Este jueves por la tarde, personal del SAME y de otras clínicas privadas arribaron al geriátrico Carpe Diem, ubicado en la intersección de Larrea y Paraguay, en el barrio porteño de Recoleta, para evacuar a más de 30 adultos mayores luego de que se confirmara que están infectados con coronavirus. También a siete empleados del lugar, lo que dio un total de 37 contagiados.
La mayoría está siendo derivada por sus respectivas obras sociales, salvo ocho residentes del lugar que son afiliados del PAMI y fueron trasladados por móviles del SAME. Según las primeras versiones, el virus llegó al geriátrico a través de una empleada de la residencia.
Blas Rinaudo, uno de los médicos que trabajan en el lugar, confirmó que los residentes no tienen ninguna sintomatología: "Lo que hicimos, por precaución, es el hisopado de todos. Testeamos a todos a partir de un residente, una persona mayor, con dolor de garganta. A partir de ahí, como dio positivo, les hicimos el test a todos. La semana anterior se lo habíamos hecho a todo el equipo asistencial por un protocolo interno. Ese dio negativo. El día 24 todo el equipo había dado negativo”.
“Por protocolo se está retirando a 25 residentes, esto va cambiando. Por protocolo retiramos a todas las personas que están asintomáticas. Son 25 de 40 personas que viven en el lugar. El contagio se debe haber dado por alguien que trabaja en el geriátrico”, agregó el profesional de la salud. Luego, con el correr de las horas, el Ministerio de Salud porteño confirmó que el número de residentes infectados era de 37, sumados a los 7 casos registrados entre los trabajadores del geriátrico.
“El pasado 30 de abril, una asistente de la residencia tuvo dolor de garganta y el viernes primero de mayo, cuando hizo fiebre, fue trasladada al Hospital Rivadavia. Allí se le realizó el hisopado y terminó dando positivo”, explicaron las fuentes sanitarias porteñas. También informaron que "el martes siguiente, pese a que todos estaban asintomáticos, se les realizó el hisopado. En la jornada de hoy se confirmaron los resultados y por eso se definieron los traslados”.
Sara Trama, hija de una residente, reveló: “Mi mamá, Eugenia, tiene 90 años y está internada hace dos años y medio acá con un Alzheimer suave. En perfectas condiciones de salud en relación al resto. Me reconocía y no tenía ningún otro problema. Fue internada para estar más contenida y no estar sola en su casa. Cuando venía la trataban bien, siempre estaba muy limpia, pero tenía muchas diferencias en cuanto a facturaciones de cosas”.
“La vi por última vez en febrero, después no la pude ver más. Mi papá la llama casi todos los días. Le dijeron que tiene el virus. Supuestamente asintomático, pero yo ya no les creo nada. Hace 15 días me vienen diciendo que les van a hacer estudios por precaución. ¿Cómo por precaución? ¿Y eso? Nadie lo suele hacer”, agregó la mujer.
En el lugar, los vecinos y familiares de los adultos mayores que fueron evacuados se unieron en una aplauso hacia los médicos, quienes agradecieron el gesto.
Horas más tarde, al arribar al lugar el doctor Alejandro Paolasso, quien se presentó ante los medios como coordinador médico de un grupo de residencias entre las que se incluye Carpe Diem, dijo que “el virus en las residencias entra por la circulación de gente”.
Durante la jornada del jueves también se confirmó que en el geriátrico Apart Incas de Belgrano murió otra residente que estaba internada por coronavirus. Se trata de Dora Verón y es la séptima víctima fatal por la invasión del virus en la residencia porteña. “Estaba internada en la Clínica Osecac de la localidad bonaerense de Merlo”, dijo a Télam el abogado de las familias de las víctimas, Ignacio Trimarco, quien agregó que otros 18 adultos mayores que fueron evacuados de ese establecimiento continúan internados con la enfermedad.
El 22 de abril, el fiscal Maximiliano Vence ordenó la evacuación y luego dispuso un allanamiento en la residencia ubicada en Avenida de los Incas al 1100. Durante el procedimiento se retiraron libros de ingreso y egreso al establecimiento, las historias clínicas y otros elementos de prueba para continuar con la investigación.
El fiscal imputó por “abandono de persona seguido de muerte” y “propagación de una enfermedad” a los propietarios de la residencia geriátrica y a la directora médica, mientras se analiza si integrantes del Gobierno porteño también deben ser investigados por incumplimiento de deberes de funcionario público.
Fotos: Franco Fafasuli
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