Mientras continúa el aislamiento de Villa Azul, donde se confirmaron 15 nuevos casos de coronavirus y el total de infectados ya asciende a 211, ayer se llevó a cabo una serie de testeos en el barrio lindero: Villa Itatí, ubicada del otro lado del Acceso Sudeste, en el municipio de Quilmes. El fuerte operativo, con consultas casa por casa, arrojó como resultado la detección de 75 casos sospechosos de COVID-19. De esta manera, se procedió a realizar los correspondientes hisopados y hoy se darán a conocer los resultados.
Desde el Ministerio de Salud bonaerense informaron que fue parte de “un trabajo articulado entre Nación, Provincia, Municipio, comedores, organizaciones sociales y religiosas”, en el marco del programa Detectar. “Durante el operativo casa a casa se detectaron 75 casos sospechosos. El resto de las personas se quedaron en sus casas con información y recomendaciones para su cuidado”, indicaron.
“En el caso de ser positivos de COVID-19 se les recomendará hacer aislamiento en algún centro preparado para dicha cuestión y se volverá a caminar el barrio por si alguna persona no fue relevada”, informaron desde el Ministerio. Y añadieron: “Es importante llevar tranquilidad a los vecinos y vecinas del barrio, ya que se está trabajando articuladamente desde el Estado (Nación, provincia y municipio) para cuidarlos. Y también cabe destacar que no hay ningún tipo de brote en el barrio”.
El operativo consiste en efectuar testeos a domicilio a aquellas personas que presenten síntomas compatibles con el virus, como fiebre o dolor de garganta. Personal del Ministerio de Salud de la Nación toma la temperatura de los habitantes, mientras realiza un cuestionario para detectar casos sospechosos. Si alguna persona manifiesta padecer síntomas compatibles, se procede al hisopado correspondiente.
De acuerdo con registros oficiales, en Villa Itatí viven alrededor de 15 mil personas, siendo una de las más populosas del conurbano bonaerense. Sin embargo, los habitantes del barrio aseguran que en realidad son más de 70 mil. En efecto, su población se triplicó en los últimos diez años y la mayor parte de su población se encuentra hacinada en pequeñas casas, casillas o ranchos. Además, aproximadamente el 15% no tiene acceso interior al agua, por lo que la situación habitacional genera enormes dificultades para cumplir con un aislamiento total.
En dicho asentamiento del partido bonaerense de Quilmes, ya se habían testeado 7 mil personas hace 10 días. No obstante, ante el brote de casos en la vecina Villa Azul, se repitió el procedimiento, con el saldo informado: 75 casos sospechosos.
Justamente, a raíz de la proliferación de contagios en los barrios populares y bajo la fuerte presión del Gobierno para controlar el avance del COVID-19, el lunes pasado se había conformado un comité de crisis entre la Nación, la provincia de Buenos Aires, los intendentes del conurbano y los movimientos sociales, con un objetivo en común: desplegar y potenciar un amplio operativo de detección de contagios en las villas. Por ende, es probable que en los próximos días los controles se extiendan a asentamientos de los municipios de San Isidro, Almirante Brown, San Martín, La Matanza, Merlo y Morón, entre otros. A su vez, funcionarios de la Provincia de Buenos Aires no descartaron aislar a otros barrios, tal como sucedió en Villa Azul, si proliferan los casos de COVID-19.
A nivel país, este jueves volvió a subir el número de contagios. El Ministerio de Salud de la Nación informó ayer que durante las últimas 24 horas se registraron 8 muertes y 769 nuevos casos positivos por coronavirus. Así, el total de infectados en todo la Argentina ascendió a 14.702 y las víctimas fatales llegaron a 508.
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