Un ciudadano argentino de 83 años que estaba internado en terapia intensiva en la ciudad de Punta del Este con coronavirus, murió este lunes por la noche y se convirtió en la víctima número 11 de ese país.
Según confirmó el Sistema Nacional de Emergencias de Uruguay a la prensa local, la muerte de este hombre, identificado como Ramón Basterio, se produjo una vez publicado el informe diario, por lo que su caso será incluido a las cifras oficiales recién este martes por la noche.
El hombre, que residía en la costa esteña, había ingresado a principios de abril al Sanatorio Mautone, en la ciudad de Maldonado, donde se comprobó que tenía COVID-19. El paciente, que también padecía diabetes, pasó varios días en la unidad de cuidados intensivos hasta este lunes que finalmente falleció.
En marzo, Basterio –que tenía también ciudadanía uruguaya– había viajado en un barco de repatriación de Buquebus junto a otros 400 pasajeros. Una vez en Buenos Aires, fue trasladado junto a otros argentinos al hotel Panamericano para cumplir la cuarentena.
Sin embargo, a principios de abril el hombre violó el aislamiento y se tomó un taxi desde el barrio porteño de Recoleta hasta la provincia de Entre Ríos, precisamente hasta el Puente Libertador General San Martín, (frontera con Uruguay) donde su pareja, otro hombre mayor, lo iba a esperar para trasladarlo hasta su casa en Punta del Este.
Una vez allí, el sistema sanitario detectó que al hombre le faltaban aún dos días de aislamiento y personal de Gendarmería Nacional lo detuvo antes de cruzar. La causa quedó en manos del juez federal Hernán Viri, según confirmaron a Infobae fuentes de la fuerza.
Sin embargo, la Justicia le permitió permanecer esos dos días en una vivienda de una familia amiga suya en Gualeguaychú, y no en la comisaría, ya que Basterio no presentaba síntomas de la enfermedad.
De esa forma, el hombre estuvo en la ciudad hasta el domingo 5 de abril cuando finalmente partió hacia Uruguay por el mismo paso fronterizo. Ese mismo día por la tarde, Basterio comenzó a sentirse mal y a manifestar fiebre y otros problemas respiratorios leves y debió ser internado. Dos días después se confirmó que tenía la enfermedad y fue hospitalizado en terapia intensiva hasta este lunes.
El matrimonio que lo había alojado, 21 gendarmes y todos quienes estuvieron en contacto con él durante el operativo debieron ser aislados de inmediato.
Además de ser el primer argentino, la muerte de Basterio se trata de la segunda en el interior de Uruguay. La primera, un hombre de 85 años, también ocurrió en un centro de salud de Maldonado.
En Uruguay hay en total 535 casos confirmados desde el inicio de la pandemia (con 313 pacientes recuperados) registrados en los departamentos de Canelones, Colonia, Durazno, Lavalleja, Maldonado, Montevideo, Río Negro, Salto y San José.
El viernes pasado se produjo también en Uruguay la muerte de un tripulante filipino del crucero australiano Greg Mortimer, anclado a 20 kilómetros del puerto de Montevideo hace tres semanas con 200 personas a bordo. Sin embargo, no integra la lista de víctimas fatales ya que allí sólo se contabilizan las muertes y los casos del virus con circulación local.
El buque zarpó el 15 de marzo de Ushuaia, desde donde tenía previsto dirigirse a las Islas Malvinas, y después navegar por la costa de la Península Antártica. Sin embargo, tras los primeros signos de coronavirus entre los pasajeros, el buque cambió de rumbo y terminó frente a la capital uruguaya. Los pasajeros volvieron a sus países en distintos vuelos de repatriación, 11 personas fueron internadas y 80 miembros de la tripulación continúan dentro del barco.
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