En días de aislamiento social, preventivo y obligatorio, muchas situaciones angustiantes se viven a diario. Sin embargo, hay otras, fuera de lo común, que regalan una dosis de esperanza entre tanta incertidumbre y desconsuelo.
En la localidad santafesina de Roldán, una mujer devolvió un bolso que contenía un millón de pesos, destinados a pagar salarios en una empresa de la localidad de Macial. Pero a su vez, donó a un merendero la recompensa que recibió por su buen gesto.
María es empleada doméstica y vecina de esa ciudad, ubicada a 25 kilómetros al oeste de Rosario, donde el martes pasado encontró el bolso del millón, dividido en varios sobres blancos, en una parada de colectivos.
Al llegar a su casa, donde vive con su marido y sus hijos, intentó abrir el bolso con un destornillador, sin éxito. No obstante, más tarde su esposo logró hacerlo gracias al uso de una amoladora y descubrieron que dentro del mismo estaban los citados sobres con dinero y un papel con un número telefónico.
“María se comunicó y logró dar con los dueños del dinero, quienes aludieron que la plata era para pagar sueldos en una empresa de Maciel”, contó Johnatan Mansilla, encargado del merendero.
“Nos pusimos a pensar que los empleados la necesitaban y nadie iba a creer que justo ese dinero se perdió en un bolso”, le dijo María a Johnatan, mientras le relataba la historia vía WhatsApp.
A su vez, cuando se produjo el encuentro entre María y los empresarios, ella les pidió disculpas porque había tomado 500 pesos para comprar comida para su familia. Sucede que no contaba con recursos debido a la pandemia, por lo que el dueño del dinero le preguntó si necesitaba algo más. La mujer le explicó su situación de precariedad y el hombre decidió enviarle un camión con alimentos suficientes, aproximadamente para dos meses.
Durante el encuentro, María mencionó que ella y su grupo familiar recibían la ayuda del merendero que atiende Johnatan. De esta forma, solicitó una donación para el comedor y el hombre le ofreció cinco mil pesos.
Producto de la pandemia y el aislamiento social y obligatorio, María había perdido su trabajo, la única fuente de ingresos con la que contaba. Esa situación fue la que motivó su primer contacto con Johnatan Mansilla, el encargado del merendero y miembro de la agrupación de vecinos Amor Solidario Roldán, para obtener una ración de alimento para ella y su familia.
Mansilla explicó que con la pandemia “mucha gente se quedó sin trabajo, así que empecé a hacer barbijos, busqué gente que los cociera y yo los cambiaba por mercadería en negocios, para ayudar a gente necesitada”.
Actualmente, en el merendero comen 150 chicos por la tarde y se brindan 200 raciones de comida a la noche. Ahora, con el dinero recibido, Johnatan pudo comprar un mechero y un disco, que permitirán incrementar las porciones diarias.
Por último, el encargado del merendero confió que años atrás María ya había protagonizado un hecho similar, cuando se encontró 150 mil pesos en la calle. En aquella oportunidad también buscó a los dueños del efectivo y lo devolvió, recibiendo a modo de recompensa una heladera, artefacto que con el que tampoco contaba en su casa hasta que recibió esa recompensa.
Seguí leyendo