Las autoridades del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires establecieron el nuevo protocolo santario que comenzará a regir en los cementerios porteños ante casos de muertes por coronavirus, con el objetivo de evitar que tanto los familiares de las víctimas como quienes trabajen en los entierros o las cremaciones se contagien o propaguen la enfermedad.
En el inciso 7 del decreto del Poder Ejecutivo en el cual se efectivizó la cuarentena se exceptuó de hacer el aislamiento a “personas afectadas a la realización de servicios funerarios, entierros y cremaciones. En tal marco, no se autorizan actividades que signifiquen reunión de personas”. Aquella semana, el Gobierno porteño había decretado que se restringía la asistencia a velorios y sepelios “a los cónyuges y/o convivientes, hermanos/as, ascendientes y descendientes del/la difunto/a”.
“Estamos ante una situación histórica y excepcional que nos lleva a tomar medidas que a veces son difíciles. Sabemos que estamos ante una situación dolorosa, pero debemos minimizar el riesgo para proteger a los familiares y a quienes trabajan todos los días en los cementerios de la Ciudad”, explicó Marina Hernández, subsecretaria de Gestión Comunal porteña.
Las visitas a las necrópolis, sitios visitados tanto por familiares como por turistas que suelen recorrer tumbas y mausoleos históricos, están suspendidas y los ingresos están permitidos solo para los empleados de cementerios y empleados de casas fúnebres.
Al haberse suspendido los cortejos fúnebres y las ceremonias, se implementó una nueva logística para las cocherías: al momento de realizar una inhumación, el coche fúnebre debe entrar a un sector designado y solamente una persona puede acompañar respetando una distancia preventiva. Esto logró reducir la cantidad de personas que intervenían y la circulación de las mismas. Es por ello que, para cumplir con el aislamiento social, únicamente son parte del proceso quienes cumplen un rol esencial para el funcionamiento del cementerio, entre inhumadores, administrativos y cremadores.
Protocolo sanitario para los cementerios
El acceso a los cementerios está cerrado y también se suspendieron los cortejos y responsos. Al momento de la inhumación, sólo puede acompañar una persona a la víctima. No se permitirá el ingreso de más personas ni se realizarán ceremonias previas. El coche fúnebre ingresa al cementerio y sólo se dirigirá al lugar de inhumación o cremación. Los familiares que participen de este proceso deberán usar barbijo y guantes, al igual que el personal administrativo y crematorio del cementerio, quienes están obligados a utilizar la vestimenta higiénica (calzado de seguridad, bata quirúrgica y gafas).
“Los protocolos de bioseguridad están en actualización permanente, para nosotros es clave el contacto diario con el equipo del Ministerio de Salud, para llevar al mínimo los riesgos de contagio para el personal de cementerios y las personas que se acercan a despedir a un familiar o un amigo”, indicó Facundo Carrillo, secretario de Atención Ciudadana y Gestión Comunal.
En casos confirmados o sospechosos de fallecimiento por COVID-19, las familias pueden optar por inhumar el cuerpo en tierra, bóveda o nicho, o realizar la cremación del cuerpo.
“En los últimos años estamos experimentando cambios en la forma en la que transitamos la pérdida de familiares o amigos, esta situación nos obliga a adoptar de forma acelerada nuevas costumbres al momento de despedir a un ser querido”, explicó Carrillo.
Hernández, por su parte, agregó: “El éxito en la prevención de la pandemia sólo se puede lograr con un trabajo coordinado con los vecinos y el equipo del Gobierno porteño. Desde la Dirección General de Cementerios se trabaja junto con el Ministerio de Salud en los protocolos de traslado, manejo y tratamiento correcto de los casos confirmados y sospechosos de COVID-19. Agradecemos la comprensión y la colaboración de familiares y amigos que se acercan a despedir a sus seres queridos”, agregó Hernández.
“Si se inhuma en tierra o se opta por la cremación, el proceso es similar y se realiza en ambos casos con ataúd y bolsa protectora”, explicaron desde el gobierno porteño. También detallaron que, "en el caso de inhumación en nicho o bóveda, el proceso se realiza con ataúd, aislamiento y bolsa protectora”. En todos los casos la bolsa de óbito con el cuerpo del fallecido deberá contener una etiqueta que identifique el virus contraído.
El protocolo de manejo de los cuerpos sospechosos o positivos por COVID-19 es el que se aplica a la misma categoría de enfermedades como el SARS, Cólera, HIV y Hepatitis, entre otras.
Los cementerios de la Ciudad tienen capacidad para 7.222 sepulturas entre tierra y nichos: 5.000 espacios en el cementerio de Chacarita y 2.222 espacios en el cementerio de Flores. Además, el cementerio de Chacarita cuenta con el único crematorio público porteño, con 18 hornos y una capacidad de trabajo promedio de 14 horas diarias.
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