En la tarde del 9 de abril, Sebastián Poveda Liberchuk (33), actor y músico, apagó su computadora y el silencio lo agobió. Recién terminaba de coordinar su primera animación virtual en un cumpleaños. Las risas y ruidos de un minuto atrás quedaron haciendo eco en la habitación que acondicionó para el evento. Lo sintió como si hubiera dado una función en una sala vacía. Y, pese a resistirse a esa modalidad, la extensión de la cuarentena para prevenir el COVID-19 comenzó a apretar el bolsillo y debió buscar la manera de reinventar su actividad: desde hace 7 años anima fiestas de cumpleaños infantiles y cuando admitió que las cosas ya no serían iguales aceptó sumarse a la comunidad virtual.
“Yo tenía mucha resistencia a organizar festejos virtuales porque con mi pareja estamos un poco en contra de jugar con la pantalla, sobre todo en estos tiempos en que estamos hiperconectados. Nosotros promovemos un mundo creativo, sin intermediarios y acá la intermediaria es una pantalla. Pero por la necesidad de seguir trabajando nos dimos cuenta de que teníamos que reinventarnos”, cuenta Sebastián a Infobae.
Las dudas fueron muchas antes de darle “play” a la nueva modalidad, y el temor a que no resultara se hicieron presente. Entonces hubo una prueba piloto. “Al principio no sabíamos bien como íbamos a hacer porque nos quedamos sin ingresos ya que los dos teníamos nuestro propio emprendimiento de animaciones y ademas dábamos clases de danza, música y teatro en jardines y geriátricos. Así fue que empezamos haciendo cuentos interactivos de 4 minutos en las redes y probando algunas dinámicas hasta llegar al formato de animación”.
La última animación presencial que organizó Sebastián fue el 15 de marzo, cuando el clima del país había cambiado y el coronavirus comenzaba a encabezar la portada de todos los diarios. “Pensé que esa la iban a suspender porque ya estaba todo medio raro y también creí que nadie iría, me sorprendió que lo hicieran”, dice y cuenta que tenía animaciones programadas para principios de abril que, pese a su primera resistencia a lo virtual, cedió ante la necesidad económica de la pareja, que decidió convivir en plena cuarentena.
Reinventarse: la experiencia de animar fiestas de manera virtual
Cuando Sebastián avisó en sus redes que la modalidad de su trabajo se había adaptado a la nueva realidad, la primera en contratarlo fue una amiga de Daniela, su pareja, que ya los conocía. “Le mandamos la propuesta y nos contrató para animar una fiestita de 4 años. Nos fue muy bien y nos sorprendimos, porque vimos la necesidad de las familias de conectar con el afuera. En definitiva, están conectando con otra gente aunque no sea de manera presencial y estamos jugando todos juntos”, señala sobre el festejo del cumpleaños de Santino, el 9 de abril.
Emocionado ante ese reciente recuerdo, asegura: “La sensación que tuve después de hacer ese primer festejo virtual fue muy extraña, porque fue como hacer una función en la que tuviste público, pero cuando terminás estás solo en la cocina de tu casa... Eso es lo raro, pero a la vez es lindo, porque son shows donde hay que estar muy concentrados, sobre todo porque manejamos las cámaras y las dirigimos al mismo tiempo que coordinamos el evento".
Las animaciones virtuales de cumpleaños son para grandes y chicos.
Durante este mes, Sebastián y Daniela animaron eventos en los que se reencontraron varias familias y amigos que se extrañan por no poderse ver.
“En estas fiestas virtuales se producen momentos muy emocionantes, sobre todo al final cuando dejamos que cada invitado le exprese sus deseos a quien cumple años. Al verse de golpe todos juntos juegan mucho las emociones, y como tenemos un zoom corporativo dejamos que se queden un rato charlando tranquilos”.
El actor y animador resalta una diferencia que lo sorprendió, admite, de esta nueva modalidad de festejo. “Los juegos que se proponen son para que se diviertan todos, sin importar las edades. Eso sucede sobre todo cuando son familias. Emociona realmente ver que los grandes juegan con los chicos y que la familia conecte de ese modo. Quizás de manera presencial no sucede tanto, porque si se hace una animación para los chicos los grandes están cerca pero no se suman y en esta modalidad sí”.
Sebastián asume estar sorprendido por la repercusión positiva que están teniendo las propuestas “en las que mezclamos cuentos, títeres, música y juegos para los que se pide a los participantes tener a mano materiales cotidianos como papeles cortados, rollo de papel higiénico, vasos etc., para poder realizar las dinámicas”.
La conmovedora fiesta de 75 años de “Chiche”
El primer cumpleaños de adultos que la pareja animó detrás de una pantalla fue uno sorpresa: el de Chiche, una mujer que llegó a los 75 y su hija quiso hacerle ese regalo. “¡Yo iba a ver un video! ¡Qué emoción!", dijo la homenajeada entre risas, al darse cuenta de qué se trataba todo. “Ella es una señora muy pila que se divirtió muchísimo junto a sus familiares y amigos”, la definió Sebastián.
Animar cumpleaños de adultos mayores no le es nuevo, ya que trabaja en un geriátrico y antes la cuarentena daba clases de teatro para PAMI. “Hay algo de ese mundo de adultos mayores que ya conozco y es extraordinario, porque están más entregados al juego que alguien de 30 años”.
Pese a conocer ese ambiente, asume que lo asombra que “todos respondieron muy bien con el tema la tecnología, aunque mandamos un instructivo para conectarse y el zoom hoy es una herramienta que se está usando mucho”.
La duración de los eventos de @cirueloproducciones tiene un máximo de 60 minutos porque “es el tiempo en que una persona puede estar frente a la pantalla prestando atención, en caso de ser para cumpleaños de 3 años, por ejemplo, recomendamos que sean 40 minutos”.
Cada festejo es organizado por la pareja de animadores y son quienes llaman a los encargados de la lista de invitados. “Recomendamos que sean hasta 20 personas por una cuestión de orden, pero pueden invitar a la cantidad de personas que deseen. Lo importante es que tengan ganas de compartir un buen momento y divertirse”, finaliza.
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