“Tengo una mala y una buena noticia para darles”, les dijo Isabel Johanning Mora, la directora y fundadora del orfanato Casa Emanuel, ubicado en Guinea Bissau (África). Del otro lado del teléfono, en su casa de Río Tercero (Córdoba), Pablo Feighelstein (61) y Karen Escribano (47) se miraron a los ojos con un poco de miedo. Estaban a punto de iniciar los trámites de adopción de un niña llamada Sandra. “Les quiero contar que Sandra no va a ingresar al orfanato. Pero acabo de recibir la autorización para adoptar a Frey. Es un niño muy bueno, muchas familias quisieron llevárselo antes, pero faltaba documentación. ¿Están interesados?”, les preguntó la mujer.
Pablo recuerda el momento y todavía se le eriza la piel. “Creo que no tardamos ni cinco segundos en decirle que ‘Si’”, cuenta a Infobae, acerca del día en que Fedrico (no Federico) llegó en su vida y a la de su esposa. Él abogado, psicólogo y papá de Carmela (25); ella empleada administrativa del Poder Judicial, futura psicopedagoga y mamá de Florencia (24), Manuel (23) y Santiago (13). Desde que se conocieron, hace seis años, Pablo y Karen ensamblaron familias.
En 2016, la pareja de cordobeses decidió sumar un integrante al clan. Iniciaron los trámites de adopción en Ucrania y, después de varias idas y vueltas, se convirtieron en papás de Viktoriia (10). Tras su buena experiencia, el año pasado, volvieron a intentarlo. Solo que, a diferencia de la vez anterior, en esta oportunidad, solamente viajó Karen. “Alguien tenía que quedarse con Vika”, cuenta Pablo a este medio.
La vuelta desde África, cuenta Pablo, fue complicada. “Karen y Frey tuvieron que salir casi huyendo de Guinea Bissau ante una amenaza de guerra civil y el cierre del aeropuerto internacional. Con ayuda de la agencia de viajes lograron irse un día antes, aunque sin despedir a la tía y a los primos de Frey”, lamenta el cordobés. Mientras tanto, en el Aeropuerto de Ezeiza, la nueva familia de Frey lo esperaba con ansiedad. La única que no pudo ir a recibirlo fue su hermana mayor, Carmela. El resto aguardaba de pie con un cartel gigante que decía: “Frey, Bienvenido a nuestra familia”.
“No tengo palabras para explicar lo que fue mi primer abrazo con Frey”, arranca Pablo. “Uno se prepara mentalmente como puede y sabe que el vínculo hay que construirlo, pero en este caso la conexión fue instantánea”, dice con la emoción aún a flor de piel.
El 12 de marzo, Frey empezó las clases en la Escuela Modesto Acuña de Río Tercero; pero, por la pandemia, apenas asistió una semana al colegio. Mientras se familiariza con el español (su lengua materna es el Portugués y su Etnia de origen utiliza un dialecto conocido como Creole, mixtura entre aquella Lengua y distintas hablas regionales) el joven que cursa el sexto grado cumple con las tareas que le manda la señorita Emilce.
Según su papá, la escolarización de Frey los unió aún más. “Como profesor soy bastante bueno”, bromea Pablo. “Trato de hacerlo lo más didáctico e interactivo posible. No le digo: ‘Tenés que hacer esto'. Me siento junto a él y le explico. También le enseñé a a usar el diccionario para que vaya incorporando vocabulario”, cuenta.
El pasado 16 de junio, Frey festejó su cumpleaños número 13. Un día después, cuenta su papá, el adolescente se dispuso a hacer la actividad que le habían propuesto desde la escuela, en conjunto Municipalidad de Río Tercero, para el Día de la Bandera.
“Tenía que escribirle una carta a Manuel Belgrano. Se me ocurrió que él reflexionara desde su historia, desde su país de origen, qué significaba la libertad. Leyó un poco de información que yo seleccioné (como algunos textos de Felipe Pigna) e inmediatamente empatizó y entendió que Belgrano no es una estatua, no es la bandera que creó. Es el hombre libertario, anti esclavista y promotor de derechos humanos. Después preparó la carta”, explica Pablo acerca del texto que se viralizó.
Según Pablo, su intervención en la redacción de la carta fue nula. “Solo lo ayudé un poco con la ortografía y con algo de la sintaxis”, dice el hombre a este medio. En la carta Frey le agradeció a Belgrano por liberar a los esclavos. “Si yo hubiera nacido en 1600, sería uno de ellos”, sostuvo el adolescente. Emocionados, los padres del joven le enviaron una foto a la maestra y, además, le agregaron un texto donde explicaban cómo la había producido (Ver al final de la nota).
“Al rato, la docente me llamó por teléfono llorando. La carta llegó a la directora y, después, al intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer. Nunca nos imaginamos que podía pasar todo esto”, dice Pablo. Finalmente, por iniciativa de Ferrer, el pasado sábado 20 de junio, Frey fue el encargado de izar la bandera en el acto oficial de homenaje a Manuel Belgrano. Junto a sus padres y su hermana Viktorria, con barbijo y escarapela, el joven nacido en África y adoptado de un orfanato, izó la bandera argentina.
En sus tiempos libres, Frey lee cuentos de Julio Verne para ejercitar el español y disfruta de andar de en bicicleta. Hincha de Boca Juniors, también incorporó el fútbol entre sus actividades. “Es muy obediente y superprotector de su hermana menor”, cierra su papá, todavía orgulloso.
La carta que le enviaron a la docente los padres de Frey
Seño Emilce:
En relación al Proyecto propuesto por la Escuela Modesto Acuña, por el cual nuestro hijo Fedrico Feighelsten Escribano ha producido una breve epístola dirigida a Don Juan Manuel Belgrano, creímos interesante hacerle saber el contexto en el cual Frey, como así lo llamamos, produjo su texto.
Como usted sabe, él, luego de ser adoptado, ha llegado al país recientemente, a fines del año 2019, proveniente de su lugar de origen: Guinea Bissau. Su lengua materna es el Portugués y su Etnia de origen utiliza un dialecto conocido como Creole, mixtura entre aquella Lengua y distintas hablas regionales.
Frey está en pleno proceso de adquisición de nuestro Español y de valores y costumbres propias de nuestra Nación, por lo que, a cuento de cada propuesta de la Escuela, nos empeñamos en que entienda la trascendencia de los contenidos educativos.
Hacía ya unos días atrás nos dijo: una cosa diferente que tengo acá y no hay allá (refiriéndose a su país natal) ES LA LIBERTAD. Y a continuación, por esas cosas casi mágicas, surgió la propuesta de la Escuela, la cual nos impactó por su claridad y finalidad, poniendo nuevamente A LA LIBERTAD como eje de reflexión.
Lo demás fue algo que “cayó de maduro”; el disparador había accionado. Lo que pudo parecer una tarea difícil se convirtió en una búsqueda alegre por parte de Frey… unos textos, Internet, reflexiones en común y la carta a Don Juan Manuel Belgrano se concretó. Sencilla. Breve. Con errores de sintaxis y ortográficos que le ayudamos a corregir diccionario mediante.
Un niño de 13 años que hasta hace meses no tenía mayor idea de nuestro lugar en el mapa, logró rescatar del Prócer lo que entendemos esencial. Sí, creó la Bandera y dirigió el Ejército del Norte. Sí, integró la Primera Junta de Gobierno Patrio y era Abogado.
Pero, y por sobre todo, vivió y murió por la Libertad de la Patria y por la Libertad del Hombre. Y este, nuestro niño, entendió que sin gente como Manuel Belgrano él y otros millones serían esclavos.
Gracias Seño. Gracias Escuela Modesto Acuña. Gracias Argentina por seguir siendo la puerta de entrada a la integración y al conocimiento, sin mirar que pasaporte, nacionalidad o color de piel caracterizan a los niños que reciben.
KAREN Y PABLO
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