El Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Justicia porteña decidió este lunes inspeccionar un geriátrico en el barrio de Devoto ante la posibilidad de que una de las residentes estuviera afectada por coronavirus y no contaran con la habilitación para funcionar. Se trata de la cuarta residencia para adultos mayores en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires que queda en la mira por el mismo tema.
El procedimiento estuvo a cargo del fiscal Jorge Ponce y, tal como fija el protocolo, llegó acompañado de personal especializado del Ministerio de Salud de la Ciudad y de la Agencia Gubernamental de Control.
Los funcionarios decidieron que ingresara al geriátrico, ubicado en Allende 2900, solo personal de Investigaciones Judiciales, con el equipo que marcan las medidas sanitarias. En la inspección se determinó que una de las residentes, mayor de 80 años, tenía temperatura corporal de más de 38 grados y por lo tanto se decidió aplicar el protocolo coronavirus y fue trasladada, y se está decidiendo el caso de otro traslado. Además, el fiscal Ponce corroboró la “falta de habilitación” de la residencia y “una posible violación de clausura”.
“A medida que avance la investigación podremos determinar si, además, hubo abandono de personas e irregularidades con los protocolos implementados”, señaló Ponce. En tanto, el fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, explicó luego a través de un comunicado que, de comprobarse que existió abandono de persona o se puso en riesgo la salud de los ancianos internados, la responsabilidad penal caería sobre los dueños de la vivienda con penas de hasta 6 años de prisión.
Este es el cuarto allanamiento que se produce en los últimos días en un geriátrico porteño. El miércoles pasado unos 35 adultos mayores del hogar Beit Sión, ubicado en el barrio porteño de Flores, fueron derivados a distintos centros de salud luego de haber dado positivo en el test de coronavirus. Según informó la agencia Télam, la mayoría de ellos no presentaban síntomas de la enfermedad y seguían estables. También hay cuatro empleados del lugar infectados.
Ese mismo mediodía, un grupo de familiares de adultos mayores del hogar San Lucas, un geriátrico del barrio porteño de Parque Avellaneda, se había reunido frente al establecimiento para reclamar que los 45 residentes fuesen trasladados. El pedido se originó tras la confirmación de que una persona murió por coronavirus en ese lugar y otras siete están contagiadas.
“Confirmamos una muerte y siete personas contagiadas”, sostuvo a la prensa Mónica Roque, secretaria de Derechos Humanos, Gerontología Comunitaria, Género y Políticas de Cuidado del PAMI, antes de ingresar al geriátrico privado, el cual posee convenio con la obra social de jubilados y pensionados.
En tanto, el sábado 18 de abril, cerca de las 17:30, dos móviles de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires se presentaron en el geriátrico, ubicado en Medina 1650, luego de que el hijo de una persona que vive allí denunciara que en el lugar varios adultos mayores presentaban síntomas compatibles con el COVID-19. Antes del arribo policial, varias ambulancias del PAMI trasladaron a seis personas para realizarles los hisopados correspondientes. Tres fueron llevadas al Hospital Italiano, dos al Piñeiro y uno al de Clínicas.
Según precisaron los familiares, los adultos mayores se encontraban aislados en habitaciones de tres o cuatro personas, por eso reclamaron que las autoridades informaran cómo era la situación dentro del establecimiento y que les hagan testeos de coronavirus a todas las personas que viven allí.
Yanina Miragaya, coordinadora de Epidemiología del PAMI, aseveró que ese organismo “le pidió a Ciudad que haga el testeo” y aseguró que las pruebas “se van a hacer”. “Quiero saber si mi mamá es negativo o positivo así la puedo salvar”, gritaba, en tanto, una de las familiares que participaron del reclamo, ante la presencia de los medios y de las autoridades en el Hogar San Lucas.
El primero de los casos que salió a luz fue el de un geriátrico del barrio porteño de Belgrano que había sido desalojado y clausurado a raíz de un contagio masivo de coronavirus entre los empleados y los residentes del lugar. Se trataba de la residencia para mayores Apart Incas, ubicada sobre la Avenida de los Incas al 1000, en la esquina con la calle Zapiola, donde –trascendió– viven 29 adultos mayores.
El martes 13 por la noche, varias ambulancias del SAME y de servicios médicos prepagos se dirigieron hasta el lugar para trasladar a los ancianos. Desde el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires comunicaron que “hasta el momento son 19 personas, entre residentes y trabajadores de la institución, los casos confirmados”.
Además, informaron que se puso a disposición de la institución a asistentes gerontológicos, en caso que los requieran, para que atiendan a los residentes que permanezcan en el geriátrico. Esto último se debe a que familiares de los jubilados que viven en ese hogar de ancianos, denunciaron que los dos médicos que los atienden dejaron de ir desde hace varios días.
En este contexto, las autoridades gubernamentales explicaron que “ante la falta de respuesta adecuada del geriátrico, el SAME intervino para facilitar la operatoria de derivación de los pacientes COVID-19 que permanecían en la institución”.
En tanto, el viernes pasado, se confirmó la muerte de una paciente que residía en ese geriátrico de Belgrano. Se trató de Angélica González, de 89 años, quien tenía diagnóstico por coronavirus confirmado y permanecía internada en la Clínica La Esperanza del barrio porteño de Caballito.
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