Durante las últimas semanas el Ecoparque porteño comenzó a coordinar junto a las autoridades sanitarias y de seguridad de la Argentina y de Brasil una actualización de plan de derivación de la elefanta Mara que se ajuste a la normativa vigente y a los mecanismos de seguridad dispuestos para evitar la propagación del coronavirus.
“Todavía no está definida la fecha de traslado exacta, pero sus papeles están en orden y estamos trabajando en forma coordinada con el Asociación Santuario de Elefantes de Brasil, con quienes decidimos, que más allá de la situación extraordinaria, debemos avanzar con la planificación de su traslado, por el propio bien del animal”, aseguró Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente de la Ciudad.
Por el momento, continúan trabajando para que Mara pueda recorrer los más de 2.700 kilómetros que la separan del Santuario de Elefantes de Brasil, ubicado en el Mato Grosso.
A tal fin, definieron una serie de protocolos sanitarios para trabajar con los veterinarios, cuidadores y especialmente el resto de la población. “Se tomaron todas las medidas posibles para evitar contagios como pueden ser barbijos, protección ocular, guantes, variadas soluciones destinadas a desinfectar constantemente las superficies de uso frecuente y vestimenta cada vez que se desciende de los vehículos”, informó el organismo de la Ciudad.
Si bien Mara permanecerá dentro de su caja de traslado durante todo el trayecto, será acompañada y monitoreada por un equipo de profesionales en todo el viaje.
Por otra parte, no existe evidencia de que los elefantes asiáticos (Elephas maximus), especie a la que pertenece Mara, sean susceptibles al virus en cuestión. Además, al entrar en contacto con ella a la hora de alimentarla y brindarle los cuidados necesarios, quienes realicen este intercambio estarán debidamente protegidos.
Mara es la única elefanta asiática del Ecoparque porteño y comparte su recinto con dos elefantas africanas. Tiene entre entre 50 y 54 años (la esperanza de vida en cautiverio para esta especie es de 75 años) y llegó al antiguo zoológico porteño el 16 de octubre de 1995 producto de un decomiso judicial por la quiebra del Circo de Rodas.
La derivación de la Mara al Santuario de Elefantes de Brasil, conducido por el Global Sanctuary for Elephant, fue anunciado en diciembre de 2019 y a mediados de febrero había iniciado la recta final luego de haber concluido la etapa administrativa y judicial, la elefanta inició a fines de ese mes la cuarentena requerida por las autoridades sanitarias de ambos países para ingresar a la reserva ubicada en el Mato Grosso.
Su traslado fue anunciado oficialmente el 19 de diciembre pasado, poco después del esperado viaje de la orangutana Sandra, que acaba de cumplir 34 años en el santuario de la Florida.
Entonces, el Macchiavelli había contado que los planes de traslado de Mara estaban pensados para los últimos días de marzo. Además, el funcionario anticipó que aunque el viaje “no estará exento de contratiempos" confía plenamente "en el trabajo de nuestros veterinarios y cuidadores el cual estará fortalecido por la enorme experiencia de Scott Blais”, director ejecutivo del santuario al cual será derivada la elefanta.
El experimentado hombre llegó a Buenos Aires a mediados de marzo, una vez comenzada la cuarentena para controlar el proceso y cuando no se contaba con el panorama mundial que puso freno al traslado.
En un parate de su trabajo al lado del equipo que cuida a Mara, Blais recibió a Infobae y, en diálogo exclusivo, contó cómo preparaban ese ansiado viaje y de qué manera trabaja para llevarla a vivir al Mato Grosso.
Consultado sobre cómo fue esa última etapa de Mara en el Ecoparque y el inicio de los preparativos del traslado, Blais aseguró a Infobae que “le está yendo muy bien para ir al siguiente paso, que es el traslado al santuario de Brasil. Es una gran etapa porque tenemos mucho apoyo del equipo del Ecoparque, todos están siendo muy cariñosos con ella y la están acompañando en este proceso”.
El objetivo principal de su visita fue ayudarla a explorar al container de transporte y lograr que se metiera por sus propios medios, lo que sucedió el sábado 29 de febrero, horas después de que Blais retornara a Brasil.
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