal de riesgo (tenía Hipertensión) y no pidió licencia por temor a que le descontaran dinero del sueldo. Por tal motivo, los trabajadores del Rivadavia anunciaron un “quite de tareas” y un sistema de rotación de turnos para garantizar el descanso de los enfermeros. Además, reclamaron al gobierno porteño un endurecimiento del aislamiento.

En comunicación telefónica con Infobae, el director de esta institución médica, el doctor Eduardo Fernández Rostello (64) se mostró muy afligido por el fallecimiento de Aguirre. “Era un excelente enfermero y un gran persona: muy querido por todos”, dijo a este medio.

Por otro lado, Fernández Rostello aseguró que el Rivadavia tiene stock para abastecer a sus 1500 trabajadores con los equipos de protección personal (EPP) adecuados. “Contamos con material suficiente para todo nuestro personal”, agregó. En referencia a las camas de terapia intensiva, Fernández Rostello contó que solo el 50% están ocupadas y que, próximamente, recibirán diez más.

José Aguirre tenía 58 años y trabajaba como enfermero del Hospital Rivadavia. Había dado positivo de coronavirus y estaba internado en grave estado en el Sanatorio Anchorena. Murió el domingo 21 de junio.
José Aguirre tenía 58 años y trabajaba como enfermero del Hospital Rivadavia. Había dado positivo de coronavirus y estaba internado en grave estado en el Sanatorio Anchorena. Murió el domingo 21 de junio.

Evolución de contagios y fallecidos

Tal como contó Infobae, un mes después de que se decretó la cuarentena, los profesionales de la salud infectados por COVID-19 sumaban 431 y los fallecidos eran 4. Dos meses y unos días después de aquel 20 de marzo, las cifra de trabajadores de la salud infectados por el virus se multiplicó por 8 (3652) y los fallecidos se quintuplicaron (19).

Frente a esta situación, desde el Ministerio de Salud de la Nación, crearon un “Plan Nacional de Cuidado de Trabajadores y Trabajadoras de la Salud”, cuya resolución salió publicada el 8 de junio en el Boletín Oficial. “La finalidad principal es reducir el número total y la proporción de trabajadores de la salud infectados por COVID-19, en base a una estrategia común en todas las jurisdicciones”, explican desde su página web.

El plan cuenta con una encuesta anónima y confidencial que busca conocer el riesgo de contraer el virus durante el proceso laboral y aplicar las estrategias que fueran necesarias para reducirlo, como por ejemplo, organizar el ingreso y el egreso del personal de salud por una puerta única y distinta del circuito de atención de paciente; evaluar triage de síntomas a todo personal de salud al ingreso a la institución; entre otras cosas.

Fotografía fechada el 28 de mayo de 2020 del personal médico que realiza controles a un paciente con COVID-19 en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Posadas, en Buenos Aires (Argentina). EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
Fotografía fechada el 28 de mayo de 2020 del personal médico que realiza controles a un paciente con COVID-19 en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Posadas, en Buenos Aires (Argentina). EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Por otro lado, hay una realidad: muchos trabajadores de la salud tienen más de un empleo y deben trasladarse de un lugar a otro, con lo cual, a veces se dificulta saber dónde pueden haberse expuesto al virus.

Entre sus recomendaciones, el plan sugiere a las instituciones armar equipos fijos de trabajo para minimizar los contactos. “En caso de requerir el reemplazo por enfermedad COVID-19 de alguno de sus miembros se deberá reemplazar el equipo completo, porque al haber un integrante de baja los restantes deberán completar al menos 12 días de aislamiento”, apunta.

Al día de la fecha ya se implementó en más de 20 hospitales de las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Santa Fe, Entre Ríos y Chaco y en los hospitales nacionales. Próximamente se sumarán centros de Catamarca, Misiones y Córdoba.

Aquellos que hemos perdido

De los 19 médicos y trabajadores de la salud fallecidos por COVID-19, Infobae pudo constatar catorce historias. Muchas de ellas, como la de Miguel Duré, el Jefe de Terapia Intensiva del Hospital Perrando de Chaco, conmovieron a comunidades médicas enteras. “La muerte del doctor Duré fue un golpe duro. Todos acá lo conocíamos y queríamos mucho. Todavía nos estamos recuperando”, dijo a este medio María Ibarra, asesora legal de la Gremial Médica Hospitalaria Chaco, que agrupa a los profesionales de los establecimientos públicos.

¿Quiénes son los demás? ¿Tenían hijos, esposas, maridos? ¿Dónde vivían? ¿Qué edad tenían? ¿En qué institución trabajaban? ¿Cómo fueron sus últimos días?

La primera víctima que se cobró el coronavirus en Argentina fue Alejandro Passarelli (59), un prestigioso traumatólogo rionegrino que murió tras contraer el virus durante un viaje a Europa. Passarelli llegó al país el 13 de marzo y falleció 14 días después. La noticia fue confirmada por su hermana Cecilia a través de su cuenta de Facebook, donde subió un collage de fotos del médico junto a su numerosa familia. “Q.E.P.D hermanito. No tengo consuelo”, escribió.

El 31 de marzo, mientras el país todavía asimilaba la pandemia, murió Liliana del Carmen Ruiz (52). Mamá de dos, trabajaba como pediatra en el Hospital Vera Barros de La Rioja. Su caso, además de ser el primero en su provincia, fue particular: la mujer contrajo dengue y luego le diagnosticaron COVID-19. “Así como murió la pusieron en un cajón y la enterraron. Nadie pudo estar ahí para despedirse. Así de cruda es esta enfermedad. Dejó un posgrado a la mitad y muchos proyectos por concretar. Ella realmente tenía muchas ganas de vivir. No merecía que su vida termine así”, lamentó su hija, Sofía.

Liliana con su mascota en brazos, junto a su hija Sofía y su marido (Foto / Facebook).
Liliana con su mascota en brazos, junto a su hija Sofía y su marido (Foto / Facebook).

Francisco “Paco” Marín (61), como se lo conocía en Chaco, tenía tres hijos y era especialista en cardiología. Trabajaba como director de Salubridad de la Municipalidad de Resistencia. Cuando fue diagnosticado positivo de coronavirus, prefirió recuperarse en su casa para estar con su familia, pero el cuadro se agravó y debió ser trasladado al Sanatorio Femechaco. Murió el 2 de abril. “Como padre fue el mejor. Nos dio todo lo que tenía: su amor, sus enseñanzas, sus convicciones”, aseguró su hija, Abigail.

El 13 de abril murió Bernardo “Tato” Muñiz (40) en el sanatorio Juan XXIII de General Roca. Se desempeñaba como enfermero del Penal de Choele Choel, en Río Negro. Según sus allegados, Muñiz sufrió de muy joven una tuberculosis pleural que le afectó los pulmones. Los cambios climáticos le hacían mal y, cuando contrajo el virus, no pudo batallarlo.

Francisco "Paco" Marín fue el tercer médico fallecido en el país, la séptima víctima fatal en Chaco.
Francisco "Paco" Marín fue el tercer médico fallecido en el país, la séptima víctima fatal en Chaco.

Silvio Cufré (47) residía en Alejandro Korn, provincia de Buenos Aires, y trabajaba como enfermero del Instituto Médico Brandsen. Su familia denunció que la clínica no le avisó que había un caso sospechoso ahí adentro. Fue el primer trabajador de la salud que murió por coronavirus en Provincia de Buenos Aires.

Héctor Bornes (56) era médico clínico del Hospital Angel Marzetti, ubicado en la provincia de Buenos Aires. Comenzó a sentir síntomas el 14 de abril. Su mujer, médica como él, también dio positivo de COVID-19. Bornes falleció el 23 de ese mismo mes en un hospital de Cañuelas.

Desde la Municipalidad de San Vicente, le dedicaron un posteo en redes sociales. “Los que están en el frente de batalla contra este enemigo invisible son quienes siguen dando la vida por todos. La pérdida irreparable de Héctor es llorada por su familia, amigos y compañeros de servicio”, sostuvieron.

Héctor Bornes falleció el 23 de abril en un hospital de Cañuelas.
Héctor Bornes falleció el 23 de abril en un hospital de Cañuelas.

Horacio Ejilevich Grimaldi se recibió de psicólogo en 1975, en la Universidad de Buenos Aires. Luego cursó un posgrado en Estados Unidos. Además de ser docente de la UBA, fue quien creó y presidió la primera institución psicológica de orientación junguiana en el país. De Exaltación de la Cruz, trabajaba como médico Psicólogo en el Hospital Municipal San José. Falleció el 24 de abril.

Elena Rojas tenía 62 años y dos hijos. Ejerció como enfermera durante muchos años y luego estudió Medicina. Trabajó en el Hospital Provincial Erill de Escobar, y durante la última década y media, fue una de las médicas del Sanatorio San Carlos. Ya jubilada, ante la pandemia del coronavirus, Elena decidió trabajar igual. Pero contrajo el virus y murió durante la madrugada del 28 de abril.

Elena Rojas tenía 62 años y dos hijos. Ya jubilada, ante la pandemia del COVID-19, decidió trabajar igual. Falleció el 28 de abril.
Elena Rojas tenía 62 años y dos hijos. Ya jubilada, ante la pandemia del COVID-19, decidió trabajar igual. Falleció el 28 de abril.

Félix Manuel Ramírez Sosa (61) trabajaba en la clínica privada General Belgrano, de Quilmes, y en dos Centros de Atención Primaria de la Salud, en los barrios Los Eucaliptus y La Florida, también del partido vecino a Berazategui, en el sur del conurbano bonaerense. Murió el 30 de abril.

María Ester Ledesma (50) era enfermera del hospital Interzonal de Agudos Gandulfo de Lomas de Zamora. Había presentado un pedido de licencia ya que pertenecía al grupo de riesgo: tenía diabetes, hipertensión y problemas de obesidad. Sin embargo, su pedido fue rechazado. María Ester murió el 5 de junio. Pero antes, le contagió el virus a su madre, quien también falleció; a su hijo, que está internado; y a su marido y a su otra hija.

Claudio Cisneros (58) se desempeñaba como enfermero en el hospital Oller de San Francisco Solano. Falleció el 12 de junio, luego de haber contraído COVID-19. Desde la Municipalidad de Quilmes lamentaron su muerte y dieron sus condolencias a la familia.

En la lista de los 19 fallecidos, faltan 5 personas. “Pueden ser personal de cocina, de limpieza o camilleros”, dijeron a este medio fuentes cercanas a la cartera sanitaria. Sus casos no trascendieron y “por confidencialidad” no se pueden revelar sus identidades.

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