Es de Malasia y casi muere por coronavirus en Argentina: la canción que le dedicaron los médicos tras 30 días en coma

Mohd Zaidy Bin Abdul Rahmn estuvo un mes y medio internado en un hospital público de Vicente López. El personal de la salud le cantó “Resistiré” cuando se confirmó que se había curado

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El momento en el que médicos y enfermeros le cantan "Resistiré" al paciente malayo

Mohd Zaidy Bin Abdul Rahmn pasó 45 días internado en un hospital muy lejos de su casa. Literalmente, del otro lado del planeta, en una ciudad desconocida para él y su familia al norte de Buenos Aires. Los planes de este hombre de 43 años cambiaron drásticamente.

Llegó desde Malasia a la Argentina junto a tres amigos, entre ellos su suegro, para participar de un encuentro religioso y para hacer turismo. Pero justo en el momento en el que la curva de contagios por coronavirus empezaba su cuesta arriba. Y así fue que Rahmn terminó en la cama de un hospital.

Durante un mes y medio luchó por su vida. La COVID-19 tomó su cuerpo. Él casi pierde la guerra. Los médicos lo pusieron en coma durante 30 días hasta que una mañana Rahmn despertó y pidió rezar, síntoma de que todo empezaba a mejorar. Sobrevivió.

Por eso el último martes los trabajadores del Hospital Municipal Bernardo Houssay, donde el hombre se recuperó del coronavirus, celebraron la victoria del paciente, que también fue un triunfo de ellos. Y en el momento que lo sacaron de Terapia Intensiva le regalaron una canción como homenaje: una decena de médicos y enfermeros, guitarra incluida, le cantaron la célebre canción española de Dúo Dinámico “Resistiré”, que se hizo muy conocida con la película ¡Átame!, de Pedro Almodovar, en 1990.

“Fue algo espontáneo para celebrar que salió de una muy difícil. Nos encariñamos mucho con él y nos emocionó que haya sobrevivido después de todo lo que pasó”, contó a Infobae Silvia Campolongo, directora del hospital público.

Una médica se encargó de impartir las instrucciones y uno de los cardiólogos prometió llevar la guitarra y aprenderse los acordes. Cuando Rahmn salió al pasillo en silla de ruedas lo abrazaron los trabajadores del hospital. La emoción se propagó más rápido que el virus.

“Retorna a ser un hombre libre más que disfruta de este hermoso mundo que tenemos y al que estamos obligados a cuidar. Felicitaciones a todo el personal trabajador, nuestros únicos y verdaderos héroes”, festejaron también desde el Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López.

Según contaron diversas fuentes a Infobae, Rahmn alquiló un chalet en la calle Villate, en la localidad de Olivos, muy cerca de la Quinta Presidencial, con el fin de participar de este encuentro en la Capital Federal y de pasear. Venían de Brasil y antes habían estado en el Reino Unido.En alguno de esos lugares el hombre contrajo el virus.

El 10 de marzo, horas después de aterrizar en Buenos Aires, empezó con síntomas compatibles. Entonces hizo una consulta en el Hospital Alemán porteño. Allí lo clasificaron como caso sospechoso de COVID-19, le realizaron el hisopado y lo enviaron en aislamiento al chalet de Olivos.

Mohd Zaidy Bin Abdul Rahmn tiene 43 años y estuvo al borde de la muerte
Mohd Zaidy Bin Abdul Rahmn tiene 43 años y estuvo al borde de la muerte

Cuatro días más tarde, el sábado 14 de marzo, cuando todavía no se había decretado la cuarentena obligatoria en Argentina, se publicó su caso en la plataforma del Ministerio de Salud de la Nación como positivo. “Por lo que se lo trasladó con SAME Vicente Lopez al Hospital Houssay”, explicó una fuente de la Comuna a Infobae.

A pesar de que Rahmn no tenía patologías previas la situación se complicó mucho. Antes de que se cumplieran 72 horas de su internación el malayo se descompensó, tuvo una afección pulmonar y los médicos decidieron internarlo en Terapia Intensiva y mantenerlo con respirador mecánico. Pronto entró en un coma farmacológico. El hombre la pasó realmente mal. Estuvo al borde de la muerte.

“Cuando le cerramos la traqueostomía fue un logro. Luego recuperó la fuerza. Pero había hecho neumonía, estuvo muy muy crítico. Cuando empezó con la mejoría todo el personal del salud se puso contento y teníamos esperanza, nos habíamos encariñado mucho con él. Imaginate, un hombre de Malasia, de otra religión, completamente solo en un lugar donde no hablan su idioma”, comentó Campolongo.

De los cuatro malayos que ocuparon la casa de Olivos, Mohd Zaidy Bin Abdul Rahmn y su suegro dieron positivo. Sin embargo, contrario a lo que suele ocurrir, el hombre de 68 años se recuperó antes y no tuvo complicaciones.

“Hubiésemos esperado que el suegro se complicara más. Él no tenía enfermedades preexistentes. Evidentemente fue la evolución de la enfermedad. Es una enfermedad complicada cuando se disemina. Hubo un montón de pacientes que no se complicaron. En este caso tuvo una evolución muy mala. Cuando empezó a evolucionar levantó rápido también”, explicó la directora médica del hospital Houssay.

Rahmn despertó hace 10 días. Desde ese momento su evolución fue constante. “Cuando empezó a despertar oraba muchas veces por día. Venía con un ayuno importante, había perdido mucho peso y quería hacer su ayuno por su religión, pero tenía unos valores renales que no daba para eso”, contó Campolongo. “Fue muy difícil explicarle que su dios lo iba a recibir igual si no ayunaba”, sonrió la médica.

Cuando mejoró pudo recibir la visita de su suegro y de otro amigo. “Ahí creo que salió de esa soledad absoluta y empezó él mismo a mejorar. Fue muy emocionante cuando se reencontró con su gente”, detalló Campolongo.

Los médicos pensaron que Rahmn quedaría en el camino, como una víctima fatal más del coronavirus. Su situación de lejanía de su tierra y la imposibilidad de comunicarse con los médicos y enfermeros los conmovió. “La gente del hospital le tomó mucho cariño”, se emocionó Campolongo. “En esta sensación de vulnerabilidad y desprotección, él estaba solo, con otro idioma y otras costumbres, en un lugar muy lejano. Estuvo muy grave, muchos días creíamos que se moría”, admitió.

Por eso la idea de cantarle una canción salió naturalmente. Se le ocurrió a una de las doctoras de la Unidad Coronaria, Guillermina, quien estaba muy conmovida. “Él fue muy afectuoso y ella estaba muy encariñada. Y se le ocurrió. Uno de los médicos cardiólogos trajo la guitarra, y todos compartimos. Fue espontáneo”, relató la directora del Houssay.

Ahora Rahmn espera el alta definitiva. Probablemente sea este jueves. Al chalet de Olivos no puede volver. Los dueños de la casa tuvieron problemas con los vecinos, quienes los acusaron injustamente de propagar el virus en la zona.

Pero el malayo está feliz. Un amigo suyo contó a Infobae: “La atención fue excelente. Salvó su vida, está muy feliz y agradecido con la gente de Argentina. Está muy bien. Cuando se dio cuenta que no era un hospital privado quiso ir a otra clínica pero nadie lo aceptaba, por eso nos quedamos en el público. En Malasia la atención de la salud es privada, por eso tenía miedo, pero acá fue muy buena y él está muy contento”.

Según contaron a Infobae, Rahmn iría ahora a un departamento en Capital, que se consiguió con la ayuda de la Embajada de Malasia. “Era muy difícil comunicarse con él y en su soledad absoluta fue aun más difícil. Con costumbres distintas, desde la comida a su religión. Por eso ahora estamos felices de que vuelva a su vida normal”, cerró Campolongo.

“¿Qué es lo que une a las personas? ¿Son los ejércitos? ¿El oro? ¿Las banderas? Son las historias. Nada en el mundo es más poderoso que una buena historia”. La frase es de Tyrion Lannister, el personaje de Game of Thrones protagonizado por Peter Dinklage. La dijo en una de las escenas decisivas del final de la serie.

Después de pasar 45 días infernales solo, en un cuarto de un hospital de una ciudad desconocida en un país lejano, Rahmn saldrá de allí no solamente vivo y de pie. Lo hará con una historia para contar sobre aquellos días de peste universal. Una en la que fue protagonista.

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