El gobierno porteño siguió con atención el movimiento de la cifra de contagios diarios de coronavirus en el país durante la semana pasada: el lunes fueron 90 nuevos casos; el martes, 112; el miércoles, 144; el jueves, 147; el viernes, 172; y 173 nuevos positivos el sábado. Los datos son contundentes y lo más alarmante es que casi 8 de cada 10 infectados no lo saben ni lo sospechan.
El dato surge del último informe epidemiológico realizado por el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se señala que del total de pasajeros con coronavirus positivo aislados en hoteles, el 76.7% no presentó ninguna sintomatología.
Según el último boletín del Ministerio de Salud porteño, un total de 4.219 pasajeros estaban, entre el 2 de marzo y el 23 de abril, en hoteles que cumplen aislamiento obligatorio y que se realizaron 3.757 hisopados de los cuales 2,3% “arrojaron resultados positivos”.
Para el mismo período de tiempo, del total de hisopados el 83% (3.119) resultó no detectable, y se detalló que “se encuentra pendiente el resultado del 13,7% (419 personas)”. En tanto, “de las 86 personas positivas, a la fecha, 66 fueron asintomáticas, 13 oligosintomáticas y 7 presentaron síntomas”. Los datos ayudan a entender la importancia del aislamiento.
Ante el gran porcentaje de portadores de COVID-19 asintomáticos, las medidas de aislamiento cobran aún más importancia. Desde el gobierno porteño informaron que la mayoría de los contagios se dan entre quienes viven juntos y tienen contactos estrechos con una persona infectada. Estos datos permiten estimar los efectos significativos que las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias tienen en el achatamiento de la curva de contagios.
La Capital Federal fue la primera jurisdicción de Latinoamérica en implementar un sistema de aislamiento preventivo extrahospitalario en hoteles para los ciudadanos repatriados y para pacientes asintomáticos o leves. Esto permitió evitar el contagio a partir del aislamiento, incrementar el número de camas disponibles en los centros de salud, focalizar el equipamiento médico en aquellos pacientes que lo requieran y mantener un control de la evolución de los casos sospechosos, asintomáticos o leves.
Desde el gobierno porteño sostuvieron que la estrategia fue ideada para anticiparse al aumento de casos esperado en el pico de la pandemia y llegar a ese momento con un sistema de salud preparado para responder de forma organizada a la demanda.
Con diferentes variantes, en la Ciudad se replicaron políticas implementadas en Corea del Sur y China, que fueron claves para contener el contagio y descomprimir el sistema de salud. Recién ahora, estas políticas están siendo utilizadas en países como Alemania, Japón, Estados Unidos y España.
La red extrahospitalaria está compuesta por dos tipos diferenciados de hoteles: en los primeros, se aísla de forma preventiva a los vecinos de la Ciudad que regresan de países con circulación endémica de SARS-CoV-2 y podrían ser portadores del virus; en los segundos, a los pacientes de COVID19 confirmados que presentan síntomas leves o son asintomáticos y casos sospechosos.
“Esta medida es central por dos cuestiones. Por un lado disminuye drásticamente la circulación viral comunitaria al aislarse a los pasajeros que vienen de destinos donde el virus tiene una fuerte circulación endémica. Por el otro, sobre todo en el caso de los hoteles para pacientes Covid-19 leves, permite un uso más eficiente de los recursos hospitalarios ya que estas personas pueden permanecer en una institución extra hospitalaria sin riesgo alguno y así no saturan el sistema de salud. Asimismo permite a los hospitales disponer de un mayor número de camas y recursos médicos para los casos moderados o graves”, explicó el médico Gabriel González Villa Monte, uno de los coordinadores de salud del operativo de aislamiento en hoteles de la Ciudad.
Los hoteles destinados a los porteños “repatriados” alojan personas sin síntomas que llegaron al país desde un lugar con circulación social de Covid-19 durante la pandemia. Desde el inicio del programa el 21 de marzo, pasaron 5065 pasajeros por los 22 hoteles habilitados. Hoy hay 844 porteños distribuidos en 12 hoteles que continúan recibiendo repatriados.
Los operativos en hoteles
Cuando un porteño llega a la Ciudad es trasladado a uno de los hoteles para llevar adelante una cuarentena preventiva por un periodo de aproximadamente 14 días. Pasado un período mínimo de entre 7 y 9 días si no presenta síntomas, y tiene un resultado no reactivo en el testeo, la persona puede dirigirse a su domicilio a continuar con el aislamiento social obligatorio.
Quienes llegan a los hoteles de repatriados son personas en principio sanas y no requieren atención médica especial, salvo por dolencias previas que manifiesten a su llegada. Todos los hoteles cuentan con guardia médica, psicológica y psiquiátrica de ser necesario. El servicio que se brinda a los pasajeros consiste en la provisión de cuatro comidas diarias que contemplan opciones para celíacos, veganos, vegetarianos y kosher.
El otro grupo de hoteles está destinado a los casos sospechosos y confirmados ya sean asintomáticos o con síntomas leves. Hasta el momento hay 81 pacientes en 3 hoteles (El Escorial, De Las Luces y Facón Grande).
Este grupo presenta características diferentes al de repatriados. Cuenta con un staff fijo de médicos, enfermeros, psicólogos y psiquiatras que están abocados a cualquier requerimiento de los pacientes y realizan un seguimiento continúo de la evolución de los cuadros clínicos para detectar cualquier indicio de riesgo en el momento.
Para mantener el aislamiento de los contagiados, el equipo médico lleva adelante un procedimiento llamado “Control Telefónico Activo”, donde cada paciente se evalúa mediante un cuestionario específico: se controla la temperatura corporal, el desarrollo de los síntomas y si el paciente necesita atención presencial, se lo asiste en su habitación.
El perfil de los hoteles seleccionados para pacientes también tiene diferencias estructurales con respecto a los utilizados para repatriados. Por ejemplo, son hoteles desprovistos de alfombras y cortinas, y sus colchones y almohadas son lavables. Fueron acondicionados para cumplir con las normas establecidas por el Ministerio de Salud y adecuarse a las condiciones de higiene hospitalaria. La limpieza y desinfección de las habitaciones, la provisión de ropa de cama, lavado sanitario, y el retiro de residuos patogénicos son realizados por empresas especializadas que trabajan en el sistema de salud del gobierno porteño.
“Esta estrategia de aislamiento es esencial porque se logra un control más cercano de la evolución de los pacientes con síntomas leves y porque asegura el cumplimiento de las medidas de aislamiento. Los pacientes en hoteles reciben una o dos llamadas diarias, como mínimo, por parte del equipo médico para ver cómo se sienten y cómo evoluciona el cuadro. Cuando los pacientes están en sus casas no podés saber que tan bien llevaron a cabo las medidas, cuánto se cuidaron, si se aislaron o no”, aclaró el doctor González Villa Monte.
Según datos oficiales, la Capital Federal tiene 1.303 casos positivos sobre un total de 13.051 casos sospechosos notificados al 24 de abril. Según el informe epidemiológico, los casos confirmados en los últimos días presentan una tendencia en aumento que estaría vinculada con “el incremento de casos en instituciones semi-cerradas y agrupamientos de casos en barrios específicos de la ciudad”. Sin embargo, los informes anteriores venían señalando un incremento menos acentuado de casos que “podría estar relacionado con las medidas de aislamiento social implementadas y el consiguiente aplanamiento de la notificación”.
Seguí leyendo: