Fueron dos de los casos más mediáticos del comienzo de la cuarentena. Federico Llamas, más conocido como el surfer, y el preparador físico Miguel Ángel Paz, recordado por la golpiza a un empleado de seguridad, fueron procesados por violar la cuarentena, un delito que tiene una pena máxima de dos años de cárcel.
El juez federal de San Isidro Lino Mirabelli procesó a Llamas y a Paz por el delito previsto en el artículo 205 del Código Penal, el más implementado por la Justicia y las fuerzas de seguridad durante la pandemia, confirmaron a Infobae fuentes judiciales.
Ese artículo establece que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
Paz agredió a un empleado de seguridad de la torre Rosales Park Tower que lo había denunciado por no cumplir con el protocolo de aislamiento obligatorio después de regresar de Estados Unidos. La salvaje golpiza ocurrió el 14 de marzo y quedó registrada en una cámara de seguridad y se viralizó. “¡¿Me estás amenazando, la c… de tu madre? ¿Vos me estás amenazando a mí, vos me estás amenazando a mí? Me dijiste que me ibas a poner una multa, me estás amenazando!”, se escucha a Paz increpar al guardia de seguridad.
Al ver las imágenes en Twitter, el presidente Alberto Fernández se refirió al caso. El jefe de Estado se comunicó con el empleado de seguridad, Gustavo Granucci, y lo felicitó. “Lo primero que hizo fue felicitarme por mi accionar para intentar frenar a ese animal. Me aclaró que esa no es la forma de actuar hacia mí. Después repudió totalmente la violencia y me dijo que saben dónde vive, cómo se llama y que ahora me quede tranquilo”, contó luego el vigilador.
Por la agresión, Paz estuvo detenido en su domicilio pero luego fue liberado por el juez de garantías 4 de San Isidro, Esteban Rossignoli.
Unos días después, el preparador físico ensayó un pedido de disculpas público a través de un video que grabó desde su casa. “Hola, soy Miguel Paz, me conocieron tristemente por la agresión a una persona. Quería pedir disculpas públicas, en primer lugar a Gustavo por haberlo agredido. No se merecía esa agresión. De corazón te pido disculpas y espero que puedas perdonarme. A toda la sociedad, a todos los argentinos y a los que vieron el video, sepan que estoy muy arrepentido. Fui un cobarde”, aseguró.
El procesamiento de Paz, que también fue embargado hasta cubrir la suma de $100 mil, ya fue apelado por su defensa y ahora está bajo estudio de la Cámara Federal de San Isidro, agregaron las fuentes. En esa causa, el preparador físico hasta ahora se negó a declarar.
El caso de Federico Llamas, que regresaba de un viaje a Brasil, trascendió cuando él mismo discutió con los medios que cubrían un control policial en el kilómetro 17 de la Panamericana. “Vengo de mi casa”, respondió primero ante las cámaras desde el interior de su camioneta Ford Explorer verde oscuro. Después cambió sus dichos: “Vengo de vacaciones, querida. ¿Vos adónde te vas? ¿A Miami? Yo no puedo irme a Miami, tengo que agarrar el auto e irme a Brasil”, le respondió prepotente a una periodista. Y continuó: “Me fui el 8 [de marzo], mis vacaciones empezaron tranquilamente. Se desató el quilombo este y decidí volver porque no puedo estar en otro país en una catástrofe mundial”.
La Prefectura lo escoltó hasta un domicilio en el barrio de Flores, que figuraba en su DNI, pero unos segundos después de llegar a ese lugar, el joven decidió “fugarse” y manejar hasta la localidad de Ostende, donde vive su madre. Las cámaras de seguridad registraron ese momento y potenciaron el caso.
Luego del escándalo, Llamas habló para tratar de explicar lo que había ocurrido. “A los pocos días que llego (a Brasil) me encuentro con la situación de la pandemia. Al ver que mi novia no podía volver conmigo a la Argentina, empezamos a ver opciones. Tomamos la decisión de que ella se vuelva hacia su país (Canadá). Lo decidimos el viernes pasado”, empezó a relatar. Y continuó: “Teníamos la incertidumbre de cómo íbamos a volver al país. La información era muy confusa. Arrancamos el lunes a la madrugada. En la frontera de Paso de los Libres, Corrientes, llenamos el formulario explicando dónde íbamos a hacer la cuarentena. Como con mi papá no puedo ir, porque tiene insuficiencia cardíaca y tenía que estar solo, la mejor opción era estar con mi mamá, en Ostende”.
El “surfer” estuvo detenido por unas horas en su casa hasta que el juez Mirabelli firmó la excarcelación y lo obligó a seguir cumpliendo la cuarentena obligatoria. Pasaron más de dos meses. Este jueves, Llamas fue procesado por ese mismo juez, que además lo embargó en $500.000.
Su caso, como el de Paz, podría terminar con una probation, porque el artículo 205 prevé una pena máxima de dos años.