La Ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción con más contagios y muertes por coronavirus en el país. A raíz de la quintiplicación de los infectados en un plazo de dos semanas, la nueva prórroga de la cuarentena llegará con restricciones a las flexibilizaciones impartidas anteriormente. En conferencia de prensa, el el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta debió aclarar, en primera medida, que “los comercios esenciales que siempre estuvieron abiertos van a seguir abiertos en toda la Ciudad de Buenos Aires”.
Dijo, a grueso modo, la provisión de alimentos y medicamentos, pero hacía referencia al punto 11 en el listado de las primeras 24 actividades y servicios consideradas esenciales por el gobierno nacional en el artículo 6 del decreto 297/2020. La norma anuncia: “Quedan exceptuadas del cumplimiento del ‘aislamiento social, preventivo y obligatorio’ y de la prohibición de circular, las personas afectadas a las actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia, según se detalla a continuación, y sus desplazamientos deberán limitarse al estricto cumplimiento de esas actividades y servicios”. El punto 11 apunta: “Supermercados mayoristas y minoristas y comercios minoristas de proximidad. Farmacias. Ferreterías. Veterinarias. Provisión de garrafas”.
Eso se mantiene inalterable. “Lo que se restringe -dijo Larreta- son los comercios de rubros que sumamos las últimas dos semanas y solo se restringe en los lugares donde se genera aglomeración de gente”. La primera semana de mayo, las autoridades porteñas habían habilitado la apertura escalonada de algunos comercios. La ampliación de la cuarentena asumía, por entonces, una flexibilización de las actividades económicas.
Se limitarán aquellos zonas de alta densidad de circulación donde “se juntan los que van a pasear con los que van a comprar”. Sería una marcha atrás en la cuarentena por estándares demográficos. Rodríguez Larreta lo anunció como una medida de cuidado: “Vamos a restringir la actividad comercial en los centros de mayor concentración y vamos a mantener lo que es el comercio barrial, el comercio de proximidad, que en términos de cantidad son mayoría y aquellos donde no se genera aglomeración. Lo que buscamos es reducir el riesgo de contagio a través de la reducción de gente”.
Desde el martes 9 de mayo, los comercios minoristas como librerías, jugueterías, florerías, perfumerías, decoración, materiales eléctricos, electrodomésticos, instrumentos musicales y bicicleterías, podían abrir de lunes a viernes de 11 a 21 horas. También se habilitaba la venta de comida y bebida en formato “para llevar” en restaurantes, bares, cervecerías y otros locales gastronómicos de lunes a lunes a partir de las once de la mañana sin límite de horario de cierre; la construcción (solo excavaciones y demoliciones, de lunes a viernes, de 6 a 14) y la administración de escuelas privadas e institutos de formación no universitaria (desde las once de la mañana y sin horario de cierre). Además, regresaban en forma progresiva las ferias itinerantes de abastecimiento barrial (de 8 a 14 y de 15 a 21) con puestos ubicados sobre la calzada, más distanciados, con cierre de calles y demarcación.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dispuso la anulación de esta medida en 29 zonas, entre polígonos, ejes comerciales y centros de trasbordo, que limitarán la actividad comercial a los servicios esenciales. El objetivo es evitar las aglomeraciones de gente en procura de disminuir las probabilidades de contagio. “Es en las zonas que representan el 80% de la aglomeración de gente en la Ciudad, como Once, Av. Avellaneda o la zona de Scalabrini Ortiz y Córdoba”, dice un documento oficial del gobierno porteño.
“El problema no es el comercio sino la gente que se aglomera y eso se da en algunos puntos críticos de la Ciudad. Vamos a mantener lo que es el comercio barrial, el de proximidad, al que se llega caminando desde sus casas. En términos de cantidad son mayoría de comercios pero en lugares donde no se genera aglomeración. Estamos buscando reducir el riesgo de contagio”, expresó Rodríguez Larreta.
En esta cuarentena administrada, el territorio porteño se dividirá entre las 29 zonas de mayor aglomeración de gente y el resto de la ciudad. En los puntos más críticos quedará restringida la apertura de comercios no esenciales. “El comercio barrial sigue vigente. Los comercios que sumamos sí van a tener las mismas pautas que tenían: los días pares los que tienen documento par, los documentos impares los días impares, al igual que estaba hasta ahora”, explicó el máximo funcionario porteño. “Se mantiene el comercio barrial, el de cercanía, al que se puede llegar caminando”, amplía el material difundido por las autoridades.
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