Cada martes por la tarde, Gastón se dirigía a practicar futsal en el Sportivo Alsina, un histórico club de barrio de Lanús. Actualmente realiza un recorrido similar, pero con un objetivo muy diferente: junta alimentos para amigos y vecinos que necesitan ayuda a raíz de la crisis desatada por la pandemia del coronavirus. El ejemplo grafica a la perfección al escenario que desde hace unos meses sacude al país, y también al mundo. Un contexto complejo que también trajo solidaridad.
Uno de los casos más emblemáticos es el de los clubes y centros barriales, junto a los vecinos que los conforman. Con reclamos históricos por satisfacer y una coyuntura que apremia, dijeron presente en un momento difícil. El propio presidente Alberto Fernández los definió recientemente como “centrales para el desarrollo social”.
Sin embargo, entre la asistencia comunitaria y la preocupación, ¿cuál es hoy su realidad? “La gente del club, los socios y vecinos, hacen merenderos, ollas populares. Hay gente que no puede trabajar, que hoy vive en malas condiciones por todo esto, y se arremangan igual, no tienen ningún prurito. Los clubes son solidarios entre ellos, trabajamos todos mano a mano”.
Las palabras pertenecen a Alberto Robles, vicepresidente del Alsina, donde se abren las puertas pero solo para colaborar con la emergencia.Se trata de una de las entidades que se ofreció y, por cumplir con los requisitos de infraestructura, fue aceptada como “hospital de campaña” ante un hipotético colapso sanitario por el aumento de casos de COVID-19 en la Provincia de Buenos Aires.
En un salón de usos múltiples donde antes un grupo numeroso de chicas realizaban actividades hoy se observan 32 camas. Una sala contigua tiene espacio para 8 integrantes del cuerpo médico. Abajo, el buffet se acondicionó para recibir personal de seguridad y la municipalidad. “Ver camas donde antes jugaban los chicos nos genera mucha tristeza. En un principio éste era un plan de contingencia que esperábamos que no se tenga que utilizar. Hoy por lo que vemos que sucede en el municipio es posible que se llegue a necesitar; desde Provincia nos están solicitando más clubes”, admitió Alberto, en diálogo con Infobae.
Cientos de clubes aportaron sus instalaciones. Otros dictan clases online para contener a la comunidad durante la cuarentena. En los barrios más humildes, o ya no tanto, se organizan merenderos, ollas populares, colectas solidarias. “Estás en la fila y vienen chicos de seis años a buscar comida o un pan. Cada vez son más”, describió el dirigente. En Lanús el accionar se replica en unas 30 instituciones, pero la escena también se multiplica en distintas partes del conurbano (en La Matanza, por ejemplo, el Club Atlético Estudiantil Porteño dispuso 120 camas) y el interior del país.
La Villa Azul, ubicada en Quilmes, que sufrió un aislamiento sanitario estricto para evitar un desborde de contagios, viene siendo un gran foco de atención, no solo para las gestiones gubernamentales, sino también para los clubes. “Hicimos una campaña para juntar ropa, artículos de limpieza y alimentos que donamos al barrio la semana pasada. De hecho la Sociedad de Fomento El Trébol es como un centro de comando de Villa Azul, está en la entrada y desde allí reparten los alimentos”, contó Diego Indycki, tesorero del Club 12 de Octubre y presidente en el distrito de la Unión Nacional de Clubes (organización con presencia en 17 provincias).
El drama de las tarifas y el temor por lo que vendrá
“Ante cualquier adversidad los clubes de barrio estuvieron para dar una mano, ponen el hombro, pero se hace muy difícil con las tarifas, principalmente teniendo el club cerrado desde marzo”, afirmó Indycki.
Según las autoridades de las asociaciones consultadas, las empresas prestadoras de servicios les informaron que cobran los servicios basándose en la boleta más baja de los últimos tres años, ya que los trabajadores que se ocupan de consultar los medidores de consumo actualmente no están pudiendo realizar su tarea.
Si bien con la Resolución 173/2020 el Gobierno Nacional estableció que los clubes de barrio y sociedades de fomento no sufran corte de los servicios por falta de pago, las deudas se acumulan. “Hay buena voluntad del Gobierno aunque aún no alcanza y vamos a estar metidos en un problema grande porque los intereses de las facturas siguen corriendo. En algún momento lo vamos a tener que pagar”, subrayó el dirigente del 12 de Octubre.
Robles, del Sportivo Alsina, agregó: “Se nos está generando una deuda impagable. Imaginamos que la gente va a volver de a poco, es difícil que haya actividades este año y vamos a tardar en volver a cobrar todas las cuotas. ¿Cómo pagás una boleta, como les ha llegado a algunas instituciones, de $120 mil de gas? Es imposible”.
Mientras tanto, los clubes se las ingenian para intentar recaudar mediante transferencias electrónicas. Algo inédito para muchos de ellos, ámbitos de cercanía, en zonas donde muchas veces se carecen de recursos y el contacto es cara a cara. En algunos casos solo llegan a cobrarle al 10% de los socios. Con ese dinero, priorizan cubrir los salarios de los trabajadores o colaboradores.
“En nuestro caso hicimos una campaña online. Pero los vecinos más grandes, por ejemplo, quedan afuera porque ellos buscan una ventanilla para abonar. De todas formas, en esta pandemia hubo mucha solidaridad de los clubes, de las familias. Acá no hay nada punitivo, es todo lo contrario. A los que no pueden pagar tenés que abrirle las puertas de alguna manera, ayudarlos, porque si no están pudiendo es porque seguro la están pasando mal. Ahí te das cuenta que necesarias son las instituciones”, recalcó a Infobae Carlos Funes, Vicepresidente del Club Deportivo y Social Colegiales, donde se grabaron escenas de la película argentina Luna de Avellaneda.
A la espera por la Ley de Clubes, apoyos de emergencia
La insistencia por la ley 27.098 de Régimen de Promoción de Clubes de Barrio y Pueblo data de varios años. En 2014 se sancionó en ambas Cámaras, pero finalmente no se reglamentó. Entre otros puntos, propone un Registro Único de Clubes de Barrio y la tarifa social para los servicios esenciales (los dirigentes destacaron que al comenzar el año lograron beneficios con AySA, que descuenta un 30% y propone planes de pago). Los atrasos en la personería jurídica de estos espacios son históricos, y miles de instituciones esperan flexibilizaciones para poder ser tenidos en cuenta y acceder a beneficios.
Consultado por Infobae, Francisco Chibán, Director Nacional de Clubes dentro del Ministerio de Turismo y Deportes, expresó: “Hay una deuda pendiente que es tener una información precisa sobre cuál es el universo sobre el que estamos trabajando. Hay una cantidad de clubes -que hoy todavía no sabemos cuántos son- que están por fuera, que el Estado no los tiene registrados. Es importante que podamos conocerlos, tenerlos registrados para poder implementar medidas que puedan llegar a todos”.
“Hoy estamos trabajando para eso, flexibilizando los requisitos para la inscripción en el registro, articulando mucho con provincias y municipios para que nos puedan poner a disposición los registros de clubes que ellos tienen. Con una importante campaña de reempadronamiento logramos aumentar la cantidad de clubes inscriptos a 4.400, un 30% más de los que había el año pasado, e incrementar los que están en condiciones de recibir subsidios a 3.000”, añadió.
Fuentes del ministerio, conducido actualmente por Matías Lammens, explicaron que, mientras trabajan en la reglamentación de la Ley 27.098, avanzan en la incorporación de las instituciones al régimen tarifario especial de la Ley de Entidades de Bien Público con el objetivo de que puedan tener tarifas diferenciales. A su vez, como parte de un programa de Apoyo Económico de Emergencia, hasta el momento unos 1.500 clubes barriales aplicaron para recibir un subsidio de hasta $60 mil, a lo que se sumó otro de igual valor para los que pertenecieran a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y estén anotados en el Registro Único de Instituciones Deportivas (RUID), en este caso entregado por el gobierno porteño.
Entre las acciones realizadas, también destacaron la incorporación de los clubes en el programa estatal de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que abona hasta el 50% de los sueldos de trabajadores de empresas que se hayan visto afectadas por el parate económico que generaron las medidas de aislamiento decretadas para enfrentar la pandemia.
Por otra parte, finalmente hoy se lanzó un programa de obras con la finalidad de ampliar y mantener la infraestructura de las instituciones deportivas con un aporte del Estado nacional de 500 millones de pesos. A través de la Resolución 252/2020 -publicada este miércoles en el Boletín Oficial-, el Ministerio de Turismo y Deportes creó el programa “Clubes en Obra”. Los subsidios serán destinados a refacciones edilicias, construcción de módulos en vestuarios, mejoras en salones, accesos; reparación o ampliación de instalaciones de gas, agua, desagües y cualquier otro servicio público como así también trabajos de pintura, electricidad y techado, entre otras intervenciones.
“No nos sorprende el rol que están teniendo los clubes en este contexto. Si revisamos cada una de las crisis que fuimos viviendo como país siempre los clubes pusieron sus instalaciones y sus recursos a disposición para la comunidad. Desde los trueques en 2001, las ollas populares, y ahora como centros de aislamiento, logísticos y vacunatorios, entre otras cosas”, cerró Chibán.