La liberación de presos, tanto en comisarías como cárceles, por el posible ingreso del coronavirus, generó un revuelo inusitado. En consecuencia, varios dirigentes opositores e incluso funcionarios oficialistas mostraron su descontento con la iniciativa de otorgar permisos de salidas para detenidos, como medida de prevención para paliar el avance del COVID-19 en la Argentina. Lo mismo sucedió en las redes sociales, desde donde se convocó masivamente a realizar un cacerolazo para este jueves a las 20. Sin embargo, en algunos barrios la protesta se adelantó y ya pudo escucharse el repudio a la medida en balcones y ventanas de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
De esta manera, vecinos de Palermo, Belgrano, Recoleta, Flores, Caballito y Versalles, en la Capital Federal, hicieron sonar sus palmas o sus cacerolas intensamente, lo cual se replicó en la capital cordobesa y en la ciudad santafesina. De todas formas, la convocatoria para este jueves se mantiene inalterable y se espera que la protesta sea generalizada.
“A mí me gustaría estar en casa encerrada cumpliendo con la cuarentena, pero tengo que exponerme para venir a trabajar de lunes a sábados. ¿Por qué entonces protegen la salud de los presos antes que la nuestra? Ahora resulta que también debo temer por mi seguridad”, se pudo leer en uno de los mensajes, que en general fueron acompañados por los hashtags #CacerolazoContraPresos y #Cacerolazo29Y30Abr.
“Un violador preso por abusar de una nena de 13 años fue beneficiado con la prisión domiciliaria y volvió al barrio. Los familiares de la víctima se enteraron a través de las redes sociales. Ocurrió en Burzaco”, se acusó en otra publicación.
En la misma línea, otro usuario de Twitter expresó: “Los que laburamos y somos honestos, tenemos que salir a trabajar con permiso para circular si no vamos presos. Los presos que robaron, mataron y violaron, salen de las cárceles sin pulseras ni tobilleras, ni ningún control”.
El repudio masivo ya había quedado en evidencia mediante la petición que se hizo a través de change.org, para pedirle al Poder Judicial que desista de la idea de liberar reclusos. En menos de dos días, superó las 240 mil firmas.
“Si a una persona que sale a la calle sin autorización la pueden demorar, ¿por qué un delincuente que cometió un delito debe salir?”, se preguntó quien inició la petición “No a la salida de los presos”, en la plataforma, bajo el seudónimo de “Pedmar Ar”. Luego, agregó: “No estoy en contra de que se mejoren las cárceles, pero no le den libertada a los reclusos”. Al pedido se le sumó la imagen del motín en la cárcel de Villa Devoto, el pasado 25 de abril.
Desde change.org confirmaron a Infobae que se trata de la solicitud con mayor crecimiento en la historia de la plataforma en la Argentina y, debido al éxito, el objetivo se ha venido modificando con el correr de las horas. De hecho, cuando se lanzó la iniciativa el lunes el umbral era de 50.000 firmas, pero rápidamente se superó. Inmediatamente el usuario que inició todo subió el techo hasta las 200.000 peticiones, pero en menos de un día ya se acercó a 250.000. El nuevo objetivo es conquistar las 300.000 y, según indicaron a este medio, es casi seguro que se va a lograr.
La opinión de opositores y oficialistas
Apenas se conoció la iniciativa, las repercusiones no tardaron en llegar. Desde el PRO advirtieron que esta decisión avalada por el Gobierno nacional pone en riesgo la seguridad de la sociedad y no respeta el derecho de las víctimas. “En 4 años recuperamos asesinos de la calle para que no sean un peligro para la sociedad y ahora los quieren liberar a todos…”, lamentó Patricia Bullrich en Radio Metro.
En la misma dirección se expresó la Unión Cívica Radical (UCR), que directamente se dirigió al presidente de la Nación: “Esperamos que Alberto Fernández no permita una epidemia de delitos”.
“Se pretende la liberación de delincuentes, vulnerando los derechos de las víctimas de los crímenes que dichos condenados cometieron”, denunciaron en un texto rubricado por Alfredo Cornejo, presidente del Comité Nacional de la UCR, por Mario Negri, presidente del bloque radical en Diputados, y por Luis Naidenoff, titular de la bancada en el Senado.
Pero no sólo la oposición se mostró en contra de los permisos de salidas para detenidos otorgados en el marco de la pandemia del coronavirus: el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, pidió proteger a las víctimas y advirtió que “los jueces que liberen a los presos pueden ser sometidos a juicio político”.
De un modo similar se expresó el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, quien pronunció una frase contundente: "Si dependiera de mí, no sale ningún preso”.
“El verso de que con la pulsera electrónica los pueden controlar es sarasa. Han salido algunos (encarcelados) por delitos menores y otros con delitos graves y, por ejemplo en Pergamino, quisieron robar un supermercado entre seis o siete personas. Uno de ellos tenía una pulsera electrónica...", argumentó el funcionario bonaerense para sostener su postura.
El ejemplo más claro lo dio el intendente de San Miguel, Jaime Méndez: aseguró que en su municipio liberaron a 20 presos que estaban en la cárcel por abuso sexual, secuestros y narcotráfico, quienes ahora volvieron “a los mismos ambientes donde cometieron los delitos que motivaron su detención” y en algunos casos viven a metros de sus víctimas.
Por supuesto, a todos estos reclamos se suma el rechazo de asociaciones de familiares de víctimas de delito del interior del país –Santa Fe, Rosario, Tucumán– así como Madres del Dolor, Usina de Justicia, Familiares de la Tragedia de Once, junto a Matías Bagnato, Alberto Lebbo y Victoria Bargna, entre otros, repudiaron el uso de la pandemia de COVID-19 como “pretexto” para una “búsqueda de impunidad” para detenidos impulsada por algunos jueces.
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