El traslado de la elefanta Mara: cómo es el Santuario de Brasil donde vivirá luego de 50 años de cautiverio

Fue fundado por Scott Blais en 2013 y actualmente residen tres elefantas rescatadas del cautiverio en circos y zoológicos. Se estima que a mediados de la próxima semana la elefanta llegará al predio de más de 28 hectáreas ubicado en el Mato Grosso, donde pasará el resto de su vida

El Santuario de Elefantes de Brasil está ubicado cerca de la ciudad de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso. (@elefantesbrasil)

Mara se va. Durante la tarde de este sábado dejará para siempre el recinto que ocupa desde el 10 de octubre de 1995 en el actual Ecoparque porteño. En el momento que ingrese a la caja en la que viajará 2.700 kilómetros se convertirá en la primera de su especie en salir de un ex zoológico argentino y también en la que caminará por primera vez en un espacio que se asemeja a lo que debió ser su hábitat natural. Su traslado, anhelado por los animalistas y buena parte de los vecinos del barrio de Palermo, abre las puertas para continuar con las derivaciones de los 7 elefantes que quedan en el país y de los demás animales que aún viven en cautiverio.

Pensando, justamente, en la vida de los elefantes cautivos, Scott Blais, director del Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) -donde vivirá Mara- decidió dedicar su vida a rescatar aquellos que habían sido explotados en circos y confinados en zoológicos. El amor por la especie nació durante su adolescencia cuando comenzó a trabajar en una empresa estadounidense que organizaba safaris. Primero se ocupó de la limpieza de ese lugar, pero a los dos años, cuando apenas tenía 15, le ofrecieron ser entrenador de elefantes. “¡Había un nivel de abuso horroroso!”, reconoció Blais apenado ante Infobae. Y reveló que ver cómo explotaban aquellos animales lo hizo definir su camino: “Supe que debía hacer algo distinto con los elefantes”.

Así compró una propiedad en Tennesse, Estados Unidos, y fundó junto a su esposa Kat el Global Sanctuary for Elephants (Santuario Global para Elefantes). El primer santuario lo instaló en ese terreno y el segundo en Brasil. Allí podrá alojar a más de 30 individuos de la especie ya que el lugar es de 28 hectáreas, piensa ampliarlo y tiene todo lo necesario para que ofrecerles una nueva vida.

Alejandra García, miembro de la Fundación Franz Weber en Argentina y coordinadora de Proyecto ELE (Estrategia para la Liberación de Elefantes).

En el SEB estuvo de visita hace unos años Alejandra García, miembro de la Fundación Franz Weber en Argentina y coordinadora de Proyecto ELE (Estrategia para la Liberación de Elefantes) quien en diálogo con Infobae contó sobre la tarea que hace 7 años inició esa fundación para trasladar a las elefantas que están en Argentina. Se refirió, además, a la vida de los elefantes en libertad y la contrapuso con lo que padecen en el cautiverio. “Tienen cultura matriarcal: madre e hija no se separan en toda su vida. Mara quizás pudo ser una matriarca y le quitaron esa posibilidad”, lamentó.

La nueva casa de Mara

El Santuario de Elefantes de Brasil fue fundado en 2013 y es el primero y único de América del Sur. “Nuestra misión es proteger, rescatar y proporcionar un santuario para los elefantes cautivos. Tenemos el objetivo de desarrollar y mantener un entorno natural, amplio y progresivo que los estimule físicamente, les proporcione un entorno socialmente dinámico donde puedan expresar sus comportamientos naturales y recuperarse de los años de cautiverio, creando oportunidades para aumentar la conciencia pública sobre su inteligencia, cognición, comunicación y comportamiento social. Hacemos esto a través de la investigación, la defensa y el intercambio de conocimientos”, asegura en su presentación el Santuario de Elefantes de Brasil.

La organización sin fines de lucro se propone ayudar a transformar la vida y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Desde enero de 2010, ElephantVoices, junto con personas interesados en la causa en Brasil, trabajan para apoyar los esfuerzos legislativos que buscan prohibir la práctica de usar elefantes en espectáculos en ese país.

Las elefantas Maia y Rana exploran el santuario. Por esos caminos pronto andará Mara. (@elefantesbrasil).

En 2012, poco antes de arribar a Brasil, Scott y Kat Blais se sumaron a estos esfuerzos y aportaron su conocimientos y experiencia para ayudar a convertir la teoría en realidad. Poco después, con la creación del Global Sanctuary for Elephants (Santuario Global para Elefantes), se conformó una coalición de expertos y ciudadanos interesados en dar protección a la especie a la que se sumó Joyce Poole, un médico veterinario reconocido internacionalmente por sus estudios sobre los elefantes salvajes en África.

Blais, el hombre que llevará a la elefanta hasta el santuario, recibió a Infobae el 27 de febrero pasado, durante su ultima visita a Mara en el Ecoparque porteño y contó con qué se encontrará la elefanta cuando llegue a Brasil: “Al llegar encontrará el Edén para elefantes. Es algo que a Mara le gustará mucho. Yo estoy muy contento por pensar en ella contactándose con otros elefantes y sintiéndose más libre. El santuario le ofrecerá la oportunidad de empezar a explorar qué es ser un elefante... con la pastura, los árboles, las flores, las plantas, el olor de los animales salvajes, los sonidos de la naturaleza, y los otros elefantes que estén en ese espacio”.

Apenas salga de la caja, en que habrá viajado entre 4 y 6 días, pisará por primera vez la tierra fresca. Debido a la estructura del santuario estará en un sector al aire libre, muy similar a las áreas de manejo y de tratamiento del Ecoparque. “Ella pasará la noche en ese lugar para descansar y comer. Y dependerá de su comportamiento si al otro día podemos permitir que otro elefante ingrese para que esté en contacto con ella, no directamente sino a través de barreras físicas. Esta es una parte crítica en la que se pueden tocar con las trompas, pueden olerse, verse, pero hay barreras de seguridad”.

Durante la tarde de este sábado 9 de mayo, la elefanta Mara iniciará su camino para vivir en un lugar similar al que debió ser su hogar junto a su manada (Tomás Cuesta - Ecoparque)

“Su comportamiento determinará si esperaremos más tiempo para abrir las puertas o si serán solo un par de horas. El mismo día le daremos acceso a la parte externa de las instalaciones donde tiene pastura y árboles. El lugar tiene 5 espacios interconectados de 28 hectáreas, que vamos a seguir ampliando. Ni bien se la vea segura y cómoda con el lugar se la dejará explorar y que vaya al espacio más grande posible”, explico Blais

Cómo es la vida de los elefantes en libertad

Mara no podrá tener todo aquello que se le robó cuando la sacaron de su manada para venderla a un circo y dejarla cautiva más de 50 años, pero se la ayudará a ser una elefanta, a hacer los sonidos propios de su especie, cosa que no pudo hacer porque en su infancia fue educada a golpes para que aprendiera a realizar trucos como caminar en dos patas o llevar una pelota.

“Lo primero que tenemos que saber es que los elefantes son matriarcales, o sea, que siempre es una hembra la que lidera la manada que llega a estar integrada por hasta 50 individuos que tienen lazos familiares entre sí. Tienen una relación de familia extensa: durante toda su vida una hija vivirá junto a su madre, con su tía, hermanas, abuela, primas... Cada manada tiene un clan y hay relaciones entre los clanes, no es que vivan juntos pero suelen encontrarse cuando pasa un acontecimiento especial como cuando muere una gran matriarca”, explica a Infobae Alejandra García, que debido a la cuarentena no podrá acompañar a Mara a su nueva vida.

La elefanta Ramba fue una de las primeras habitantes del SEB. Había sido rescatada de un circo y un safari en Chile. Murió debido a una falla renal con la que llegó al santuario. Es uno de los símbolos de liberación animal de América del Sur.

García habla de las distintas maneras de comunicarse que tienen los elefantes, no solamente vocalizando sino tocándose con sus trompas: “Tienen mucho contacto físico, para ellos es esencial, y también hacen sonidos imperceptibles para el ser humano el cual suelen hacerlo con las patas y así se comunican unos clanes con otros".

Una de las actitudes más conmovedoras de su comportamiento como miembros de manada sucede cuando mueren una gran matriarca. "Pasó hace poco y lo pudieron observar: llegaron elefantes de distintos clanes para rendirle culto. Esto significa que tienen ritos funerarios que llevan a cabo con la muerte de una matriarca: están con ella y se quedan durante varios días con el cuerpo al igual que la familia del animal muerto, incluso tocan o toman sus huesos delicadamente con la trompa y los vuelven a poner delicadamente en su sitio. Esta es una de las miles características que tienen los elefantes... Mara no va a poder recuperar eso porque no puede volver a su hábitat natural por muchas razones, una de ellas es porque los elefantes desarrollan culturas y tienen enseñanzas que se van pasando como de generación en generación, y Mara nunca tuvo eso”.

El Santuario de Elefantes de Brasil fue creador con el objetivo de recuperar a los elefantes rescatados de una vida en cautiverio. (@elefantesbrasil)

Además, destaca que “Mara es una hembra, con lo cual nunca se hubiera separado de su madre ni de sus hijas y no sabemos si hubiera sido llamada a ser una matriarca dentro de su clan. Esto demuestra que las elefantas en cautividad no pueden desarrollar sus potencialidades, capacidades y necesidades”.

Lo dice basándose en sus conocimientos como estudiosa de la especie y se respalda en una investigación científica publicado por la revista Science que muestra los resultados de un estudio realizado a lo largo de 10 años en elefantes en libertad y cautivos en zoológico de los Estados Unidos y en Europa.

“El estudio determinó que los elefantes cautivos viven 40 años menos que los que están en libertad con lo cual desbordan todas las especulaciones sobre que la cautividad ayuda en la conservación de la especie. Además, la tasa de nacimientos en cautividad es baja y la mortalidad de elefantes bebé nacidos en cautiverio es muy alta. Esto demuestra que los zoológicos no cumplen ningún papel en la conservación y también hay una explotación muy alejada de la ética, por lo cual aplaudimos que el Ecoparque de Buenos Aires se embarcará en esta aventura de enviar a las elefantas a los santuarios”, aseguró.

En referencia al SEB señaló que Mara se encontrará con otras tres elefantas. “Todas fueron rescatadas de circos y zoológicos. Lady, una elefanta de 60 años, fue la última en llegar y se le está haciendo un tratamiento en las patas por una infección que trajo del zoológico”, afirma García.

La Fundación Franz Weber, parte del traslado de Mara

Alejandra García.

Como fundación, la Franz Weber -lleva el nombre de su creador, un activista que durante 40 años luchó por la supervivencia del elefante africano y por la prohibición total del comercio de marfil- adhirió a la Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) y participa en todas las mesas de trabajo para la protección del elefante africano. También integra una coalición que protege a los elefantes africanos y que reúne a ministros de Medioambiente de países africanos.

“Desde la fundación llevamos la secretaría de esta coalición y cuando desembarcamos en Argentina, hace 7 años, yo como representante comencé a visitar los zoológicos donde todavía tienen elefantes. Comenzamos a realizar un informe de cada uno de ellos e intentamos entablar un puente de diálogo con cada una de estas instituciones explicando la inconveniencia del cautiverio y la conveniencia tener una vida mejor trasladándolos a un Santuario. En paralelo, Scott y Kat Blais comenzaban a buscar un terreno para instalar el santuario de elefantes en Brasil”, revela García.

Alentado por García, e informado de la situación de los elefantes en Argentina, Blais visitó el país para interiorizarse de todo. “Scott empezó a trabajar en forma coordinada con los equipos de cada zoológico, sobre todo con los cuidadores a quienes les hacia determinadas recomendaciones sobre el manejo de la dieta para que los elefantes llegaran en las mejores condiciones a sus traslados”, cuenta Alejandra, también al frente del Santuario Equidad de Córdoba.

(Matias Arbotto)

Recuerda que tuvieron que sortear muchos problemas, no solo relacionadas con habilitaciones sino que en un primer momento Brasil negó la entrada de elefantes de Argentina. "Eso nos cortaba las piernas, porque las elefantas asiáticas están dentro del ‘Apéndice I de la Cites’, lo que significa que la especie cuenta con la máxima protección y obliga a los países que han adherido, como Brasil Argentina, a no exportar ni importar animales vivos, para evitar el tráfico ilegal de fauna. A partir de ahí se desencadenó un trabajo coordinado entre nuestro grupo legal y los abogados del santuario de Brasil que, finalmente, consiguieron que se hiciera una excepción en el caso de las elefantas”.

Así, tras un año de reuniones en el que las autoridades entendieron la situación de excepción, se abrieron las puertas para lograr las derivaciones y se inició el trabajo con los zoológicos. El primero que aceptó fue el Ecoparque de Mendoza, pero aún no se lograron los traslados. En paralelo se había aceptado el de Mara y Pelusa, quien hubiera sido la primera elefanta en salir de un zoológico, pero la segunda murió poco antes de emprender el viaje.

“También acompañamos el proceso del Ecoparque Buenos Aires como institución que será quien haga el traslado hasta Brasil para dar un final feliz a la historia de Mara. ¡Y todavía quedan el resto los elefantes que están en otros zoológicos Argentina!”, dice García.

Señala que realizar el traslado de Mara en plena cuarentena significó entender que los animales tienen que ser respetados y tienen derechos. Es parte de la maravilloso que fue que los funcionarios hayan entendido que, al igual que muchas personas tenían el derecho a volver a sus casa y había que repatriarlos, Mara tenía derecho de viajar luego de cumplir con su cuarentena. Muchas instituciones estuvieron de acuerdo, sin color político, en que debía irse y eso fue fantástico porque estuvo de acuerdo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el Ministerio de Medioambiente de la Nación, Brasil por medio de su embajada, el Senasa y el organismo que cumple esa misma tarea en Brasil. Todo este escenario de funcionarios y políticos que no la conocen de las misma manera que sus cuidadores, empatizaron y entendieron que no había ningún riesgo para el traslado y que el equipo humano que la acompañará va a cumplir absolutamente con todos los protocolos y de manera más estricta”.

García asume: “Personalmente tengo mezcladas un montón de emociones. Por un lado, desde lo personal, la frustración de no poder acompañarla cuando ya estaba todo organizado para hacerlo porque estoy haciendo la cuarentena en el Santuario en Córdoba y es imposible en este momento trasladarse a Buenos Aires. Pero siento una enorme alegría de que por fin se concrete el traslado de Mara por el que venimos trabajando desde 2013. Esta es la concreción de muchos sueños".

Trasladar a elefantes cautivos a santuarios es un tema de responsabilidad -destaca-. Ponemos primero la ética en el trato a los animales, porque toda nuestra vida personal y profesional debería estar atravesada por ella. La ética en la cúspide de la pirámide que debe recubrir a la ciencia, sólo así la conservación y la educación tomarán los caminos correctos. Esto es lo que está sucediendo hoy con Mara, y muy pronto con los demás elefantes cautivos en Argentina”.

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