Una vez más, un geriátrico porteño quedó en la mira por un brote de coronavirus. Se trata del Geriátrico Del Arce, ubicado en el barrio de Villa Urquiza, donde ya hay siete muertos confirmados y 45 casos positivos entre residentes y trabajadores.
De acuerdo a los testimonios de familiares de los ancianos, la noticia del primer caso se conoció el 28 de mayo, cuando las autoridades de la residencia ubicada en la calle Roosevelt 5570 informaron vía mail y videollamadas por Zoom que una enfermera había dado positivo y que harían un hisopado a todos los empleados, pero que no consideraban que fuera necesario testear también a los residentes. También indicaron que los familiares podían testearlos de manera privada si querían, pero lo desaconsejaban por ser “traumático” para los ancianos.
A raíz del resultado positivo de otros dos empleados, dos familiares decidieron testear también a sus parientes internados. Uno de ellos dio positivo y debió ser trasladado. El 5 de junio, Paola García Ferrón supo que su abuela Yolanda, de 94 años, iba a ser aislada porque su compañera de habitación presentaba síntomas. Dos días después, el 7, Yolanda fue internada en el Hospital Churruca con una neumonía. Allí confirmaron que también tenía COVID-19 y seis días después, el 13 de junio, falleció.
Para ella y muchos otros familiares de residentes, hubo una situación de “negligencia” por parte de las autoridades del geriátrico. José Carlos Puig Boo, director de la residencia, negó esas acusaciones en diálogo con el sitio web El Barrio, que cubre noticias locales, y describió una situación sanitaria controlada.
“La información se manejó muy a cuentagotas, hacían un Zoom semanal los sábados para darnos un poco de información”, explicó Paola en diálogo con Infobae. También aseguran que tienen pruebas de que no se respetaron los protocolos de higiene: “Tenemos fotos del geriátrico cuando uno de los familiares fue a ver a su papá desde afuera, porque ya no entrábamos, que se veía que no se respetaban los espacios comunes. Ya estaba la obligación de mantener uno o dos metros de distancia y de no usar espacios comunes, pero estaban los abuelos uno encima del otro. Fue un desastre epidemiológico”.
“Cuando presentaban síntomas, recién ahí se alarmaban y los derivaban. Si no tenían síntomas, nunca les hacían test, o sea que puede haber un viejito asintomático sin saberlo, porque nunca les hicieron test a todos”, coincide Diego Yosco, que es hijo de Francisco, un residente de 79 años que está internado en terapia intensiva en el Hospital Pirovano.
El Ministerio de Salud porteño indicó en un comunicado que "todos los pacientes fueron trasladados de acuerdo a su cobertura médica y necesidades de atención" y confirmaron la cifra de muertos "a pesar del esfuerzo del equipo médico de los centros de salud donde permanecían internados".
Desde la cartera que conduce Fernán Quirós señalaron además que, tras la notificación del primer caso, representantes del ministerio “realizaron ocho relevamientos en el lugar con el fin de profundizar el seguimiento epidemiológico y fiscalizar el cumplimiento de los protocolos sanitarios vigentes por la pandemia dentro de la institución” y que el 13 de junio pasado se llevaron a cabo hisopados a todo el geriátrico para “identificar casos de manera temprana, brindarles la atención adecuada y lograr mitigar los contagios dentro de la institución”.
De acuerdo al parte diario del gobierno porteño sobre la situación de la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires, hay un total de 4.451 casos confirmados en los geriátricos de la ciudad, 481 de ellos confirmados este martes.
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