Estela Celia Kohn (60) fue Médica Sin Frontera durante 35 años en Afghanistan, Sudán, Congo, Argelia, Liberia, Camerún, Haití... De regreso en el país e instalada en San Rafael, Mendoza, hoy está a cargo de la guardia del Hospital Español desde donde enfrenta al COVID-19.
La doctora siempre supo que quería ser médica. Admiraba a las personas que curaban a otras. Con sencillez desgrana su biografía. “Estudié en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego, por vueltas de la vida, emigré a Europa. En Argentina no se vivía una buena época, era una etapa muy oscura, lo cual también me impulsó a tomar la decisión de irme. No fue fácil, yo era chica y era la primera vez que salía del continente. Decidí instalarme en Alemania para hacer la especialidad en ginecología. Al terminar, tuve la oportunidad de trabajar en Argelia como cooperante técnico. Fueron unos años de bastante aprendizaje, otra cultura, otra religión, otro idioma. Ejercer en países árabes siendo ginecóloga es un reto muy difícil. Aparte del ámbito profesional debés tratar temas de integración a su religión que es algo fundamental para saber desenvolverte allí".
Estela volvió a la Argentina a finales de los 90. Pero, unos años después, se marchó. “Nuevamente el país comenzaba una época muy difícil en lo económico y social, y decidí regresar al trabajo humanitario. Recorrí muchos países en África, Medio Oriente y Asia. Al tener la experiencia en Argelia se me hacía más sencilla la integración al mundo árabe y africano. Todos estos trabajos fueron para diversas organizaciones internacionales como Médicos sin Fronteras y la Cruz Roja Internacional". Luego de 6 años, otra vez regresó al país.
Hoy la médica está viviendo la pandemia del coronavirus con precaución e incertidumbre. “Estoy ayudando en lo que puedo, informándome con colegas que están en pie de guerra y a la vez preocupada por mi familia que está lejos en países donde la epidemia ha golpeado más fuerte que aquí. Pero como siempre, soy positiva: en el país se están tomando las medidas necesarias para combatir al COVID-19. No es poco decir que seamos unos de los países de la región con menos infectados y que la curva cada día descienda más. Pero como siempre digo: el virus es letal. Me tocó enfrentar al ébola en África, perdí muchos amigos y compañeros de trabajo, y lo que puedo recomendar es precaución y respetar las reglas de sanidad. Entre todos podemos salir de esto.”
Kohn no tiene miedo, pero toma todas las precauciones. “He vivido y trabajado en varias epidemias en los diferentes países en los que estuve destinada -cólera, ébola, fiebre hemorrágica- y allí aprendí que el miedo te bloquea, hay que ser precavida, respetar protocolos y estar informada. Se sabe que éste es un virus muy contagioso y las medidas que se han tomado cambiaron de un día para el otro la vida de todos nosotros. Cuesta asumirlo, pero es el único antídoto que tenemos para frenarlo: quedarse en casa y respetar las reglas que se plantean".
“Donde vivo y trabajo no ha habido muchos contagios. Por lo tanto no se han presentado situaciones terribles. Yo voy, cumplo mi labor como médica en la guardia del Hospital Español, trato de transmitirle mi experiencia a los médicos y enfermeros jóvenes para que estén tranquilos. Hay mucha psicosis en el ambiente y nuestra labor es mantener la calma y ayudar. Tuve una situación fea de una paciente que fui a visitar y su familia me echó por ser médica. Eso me pareció terrible ya que uno esta ayudando, no enfermando. Pero bueno trato de comprenderlo ya que la gente está asustada".
¿Tiene un mensaje para esa gente que escracha a los profesionales de la salud? "Solo diré que las personas que trabajamos en salud ayudamos, no contagiamos ni enfermamos. Creo que hay que estar agradecido con la labor de todo el sector de la salud. Si vos estás en tu casa con miedo imagínate un enfermero, camillero, el chofer de la ambulancia, las personas que hacen la comida en el hospital. Por aquí también hay mucho miedo, pero aquí estamos para servirles y ayudarlos.”
“Mi reflexión sobre la pandemia es que habrá un antes y un después. Esta situación ha servido para que nos demos cuenta lo dañinos que podemos ser para el mundo. Espero que incorporemos el verdadero sentido de la solidaridad e higiene. Que dejemos a un lado la idea de creernos dueños de todo. Y que tengamos en claro que un pequeño microorganismo puede desestabilizar el mundo", reflexiona.
Más allá de la gravedad de la situación mundial con la pandemia, Elena tiene esperanzas sobre lo que podemos aprender: "Valoremos y cuidemos lo que tenemos, afectos, bienestar y salud. Más solidaridad entre todos, trabajar juntos, hacer equipo, pensarnos como comunidad. Eso es lo primordial para salir adelante: dejar esa grieta que tantos nos divide y ser un solo país. Yo aquí estoy para servirle al país, entregarle mi experiencia y que todos podamos salir adelante unidos”.
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