Este lunes, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, anunció que la provincia volverá a un esquema de férreas restricciones hasta el 21 de junio. La implementación de las medidas comenzó a darse, principalmente, en su capital, Resistencia, acompañada por las localidades de Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas, todas dentro del departamento de San Fernando, el único en el cual se mantiene la circulación viral.
El Decreto Nº 702 dispuso que en estas cuatro ciudades cesen las actividades no esenciales. Entre ellas, se incorporó una restricción a la venta de combustibles, medida que generó tensión y polémica durante las últimas horas luego de que los trabajadores se vieran imposibilitados y perjudicados al no poder llenar los tanques de sus vehículos.
“El expendio de combustible será para vehículos oficiales afectados a la situación de pandemia, esto es salud y seguridad”, había señalado el ministro de Gobierno Juan Manuel Chapo, el lunes al detallar el instrumento legal.
El decreto mencionado afirma que “a fin de garantizar la prestación de servicios esenciales, el expendio de combustible estará exclusivamente destinado a la provisión de carga para vehículos afectados a servicios públicos de salud y seguridad, actividades consideradas esenciales y aquellos expresamente autorizados para circular”.
Tal decisión generó largas filas en las principales estaciones de servicio de las localidades en las que permanece la propagación del coronavirus. “Estamos tomando medidas para interrumpir la circulación comunitaria. Estamos dando el máximo esfuerzo”, sostuvo Capitanich al explicar, en parte, el porqué de este retroceso en cuanto a la cuarentena provincial.
Oscar Gaona, presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles y Afines del Chaco (CECACh) expuso su preocupación ante los alcances de la medida y el rechazo de los trabajadores.
“Estamos atendiendo a los vehículos que lleguen a las estaciones de servicio. Consideramos que un vehículo que se encuentra circulando es porque tiene los permisos habilitantes necesarios para circular en este momento. No tenemos ni la capacitación, ni el poder de policía de exigir a nadie un permiso; no sabemos si el que viene en una moto o en un auto es un médico, es un enfermero, o trabaja en un supermercado o en una farmacia. Sinceramente no lo sabemos así que consideramos que cualquier persona que se esté acercando en este momento a una estación de servicio es una persona que tiene que tener las habilitaciones para circular”, indicó Gaona en diálogo con Diario Chaco.
Al parecer, la restricción en la venta de combustibles no fue comunicada previamente a los estacioneros ni a los sindicatos que nuclean el sector, hecho que originó complicaciones en diversos puntos de carga.
Una de las discusiones se viralizó en las redes sociales. Una larga fila de camiones, automóviles y motos esperaban para cargar combustible en una estación de servicio de Resistencia cuando un grupo de policías llegó hasta el lugar para cortar el expendio.
“Estoy desde las 4 de la tarde, no me bañé todavía, no fui a ver a mi familia. ¿Por qué no avisan temprano, amigo? Las cosas se hacen bien y temprano, con tiempo. No así venir de una y cortarnos. Es lo lógico. No tengo una gota de nafta, estoy esperando para que me carguen $300 para poder laburar mañana”, gritó un hombre frente a los efectivos policiales.
“Estamos desde las 5 de la tarde. Acá hay toda gente laburante, algunos tienen sueldo fijo y algunos no”, reclamó otro, quien luego preguntó: “¿Qué es lo que quiere el Gobierno? ¿Qué el pueblo se levante y los eche a patadas? Porque va a terminar así, en serio”.
A la fecha, Chaco registra 1.326 casos de COVID-19 y 72 muertos y es la tercera provincia más afectada por la pandemia
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