Hallaron 400 caballos al borde de la muerte y salvaron a 300, pero la cuarentena los puso en peligro otra vez

A fines de agosto de 2019 fue descubierto un centro de acopio de equinos robados: había más de 400 animales casi desnutridos y 50 estaban muertos. Luego del trabajo de los proteccionistas, que fueron amenazadas, al cabo de casi 10 meses lograron recuperar a 300, pero los elevados costos para mantenerlos están dificultando las tareas de las ONG's

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Antes y después: uno de
Antes y después: uno de los caballos rescatados del campo del horror. (@centro_crre)

El 20 de agosto de 2019, 420 yeguas y caballos acopiados fueron encontrados en un lote de 460 hectáreas de Tristán Suárez, en Ezeiza, al sur de la provincia de Buenos Aires. Más de 50 estaban muertos y sus cuerpos esparcidos cual campo minado.

Una mujer hizo la denuncia frente al Ministerio de Seguridad: eran animales desnutridos, maltratados y presuntamente robados. 25 ya habían muerto cuando se hizo el allanamiento; otros 30 perdieron la vida en los días sucesivos.

Ante la noticia, las ONG Centro de Rescate y Rehabilitación Equino (CRRE) y Caballos de Quilmes comenzaron los trabajos sanitarios pertinentes para recuperar la salud de los animales. Ellos hicieron un recuento: más de 100 estaban desnutridos y otros tantos -lo supieron luego- estaban afectados por la anemia equina, por lo que debieron ser sacrificados.

La manada, hoy, en plena
La manada, hoy, en plena recuperación (@centro_crre)

¿Qué había detrás de todo eso? Se sospecha que ese predio era un centro de acopio de caballos robados, que luego serían vendidos para usarlos en la tracción a sangre o para la faena equina. Carne que luego se exportaría a Europa. Esto ultimo había sido denunciado meses antes del terrible hallazgo por una coalición de ONG’s internacionales.

Poco después se inició la causa legal en la que las ONG se convirtieron en particulares damnificados por maltrato animal e infracción a la Ley 14.346 contra Raúl Edgardo Onorato y su hijo, del mismo nombre. El juez de garantías Horacio Hyrb denegó la prisión preventiva que la fiscal María Eugenia Garrido pidió para que los sospechosos.

Tras meses de extenuante trabajo y guardias rotativas entre el voluntariado con el objetivo de recuperar y cuidar a los animales, la justicia permitió el traslado de los caballos a un campo ubicado en Ranchos que CRRE alquiló para proteger a los equinos y a las voluntarias, que comenzaron a recibir serias amenazas por parte de un grupo de cuatreros mientras ellas permanecían en el campo de Ezeiza.

En el predio de Ezeiza
En el predio de Ezeiza hallaron 400 caballos en muy mal estado, al borde de la muerte. Las ONG que bregan por los animales hicieron una tarea titánica para salvar 300.

Cómo están los caballos rescatados del campo del horror de Ezeiza

Hace 20 días, la justicia levantó la interdicción que regía sobre el campo de Ranchos, alquilado por 7 meses. Significó la alegría de saber que después de casi 10 meses de trabajo ninguno de los caballos que sobrevivieron tenía anemia equina y podían ser trasladados a otros sitios más apropiados para seguir su proceso de mejoría y a la espera de la resolución legal.

Luego de sortear varias trabas burocráticas, los animales comenzaron a ser llevados a distintos campos que cumplen con la figura de guardia judicial. Se prevé que el año próximo se realice el juicio de la causa por maltrato animal contra los dueños del predio de Ezeiza.

Entre tanto, los que siguen en tratamiento médico por otras afecciones fueron trasladados a La Plata, donde tiene un campo CRRE quienes son los depositarios legales de los equinos hasta que la justicia resuelva si los animales serán devueltos o no a Raúl Onorato, pese al horror que dio inicio a la causa.

Uno de los caballos rescatados,
Uno de los caballos rescatados, diez meses después (@centro_crre)
Por la repercusión que tuvo el caso, las proteccionistas del CRRE fueron reconocidas por la Cámara de Senadores con diploma de honor.

Florencia Sampietro, presidenta de CRRE, detalló a Infobae que “la interdicción se había dictado por los casos de anemia positiva que hubo. Luego de varios sangrados, por suerte, todos los caballos dieron negativo. Eso significa que están libres de ese virus. Por esa razón se habilitó el nuevo traslado. En La Plata tenemos caballos con tumores y otras patologías que necesitan ser tratadas. También hay madres que estaban desnutridas y no soportarían el frío, potrillos que estaban muy débiles, uno de los caballos que sacamos de Ezeiza estaba con una heridas graves en una pata. El resto fueron a distintos campos para que pasen bien el invierno mientras se espera el juicio. En esos predios son tenedores de los animales a nombre nuestro y colaboran con la recuperación que les falta a cada caballo”.

Que se haya levantado la interdicción también significa que ya no es necesario que todos los caballos deban permanecer juntos en un mismo campo sin la posibilidad de darles mejores condiciones de espacio y alimento.

"¡Es increíble cómo cambiaron desde
"¡Es increíble cómo cambiaron desde esos primeros días en los que estaban casi en estado salvaje y casi desnutridos!”, dijo Florencia Sampietro. (@centro_crre)

“Los que ahora están en los campos que nos ayudan están en el peso normal, fuertes para soportar el invierno y en lugares con mejor pasto que el que tenemos en el CRRE”, señala Sampietro. Allí permanecen unos 70 caballos, en total, entre los que se cuentan 20 que fueron rescatados de Ezeiza y continúan en tratamiento médico. El resto son animales que rescatados en pésimas condiciones de la tracción a sangre.

“Lo que ahora comienza es la tercera etapa: esperar el juicio y aguardar que se haga justicia por los más de 300 caballos que fueron encontrados agonizando y muriendo en manos de gente nefasta. Ahora los vemos sanos, socializando bien, comiendo bien, buscando cosas nuevas y sobre todo, vemos, confiando en nosotros. ¡Es increíble cómo cambiaron desde esos primeros días en los que estaban casi en estado salvaje y casi desnutridos!”, contó emocionada la rescatista.

Lo que más critica Florencia es que los tiempos burocráticos no acompañaron en el peor momento. “Algunos de los caballos estaban muy mal, pedimos sacarlos se Ezeiza inmediatamente para salvarles la vida, pero murieron por la interdicción que se interpuso en ese predio espantoso. Murieron esperando que la burocracia del Estado autorice ese traslado. Se les apagó la vida delante nuestro sin que pudiéramos hacer más que acompañarlos. En Ranchos murieron otros que arrastraban males que no se pudieron tratar por el mismo motivo”.

El Centro de Rescate y
El Centro de Rescate y Rehabilitación Equino trabaja desde el allanamiento para recuperar la salud de los caballos. (CRRE)

“Este caso nos dejó un gran aprendizaje. Es increíble mirar hacia atrás y ver todo lo que se hizo por ellos”, continuó emocionada. Tímidamente, Sampietro también reconoció que ese esfuerzo no fue sólo físico y emocional, sino también económico.

“Nos costó y nos cuesta lo inimaginable, porque pasamos por cosas terribles y sumamente difíciles. Para realizar este rescate, que ya lleva 10 meses, dejamos de lado nuestras propias vidas, tiempo, dinero, trabajo y familia. Pudimos sacar a los animales de ese infierno y esperamos que el Estado no se los devuelva a su verdugo. Hoy sabemos que todo valió la pena”, aseguró.

La ex manada de Ezeiza está con un plan sanitario completo: vacunados, chipeados, desparasitados y aumentando de peso. “Este rescate fue titánico porque nos entregaron unos 420 caballos y, en el mismo campo adonde los llevamos, nos robaron unos 100. Es que el lugar era inmenso (460 hectáreas) y eran muy pocas las voluntarias que acamparon para cuidarlos. Evidentemente, había una entrada que nunca vimos. El campo estaba custodiado por la policía rural, pero igual una noche entraron a robarlos a balazos sin que pudiéramos hace nada”, lamentó Cintia, una de las rescatistas que acampó en el predio.

A diez meses del rescate más grande de caballos que se realizó en el país, el equipo afronta las penurias económicas.

“Ahora estamos pagando las deudas, un poco más tranquilos como equipo, pero seguimos necesitando comida porque viene el frío y no pudimos ahorrar para comprar nada. Se nos rompió el ecógrafo veterinario, que es fundamental para asistirlos, y dependemos de las donaciones, porque sólo de medicación gastamos $ 150 mil por mes porque hay caballos en tratamiento y otros con patología crónicas, y necesitan sus remedios. En fardos invertimos $ 44 mil por mes, en los rollos de pastos $ 28 mil y a eso se suma, además, los sueldo de los veterinarios que están trabajando en el CRRE para que haya asistencia las 24 horas. Ayudan mucho las madrinas y padrinos, pero hacen falta más para seguir ayudándolos a mejorar”.

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