Las medidas de aislamiento seguirán hasta el 28 de junio. Pero con matices: mientras el 85 por ciento del territorio argentino camina hacia una “cuarentena oxigenada” y entra en etapas de mayor normalidad, en el AMBA (que abarca a CABA y el Gran Buenos Aires) seguirá en su modo más duro. Fuera de esa zona, la duplicación del contagio es de 43,8 días, según afirmó el presidente Alberto Fernández. El problema se concentra en el territorio que reúne a 16 millones de habitantes. En diálogo exclusivo con Infobae, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, doctor Daniel Gollán, precisó los detalles de cómo será el camino hacia los 100 días de cuarentena en el AMBA.
-¿Cómo se le explica a los bonaerenses esta especie de dilema entre haber instalado una cuarentena eficaz y temprana para evitar el colapso sanitario y la necesidad de que se prolongue para que no ocurra?
-Lo que vuelve eficaz a esta cuarentena es que sigamos en ella la cantidad de tiempo suficiente para evitar que la curva crezca demasiado rápido. De manera tal que no se nos sature el sistema sanitario. Pero también quiero decirle a la población de la provincia de Buenos Aires que esta fase que transita la cuarentena no es la de hace 2 meses atrás; es una fase diferente porque gran parte del territorio de la provincia entra ya en fase 5, lo que se llama la nueva normalidad o cuarentena oxigenada: todos nos deberemos acostumbrar a usar barbijos, a tener distanciamiento social en la vida cotidiana, pero con una serie de actividades normalizadas.
-¿Y para la zona de mayor circulación viral que es AMBA, claramente?
-También habrá cambios. Existen algunos de los cuales que el Gobernador (Axel) Kicillof ya adelantó los trazos gruesos. Desde mi cartera y en consenso terminaremos de definir el trazo fino de todas las nuevas actividades que incluso dentro del AMBA comenzarán a estar permitidas y a funcionar a partir de ahora.
-Usted fue contundente, casi apocalíptico, con la posibilidad de la saturación del sistema de salud en la Provincia de continuar este ritmo de contagios, ¿es inevitable ver cadáveres apilándose, como usted mismo dijo?
-A ver, contextualicemos. Un colega de ustedes, Antonio Novak, me preguntó el día después de la marcha de los anti cuarentena qué pasaría si nosotros directamente liberamos totalmente la cuarentena. Yo lo remití a las imágenes que los medios se cansaron de mostrar en los últimos meses. No yo, los medios (aclara tajante). Las imágenes de cuerpos apilados, fosas comunes y todas aquellas que habían mostrado en las últimas semanas, para decirle que lo que no queríamos es que aquello que los medios del mundo habían mostrado tan profusamente quedara impregnado en la retina y en la memoria de los argentinos, porque esa es una situación tremendamente traumática. Entonces, en realidad, los que muestran esas imágenes masivas y horribles -y que no queremos para la Argentina- son los medios, no yo. Lo que habría que repensar es el modo de comunicar en general. Lo que yo remití es que no queremos esas imágenes tan horribles para la Argentina.
-Y con el ritmo de contagios actuales, ¿adónde vamos a llegar?
-El ritmo de contagios actuales en el AMBA es preocupante. CABA, GBA y lo que llamamos AMBA, son 40 municipios, hoy tenemos un ritmo de crecimiento importante …¿Por qué ? porque hay que mirar la curva, y nosotros tenemos claramente, en estos últimos 10 días, entre 4 y 5 veces más casos que los que teníamos 21 días atrás. Entonces, si uno va a permitir más circulación de personas -que implica más circulación del virus, es así indefectiblemente- tiene que ser absolutamente quirúrgico. ¿Y qué significa ser quirúrgico? Que aquello que se permita que se movilice sea lo más controlado posible. Por ejemplo, un empresario lleva a sus empleados en una combi, y no en transporte público; cuando entra y sale de la empresa tiene una serie de controles; si llega a aparecer un foco -como lo hicimos en Capitán Sarmiento- inmediatamente se pueden localizar casos y encapsularlos. Ahora, si yo abro actividades en donde mucha gente anónima va, circula y tienen contactos entre ellos, eso se disemina por todo el conurbano y ya no lo puedo controlar, no puedo saber adónde van esas personas que están movilizándose por zonas de mayor circulación. Por eso tratamos de ser muy quirúrgicos, y el límite no es muy exacto. Hay que ir día día y si vemos que la situación se nos desmadra, con la misma decisión y base científica con que se dice “acá podemos aflojar un poco más” diremos “habrá que retroceder”. Pero nos nos olvidemos de que la provincia en su conjunto está muy liberada en las actividades que se pueden hacer, sobre todo en esos lugares que ya no tenemos circulación del virus hace mucho tiempo.
Los barrios vulnerables
En la provincia de Buenos Aires, donde hay 60 municipios donde no hay casos desde hace por lo menos 21 días, la situación de los barrios más humildes se sigue con la mayor atención. Allí se concentran el 40 por ciento de las infecciones del AMBA. Después del caso de Villa Azul, que fue aislada y esa medida frenó la propagación del virus, la mirada se posó en el barrio José Luis Cabezas, ubicado entre Berisso, Ensenada y La Plata, donde hubo 50 casos positivos. El viernes, el ministro Gollán planteó que la situación estaba controlada.
-Vayamos al epicentro que representan en el AMBA los barrios populares, convertidos actualmente en un punto crítico. ¿Usted cree que hay que cerrarlos? ¿Cómo está la situación y cómo sigue la vida en el interior de los mismos?
-Allí se aplica el Plan Detectar, que implica la estrategia epidemiológica de “ir a buscar los casos”. Pero ahí también interviene toda una logística que hay que administrar, lo que los epidemiólogos llaman el plan de contención: qué hacer con los positivos, dónde y cómo trasladarlos, cómo asistir a esas familias en el mientras tanto… Con el Plan Detectar estamos sobrepasando las 103 mil visitas y esto va acompañado de 66.200 testeos. Esto nos permite ir viendo un mapa que se alimenta de 4 o 5 fuentes de información en tiempo real. Cuando vemos que se establece en una zona o en una manzana una concentración de casos, inmediatamente acudimos con todo el equipo para aplicar los programas del Plan Detectar. Ahora, cuando observamos que no son casos sueltos, sino que tenemos un brote -como ocurrió en Villa Azul, o en la villa José Luis Cabezas con 30, 40, 50 casos- hay que tomar medidas diferentes… Y ahí nosotros tenemos protocolizadas tres distintas maneras de intervención: roja, amarilla y verde. La roja implica tener una intervención mucho más fuerte, porque lo tomamos como un lugar de intensa transmisión comunitaria, como si fuera un gran geriátrico -sepamos además que en el GBA hay geriátricos de más de mil personas, en la zona de Ituzaingó, por ejemplo, y dependen de CABA-. Uno lo toma como lugar de mucho contagio, entonces tiene que tomar medidas extraordinarias, fundamentalmente abasteciendo de todas sus necesidades a los vecinos y consensuando con ellos no solo necesidades sanitarias, sino también de trámites, de alimentación, de trabajo y hacer una permanencia muy fuerte en el lugar, porque ese ya es un foco que si uno lo deja que siga se convierte en un incendio. En el barrio José Luis Cabezas hay un sector, en donde se detectó que están los contagios y que está más aislado -lo estuve recorriendo y charlando con los 220 vecinos-, que ayer fue aislado por coronavirus. Y del otro lado, que hay como mil vecinos, todavía no se han encontrado casos. Este es un ejemplo de por qué un barrio está más aislado y el otro está más controlado.
-Esos más de 66 mil testeos, ¿son testeos rápidos de búsqueda de anticuerpos, son autocontroles, o son PCR?
-Todos, los 66 mil, son PCR (N. de la R.: la PCR, la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) es una técnica de laboratorio utilizada para amplificar secuencias de ADN, son testeos moleculares con alto grado de certeza). Esta semana comenzamos dos experiencias diferentes: una en la región sanitaria 8va., al sudeste de la Provincia, en donde comenzamos con los testeos de anticuerpos en los centros de salud. Y otra experiencia, que estamos haciendo es pools de testeos en los geriátricos -ya hicimos la prueba piloto en La Plata y anduvo muy bien - y ahora lo comenzaremos a hacer en 5 o 6 municipios de PBA. Son PCR, pero tomados en pool ¿Que quiere decir? Cómo el reactivo es muy sensible, en un geriátrico de 100 personas, por ejemplo, tomamos grupos de a 10, le hacemos el test y si una sola muestra sale positiva, sabemos quienes son las 10 personas y buscamos dentro de esas 10. Y así dirigimos todo a ese grupo. Vemos a quienes aislamos, a quienes sacamos y a quienes dejamos. Cada vez se incrementarán más los testeos de anticuerpos que ahora nos llegan a partir del desarrollo de la Doctora (Andrea) Gamarnik, los equipos del Conicet e Instituto Leloir; -nos donaron los primeros 6 mil kits- y estaremos usándolos porque habrá mucha provisión dentro de 1 o 2 semanas. Vamos agregando cada vez más herramientas, pero siempre el testeo es con un criterio epidemiológico. Dónde no hay circulación viral masiva, no se testea. No se testea a todo el mundo. Se testea donde vemos concentración de casos. Cuando uno detecta más casos en un lugar , necesariamente tiene que empezar a testear más.
-Luego de casi 80 días de cuarentena social, preventiva y obligatoria, ¿Cómo analiza el comportamiento en general de los bonaerenses frente a la pandemia?
-En general es bueno. Siempre hay excepciones, claro. En la Provincia hacemos una encuesta una vez por semana, y nos arroja que el 90% de la gente ha tomado y tiene conciencia y cree que la cuarentena ha sido una medida efectiva. Y si bien nadie está cómodo con la llamada cuarentena, la valoran. En ese sentido, venimos en un equilibrio. Obviamente vemos angustia, cansancio, y se valora que en la Argentina estamos en una situación mucho mejor que el resto de los países de latinoamérica y muchos otros del mundo. Ahora, es cierto que en el día a día tenemos que dar noticias alentadoras. Estamos analizando muchos tratamientos, el plasma de convalecientes está funcionando bastante bien. Y si bien no queremos generar falsas expectativas, ya se puso en marcha días atrás un ensayo clínico muy importante entre un grupo de hospitales de la PBA, CUCAIBA y el Instituto de Hemoterapia, junto con la prestigiosa entidad científica internacional como Infant -dirigida por el Dr. Fernando Polack- y la Universidad Johns Hopkins, más todo lo que está pasando en el mundo. Nosotros apostamos a que podamos contar en algún momento con alguna medicación efectiva o con alguna vacuna.
El estudio al que se refiere Gollán se realizará, en principio, en las instalaciones de los hospitales públicos San Juan de Dios, Simplemente Evita, Doctor Carlos Bocalandro y Evita Pueblo. En tanto, en CABAl participarán el Hospital Militar Central, el Sanatorio de Los Arcos, CEMIC, la Obra Social de los empleados de Comercio (OSECAC) y el Sanatorio Finochietto. Claramente, la donación de plasma de los recuperados por COVID-19 es fundamental para dotar los bancos de sangre ante la posibilidad que el tratamiento sea el arma más efectiva. Si no para curar la enfermedad, por lo menos para evitar que entre en su fase más crítica, que es cuando colapsan las terapias intensivas.
-Efectivamente, tenemos ya asignados todos los turnos para donar sangre por un mes en el Instituto de Hemoterapia entre convalecientes -continúa Gollán-. Y hay donantes que lo hacen todas las semanas, porque se saca solo el plasma, y se reponen los glóbulos rojos. Casualmente esta semana estuve con un señor de 70 años muy humilde que va y dona todas las semanas. ¡Me emociona mucho ver el entusiasmo de este hombre!
-¿Hay equipos dedicados a mitigar los efectos en la salud mental de los bonaerenses? Usted hablaba recién de la angustia que provoca la cuarentena...
-La subsecretaria de Salud Mental, Julieta Calmels, ha establecido un sistema que está en la página del Ministerio. Actualmente se están atendiendo 4 mil personas con las limitaciones que tiene hacerlo a distancia a través del método virtual (la herramienta ZOOM). También hay intervenciones dentro de los centros de Salud. Y estamos en un periodo de mejorar la cantidad de las prestaciones presenciales a partir de los nuevos protocolos de poder abrir los consultorios psicológicos.
Más insumos chinos
Uno de los datos más auspiciosos de los últimos días fue la puesta en marcha de una nueva etapa de la Operación Shanghai. A través de la misma se reforzarán los 24 vuelos de Aerolíneas Argentinas programados hacia China para traer insumos hospitalarios críticos. Ahora, tres barcos serán los encargados de arribar con 7 millones de insumos en 33 containers que serán derivados a la provincia de Buenos Aires. Dos buques ya salieron con rumbo al país y llegarán el 1 de julio. El tercero partirá de China en los próximos días.
-¿Nos puede ampliar de qué se trata esta iniciativa?
-Está vinculada al puente aéreo que pusimos a funcionar hace ya un mes -vamos por el vuelo 19- para tener insumos médicos; que por el contexto de la pandemia aumentaron el 20% o 30% la demanda en todo el mundo. Y que nos garantizarán el stock hasta mediados de junio. A partir de allí llegarán los barcos. Claro que es más barato traer los materiales en barcos. Por eso, dejo un agradecimiento eterno a Aerolíneas Argentinas que nos permitió establecer este puente aéreo y que garantizó tener los elementos de protección para los médicos y el personal de la salud. Fueron días sin dormir porque no se conseguían en el mundo. Y eso nos generaba mucha angustia. Con los barcos tenemos cubierta toda la compra hasta septiembre. Y luego espero que no haya necesidad de comprar más con esta magnitud.
-Por último, ¿cuántas camas de terapia intensiva hay hoy en la provincia y qué porcentaje están ocupadas?
-En éstos momentos, ocupadas en terapia intensiva tenemos el 43,8%, pero de COVID solo el 6%. El resto es gente con otras patologías. En terapia intermedia tenemos un 38% y un número similar de ocupación para camas generales. Nosotros tenemos disponible hoy unas 4 mil camas entre sector público y privado, si se necesitaran para COVID-19. Y tendremos 15 mil camas de aislamiento en distintos dispositivos como Tecnópolis para personas con casos leves, que solo necesitan estar ahí para no contagiar al resto. Hoy el nivel de ocupación es ínfimo. Cualquier cantidad de camas que uno pueda tener, si esto explota no alcanzarían.
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