Martín Chaparro eligió una carta abierta para agradecer, un tono amable para responder y un sinfín de cotidianidades para valorar. Aislado en el hotel GrandView, ubicado en Azcuénaga 45, para cumplir el protocolo dispuesto, el médico epidemiólogo resumió en un audio de dos minutos y seis segundos lo padecido durante más de 40 días en Estados Unidos, país en el que quedó varado tras viajar a Japón para cumplir con un curso laboral.
“Me sentí relajado, seguro de volver a ver las calles y los árboles de la ciudad”, relató el profesional chaqueño a Infobae. Chaparro, de 33 años, partió desde Buenos Aires el 10 de marzo rumbo a Tokio con el objetivo de experimentar un curso de perfeccionamiento relacionado directamente a su trabajo. Todo bajo su principal fuerte: la vocación por la investigación científica, la cual lo llevó a presentar su CV y sus papers en la Sociedad de Promoción de la Ciencia de Japón para capacitarse en el área de modelamiento matemático.
El 13 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la pandemia por coronavirus y Chaparro quedó atrapado en suelo norteamericano. Debía volver el 24 de marzo, mucho tiempo después de que el Gobierno nacional cerrara las fronteras y estableciera la cuarentena obligatoria en todo el país. Ese mismo día se aferró a su única esperanza: regresar vía Miami en un vuelo comercial que salía por la noche. Nada de eso sucedió.
“Era un curso intensivo de dos semanas. Fui a ver las posibilidades de que me aceptaran en la cursada porque son muy estrictos y tenés que presentarte personalmente para que vean si cumplís con las condiciones que exigen. Pero me sorprendió todo esto, vi que la situación se estaba poniendo fea y opté por volver”, contó Chamorro a Infobae.
El martes pasado, también vía Miami, un vuelo de Copa Airlines permitió que Chaparro, junto a otros cinco colegas, volviera a la Argentina. “Sentí que me saqué una pesada mochila de angustia”, declaró el médico, quien deberá permanecer en el hotel porteño durante cuatro o cinco días más, en donde es y será evaluado de manera periódica, a la espera de un test que le confirme si contrajo o no el COVID-19. Cuando ello suceda, volverá a su casa en la ciudad de Buenos Aires y cumplirá allí el resto del aislamiento.
El 3 de mayo, cuando el panorama aún era incierto y las confirmaciones eran nulas, el médico dialogó con Infobae y expresó su sentir: “Si me pasa algo, no es responsabilidad de nadie porque ni siquiera me tienen en cuenta. Hay un riesgo mundial, estoy lejos de casa y estaría bueno que desde el Gobierno de tu país te digan ‘quédense tranquilos que estamos haciendo las cosas para que vuelvan’, pero escuchar que te digan ‘no son prioridad’ es terrible. Me siento como un expatriado”.
Luego de pisar el Aeropuerto de Ezeiza, redactó un texto que fue dirigido a este medio, en el cual sostuvo la necesidad de “expresar mi mayor agradecimiento por difundir de manera amplia y sostenida mi situación personal y la de tantos compatriotas que desde distintas partes del mundo siguen aguardando la oportunidad de regresar”.
“La alta exposición pública que tuvo el tema gracias a las entrevistas y publicaciones que ustedes han realizado durante semanas –mostrando más allá del interés periodístico, una enorme sensibilidad humana y generosidad- facilitó que se movieran los resortes necesarios en los distintos ámbitos para permitir el anhelado regreso al país, poder estar más cerca de mis seres queridos y próximamente retomar mis obligaciones profesionales”, agregó.
Especializado en epidemiología (MP 6.609), Chaparro es oriundo de Resistencia y graduado en 2011 de la Universidad Nacional del Nordeste. También posee un Máster en Investigación Clínica y Epidemiológica, que cursó en la Universidad de Buenos Aires y completó con prácticas en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. “Lo paradójico es que me especializo en una de las áreas que más profesionales se necesitan en este momento”, detalló.
“Hice la residencia en la Dirección de Epidemiología de Chaco, donde desarrollé mucho trabajo de campo, y los últimos tres meses continué con prácticas en una ONG de Buenos Aires que investigaba proyectos de salud pública sin intervención farmacológica”, destacó Chaparro, quien fue uno de los primeros en integrar la camada de médicos de su provincia especializados en la epidemiología. Además recordó: “Fue un reto nuevo que implicó un rotundo cambio de vida. Siempre digo que las cosas más importantes de mi vida no fueron planeadas”.
En 2019, Chamorro renunció a la ONG para sumarse a la empresa PSI, la cual se dedica a hacer ensayos clínicos globales. “Estoy en un momento laboral complejo. Si bien trabajo en una compañía seria que va a seguir los lineamientos del Gobierno (no despedir a su personal en medio de la pandemia), corro el riesgo de no saber qué pasará en el futuro", contó.
En su texto compartido, completó: “Es muy difícil poner en palabras la sensación de estar fuera de mi patria en el marco de una pandemia que tiene en vilo al planeta. Mezcla de angustia, miedo y desprotección. Hoy respiro el mismo aire que ustedes, siento alivio y alegría de poder estar de vuelta y contribuir, como especialista en epidemiología, a la titánica tarea que tantos profesionales de la medicina llevan adelante en diferentes naciones”.
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