Este miércoles por la tarde, en la playa de infractores de tránsito ubicada detrás de la Facultad de Derecho, un hecho insólito fue protagonizado por un hombre de 67 años, quien por la mañana descubrió que su vehículo había sido removido de la puerta de su casa. Tras sacar la basura e ir a realizar las compras del día, Omar B. comenzó a recorrer -a pie- las playas de infractores de la ciudad de Buenos Aires más cercanas para encontrar su auto.
Al llegar junto a Verónica, su mujer, al estacionamiento ubicado en el cruce del pasaje Libres del Sur y Eduardo Coulture, descubrió que su auto estaba allí y que había sido removido por estar estaciondo en un lugar prohibido. El mismo sitio en el que su vehículo permaneció durante 48 días y que el Gobierno porteño había permitido, tras decretar que no efectuaría multas en los sitios en los que, fuera del contexto de la cuarentena, no está habilitado el estacionamiento.
Tras pagar $4.000 para retirarlo, tal como declaró, fue retenido en la oficina del lugar durante más de tres horas, acusado de amenazar al empleado que lo atendió diciéndole que tenía coronavirus. Según la información oficial, el interventor declaró que Omar le cuestionó el accionar de la Empresa de Sistema de Tránsito Ordenado y comentó: “Si yo llego a tener coronavirus ando paseando por todos lados para retirar mi auto".
El personal de la entidad requirió la intervención de la Policía de la Ciudad y que se active el protocolo por COVID-19. Todo al entender que Omar había asegurado que tenía el virus cuando en realidad manifestó la peligrosidad de que a él, de 67 años, lo hicieran trasladarse de su domicilio bajo la posibilidad de contagiar (en caso de tenerlo) o ser contagiado por un servicio no esencial.
“No pasó nada, absolutamente nada. Salí esta mañana a tirar la basura y a comprar y no lo encontré. Lo dejé 48 días en el mismo lugar. Pensé que me lo habían robado porque no vi ningún papel de remoción del vehículo y comencé a buscarlo en donde las grúas llevan los coches. Cuatro horas estuve buscándolo. Llegué acá y estaba el auto”, indicó Omar, en diálogo con C5N.
“Se armó todo un operativo diciendo que yo tenía COVID-19. Nada que ver. Yo, una persona de 67 años, no tengo por qué andar caminando cuatro horas buscando el auto. En este momento esta empresa debería estar cerrada. Esto no debe estar abierto y no deben mover a la gente que estacionó con libre estacionamiento. Yo no moví el auto durante 48 días”, explicó el vecino de Recoleta.
“Estoy esperando que firmen un papel y ya salgo. Le dije que no tenía coronavirus ni otro tipo de síntomas. Se armó un circo, o no hay noticias o yo soy la noticia. Están llenando un procedimiento, lo tengo que firmar y me van a liberar. Me preguntaron todo lo que corresponde dentro del protocolo. No he hecho nada, no rompí nada, no le falté el respeto a nadie. No entiendo lo que está pasando. Soy una persona de riesgo, tengo cuatro stent y me hacen pasar este mal momento", reveló Omar, quien escribió un cartel que mostró detrás del vidrio y en el cual remarcó que no tiene coronavirus.
“Nadie interpretó la ironía. Hay graves dificultades para interpretar una ironía. Esto es lo máximo. Es muy grave que no puedan interpretar lo que quiso decir”, agregó Verónica, la mujer de Omar.
Tras la presencia del SAME y la constatación de que no tenía síntomas del COVID-19, el hombre fue imputado por violar la cuarentena. Su causa será tramitada en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3 a cargo del doctor Daniel Rafecas.
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