Anoche, la preocupación se despertó entre los vecinos de la calle Matienzo al 1800 del barrio porteño de Palermo después de ver a un joven de la cuadra amenazar con arrojarse desde el balcón de su departamento en un quinto piso.
Ocurrió alrededor de las 20:30 del jueves, en un edificio ubicado en la zona de Las Cañitas, a unos pocos metros del Hospital Militar. Allí, un joven de 21 años que atravesaba una crisis nerviosa y portaba un cuchillo, intentaba quitarse la vida.
Luego de los llamados de alerta al 911, hasta el lugar se acercaron efectivos del Grupo Especial de Rescate (GER) de Saavedra de Bomberos de la Ciudad, que trabajaron en colaboración con personal del Destacamento Palermo.
Minutos después, el operativo terminó de manera exitosa. Uno de los integrantes del GER entabló una negociación con el joven desde el departamento contiguo, mientras que otros se ubicaron en el piso superior y aprovecharon el momento justo para, en una rápida maniobra, saltar a su departamento.
Los especialistas redujeron al joven de 21 años y le salvaron la vida, ante los aplausos de los vecinos que seguían la secuencia. La espectacular acción de rescate quedó registrada por una cámara. El joven fue asistido por médicos del SAME y lo trasladaron al Hospital Fernández, con diagnóstico de descompensación psicótica.
Federico Laprovitta y Catriel Garnica son los bomberos a quienes se observa saltar en el video del rescate.
En diálogo con Infobae, Laprovitta contó cómo fue el operativo. En primer lugar, los efectivos se acercaron sigilosamente: “En estos casos, 500 metros antes del arribo se deja de tocar la sirena y la señal lumínica de la unidad se apaga para no llamar la atención de la persona que tiene su estado mental alterado y se estaciona a la esquina del lugar”.
Ya en el lugar, se interiorizaron sobre el diseño del edificio, sus accesos y sus salidas. Tras ello “con el jefe de turno, Garnica, se determinó la maniobra: dos operadores de rescate por arriba, en el sexto piso, y un tercer miembro (Martín Aguirres) que se desplazó al quinto piso, al departamento de al lado, para entablar la conversación”, detalló Laprovitta.
Y agregó: “Nosotros tenemos experiencia para negociar con la gente para que deponga su actitud y se ponga a resguardo, o para por lo menos distraerlo y darnos la oportunidad para mitigar el riesgo y reducirlo de modo que no corra riesgo su vida”.
“En el sexto piso hicimos un anclaje de cuerdas, como los que realizan los alpinistas, con la autorización de la propietaria del departamento. Antes de eso, se planificó una señal, un ruido o una palabra, que va a ser el indicador del momento en el cual tenemos que saltar. Este caso fue un chiflido”, precisó el especialista.
Luego de esa señal, llegó el momento de accionar: “Saltamos con las piernas abiertas, lo abrazamos y redujimos sus movimientos. Un tercero bajó de apoyo”. Al mismo tiempo, los bomberos del Destacamento Palermo forzaron la puerta e ingresaron al departamento. Laprovita destacó que previamente y por medio del diálogo, habían logrado que el joven soltara el cuchillo.
Laprovitta tiene 34 años y desde hace 14 que forma parte del GER. “Me nutrí de la gente que viene haciendo historia desde los años 80, con intervenciones de gran magnitud como la explosión en una mina de Río Turbio, el atentado a la AMIA o la explosión de Rosario de hace pocos años, entre otros rescates bajo nivel, sobre nivel y acuáticos”.
Detrás del despliegue y las tácticas que aplican en cada operativo, cuenta, hay muchas horas de esfuerzo y dedicación. ”Se sigue entrenando guardia a guardia, tanto físicamente como mentalmente, porque no es solamente practicar con una cuerda, sino que se estudia física, la resistencia de los materiales, los comportamientos humanos, un poco de psicología. Eso lleva años de preparación y es constante. Para nosotros no hay sábados, domingos o feriados. Hacemos guardias, simulacros, prácticas, para que las maniobras salgan lo mejor posible”.
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