Contra la angustia por el coronavirus: los estudios que explican por qué hay que reír en medio de la pandemia

Los grandes científicos del mundo, las investigaciones de las Universidades e inclusive Sigmund Freud o Bertrand Russell estudiaron la importancia de la risa en tiempos de crisis y catástrofes. Los beneficios para el cuerpo, cómo “sana” al corazón y el “Laugther Yoga”. Qué podemos hacer en tiempos de COVID-19

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Todo estará bien, dice el
Todo estará bien, dice el cartel con un arcoiris que colgaron en un balcón en Milán en medio de la pandemia de COVID-19

De golpe me di cuenta de que llevaba 30 días de mal humor, con un trapo de lavandina en la mano, mientras en la televisión contaban muertos y más muertos de Gran Bretaña, España, Italia y Estados Unidos. El mundo había explotado y me encontré queriendo ganarle al horror sabiendo de medicina y algoritmos, de cargas virales, de curvas de contagios, de cuánto dura una gotita de la peste en el aire o leyendo ensayos médicos sobre la inmunización. Estaba por hablar un alto funcionario, y yo en pijama con el trapo amarillo en la mano impregnado de desinfectante, me hallaba en alerta máxima. Y justo entró el mensaje de WhatsApp de un viejo amigo.

Era un meme del funcionario. Se lo veía eterno, avejentado y canoso. En la placa superior decía 2039 y en una leyenda debajo se leía: “Ya pueden salir”.

Estalle de risa. Y mientras me secaba con un papel las lágrimas que me caían de tanta carcajada me di cuenta de la falta me estaba haciendo reír en esta cuarentena.

Recordé a Robin Williams, en la película Patch Adams, y del humor como herramienta de vida, de salud, de acompañamiento, de sostén. Y recordé que la medicina sabe desde hace mucho tiempo que la risa cura.

Riendo con la historia

Los griegos, que todo lo estudiaron, ya sabían de la importancia del humor en los procesos de curación. Por ello incluían una visita a la casa de los cómicos como parte del “remedio”. En la Edad Media, los bufones que hacían reír a los glotones de la nobleza tras los banquetes pantagruélicos, también tenían un sentido medicinal: mejorar la digestión mediante las risas.

Ya en el siglo XIV, el médico Henri de Mondeville, nacido en Normandía y llamado el padre de la cirugía francesa -quien fuera nada menos que cirujano de Felipe el Hermoso-, usaba el humor para distraer a sus pacientes del dolor provocado por las operaciones.

Un polémico colega suyo (también escritor y humanista), 200 años después, Francois Rabelais, recetó la risa como remedio de curación y en el prefacio de Gargantúa (escrito en 1534) mandó a los humanos a reír más: “la risa es propia del hombre”, sentenció.

Ya desde 1905  Freud
Ya desde 1905 Freud consideraba al humor las más elaborada operación defensiva frente a la posibilidad de sufrimiento (Universal History Archive/UIG/Shutterstock)

Diana Szabó en su ensayo Humor y psicoanálisis, un asunto serio, arrancó con lo que decía Mark Twain (1835-1910): “El problema con el humor es que nadie lo toma en serio”. Y luego se refirió a Sigmund Freud: ”Ya desde 1905 Freud consideraba al humor las más elaborada operación defensiva frente a la posibilidad de sufrimiento”.

Freud ya describía a la risa como la mayor fuerza del mecanismo de defensa del hombre que le permitía enfrentar problemas y evitar las emociones negativas.

Vale rescatar dos frases de Bertrand Russell (filósofo, matemático y escritor británico ganador del Premio Nobel de Literatura) que mucho tienen que ver con nuestro encierro de hoy: “Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor” y ”La risa es la droga más barata y la más maravillosamente efectiva. Es la medicina universal”. Ambas frases permiten reflexionar sobre el aislamiento y el encierro preventivo que estamos vivenciando para restarles dramatismo.

Podemos releer el Diario de Ana Frank, googlear cómo mantuvieron el espíritu los 33 mineros de Chile o tomar el libro de La Peste, de Albert Camus y leer en voz alta ese tremendo final donde su personaje nos dice que la alegría está “siempre amenazada” y que "se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio”.

La carcajada como remedio

No es algo nuevo. Aunque muchas veces lo olvidamos. Reír alivia las tensiones, entre mil ventajas más. Sobre todo, ahora que nos encontramos sumidos en el estrés que produce el pánico a contagiarse, en el vestirnos como astronautas cada vez que debemos asomar la cabeza a la calle y en el miedo de no saber de quién no nos habremos despedido. Enfrentamos, además, el temor de haber perdido una vida que ya no es ni será, por algún tiempo, la que teníamos.

La famosa Clínica Mayo, de los Estados Unidos, recomienda la risa para aliviar las tensiones. Según los expertos de esta prestigiosa institución la risa provoca cambios físicos concretos en el cuerpo. Hace tomar mayor cantidad de oxígeno; estimula el corazón, los pulmones y los músculos; genera endorfinas que benefician el cerebro y baja la presión sanguínea. Eso, en el corto plazo. Los efectos en el largo plazo, aseguran en su web, aumentan las defensas inmunitarias. Mientras los pensamientos negativos generan reacciones químicas indeseadas en el organismo, los positivos liberan neuropéptidos que ayudan a pelear no solo contra el estrés, sino también contra otras enfermedades graves. Además, la risa conecta con otros; hace olvidar, por un rato, las situaciones difíciles; combate la ansiedad y la depresión. Y aseguran que, además, el humor es algo que se puede aprender a ejercitar. Solo hay que poner voluntad.

Varios estudios médicos sostienen que,
Varios estudios médicos sostienen que, la gente mayor que usa el humor como una manera de enfrentar los desafíos de cada día, tienen mayor expectativa de vida”, explica Bernie Warren, de la escuela de arte dramático de Ontario, que ha trabajado durante décadas con “payasos” al estilo Patch Adams

Según Patrick Allmond, un experto en medios sociales, la risa aumenta la circulación de los anticuerpos convirtiéndonos en seres más resistentes a las infecciones. Y de eso se trata en esta pandemia que nos golpea.

Un estudio dirigido por la Universidad de Georgia, de los Estados Unidos, sostiene que incorporar la risa en un programa de actividad física puede mejorar muchos parámetros saludables. En el programa al que llamaron Risa Activa, participaron personas mayores que vivían en residencias. El resultado fue asombroso: mejoró la salud mental, la resistencia aeróbica, la confianza y las expectativas de recuperación de todos.

“Varios estudios médicos sostienen que, la gente mayor que usa el humor como una manera de enfrentar los desafíos de cada día, tienen mayor expectativa de vida”, explica Bernie Warren (de la escuela de arte dramático de Ontario, Canadá) que ha trabajado durante décadas con “payasos” al estilo Patch Adams en residencias de ancianos y en hospitales. “Los payasos terapéuticos… Inicialmente empezaron en las áreas pediátricas, pero actualmente esto se aplica en muchas áreas como en cuidados paliativos, en pacientes oncológicos (… ) Ayudan a reducir el estrés de los pacientes y de sus familias en enfermedades, tragedias y catástrofes”, escribió en un artículo en la publicación británica The Lancet.

Hipertensión a la baja y el yoga de la risa

La hipertensión, uno de los efectos colaterales más peligrosos del estrés, también se beneficia de la risa. Según los científicos es difícil estar estresado cuando estamos riendo. Por ello han investigado qué ocurre con la presión cuando reímos. Un estudio de 2017 del Journal of Research in Medical and Dental Science, puso a 40 pacientes que hacían hemodiálisis a escuchar CD de cómicos en sesiones repartidas durante ocho semanas. ¿El resultado? Un claro descenso de la presión arterial.

Años antes, la Asociación Americana del Corazón realizó una investigación con 79 participantes que fueron expuestos, durante tres meses, a sesiones de risoterapia y musicoterapia. La risa fue estimulada con contacto visual y ejercicios de respiración. La presión bajó considerablemente más con la risa que con la música.

Debido a los beneficios de
Debido a los beneficios de la práctica de la risa nació el Laughter Yoga (Yoga de la risa), allá por 1995 y que hoy se practica en 53 países y tiene alrededor de 5000 clubes en el mundo (Shutterstock)

Debido a los beneficios de la práctica de la risa nació el Laughter Yoga (Yoga de la risa), allá por 1995 y que hoy se practica en 53 países y tiene alrededor de 5000 clubes en el mundo. Su fundador, el doctor Madan Kataria, le dijo a Medscape: “No se necesitan chistes, ni comedias… Ni siquiera necesita usted estar feliz. Lo que nosotros hacemos en los grupos es iniciar la risa como una forma de ejercicio físico. Cuando lo hacemos miramos a los otros a los ojos y surge la risa... y la risa es contagiosa”.

Cuando le preguntaron si reír de una manera no espontánea también saludable, manifestó: “La risa falsa te da los mismos beneficios que la risa real. El cuerpo no distingue una de otra (...) Practíquenla cada día y verán cómo se sentirán más positivos y con un mejor balance emocional”.

Kataria relató que lideró un estudio de 200 pacientes hombres que participaron en sesiones de 30 minutos. Descubrieron que la presión en general bajaba. También la presión diastólica era significativamente más reducida. Y, además, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, también disminuían.

Inmunes a lo negativo y un buen sueño

La reducción de la ansiedad es otro de los beneficios que aporta la risa en pacientes con Parkinson, con depresión o en las mujeres postmenopáusicas.

Bernard Saper (psicólogo, profesor de la Universidad Internacional de la Florida y quien fuera presidente de la Asociación de psicología del estado de Nueva York) sostuvo en su ensayo Psychiatric Quarterly, que el sentido del humor y la habilidad de reír son fundamentales para ayudar a una persona a sobrellevar momentos difíciles y hay que estimularlos. Podemos hablar también de sus beneficios en el sistema inmunológico. Ya antes de la pandemia, muchos especialistas sostenían que practicar la risoterapia era aconsejable antes de comenzar la temporada invernal de gripes porque así elevaban las defensas del organismo.

Baile en un balcón durante
Baile en un balcón durante la cuarentena por el COVID-19 (AFP)

En Corea del Sur, pacientes con problemas de depresión de larga data y con dificultades para conciliar el sueño fueron testeados en el año 2017. Según el Korean Journal of Adult Nursing (Diario coreano de enfermería para adultos) los efectos de la risa en 42 de ellos -después de 8 sesiones, de 40 minutos, que incluían canto, ejercicios de risa a las carcajadas y aplausos- fueron altamente prometedores.

En el departamento de enfermería del Asan Medical Center de Seúl, también se trabajó con grupos oncológicos que estaban atravesando sesiones de radioterapia. Fueron 62 pacientes divididos en dos grupos. El que practicó la risa tuvo un incremento notable en la autoestima y en el modo en que se enfrentaba a la vida.

A más risa, corazón más sano

Después de reír no sentimos más livianos y respiramos mejor. Esto también ha sido estudiado. Reír aumenta el consumo de oxígeno y nuestro sistema cardiovascular funciona mejor. Pero el International Journal of Humor Research sostiene que los beneficios duran lo que dura la risa. Por ello recomiendan reír un buen rato. Si uno pudiera incorporar esta práctica como un ejercicio de rutina, durante 30 minutos, sería una excelente medida. Reír tonifica los músculos del abdomen (involucra alrededor de 400 músculos) y suministra oxígeno a todos los órganos internos haciendo una especie de masaje interior a nuestro cuerpo. Los pulmones también estarán agradecidos.

En un testeo de Medical Hypothesis (Hipótesis Médicas) compararon la reacción de los participantes del estudio mientras veían dos películas muy diferentes: Fiebre del sábado por la noche y Rescatando al soldado Ryan. La segunda aumentaba el estrés mental y influía en lo fisiológico. Usando una técnica no invasiva llamada (BART), que mide la reactividad vascular, detectaron que los que miraban la película estresante tuvieron un 35 por ciento de reducción en la vasodilatación. Mientras que, al otro grupo que se divertía con una película alegre, la sangre le circulaba mucho mejor.

El doctor Michael Miller de
El doctor Michael Miller de la American Heart Association firma que agregaría a la lista de recomendaciones como no fumar, comer bien y hacer ejercicio, el consejo de “reírse varias veces al día”

Por algo la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) recomienda reír para un corazón sano. Sostienen que reduce la inflamación arterial e incrementa la producción de HDL, el llamado colesterol bueno.

Reír y cultivar el sentido del humor puede ayudar a prevenir un ataque cardíaco, dicen los cardiólogos del hospital de la Universidad de Maryland en Baltimore, Estados Unidos. El doctor Michael Miller, director del Centro de Cardiología Preventiva de dicho hospital, epidemiólogo y profesor de la universidad, es contundente: “No sabemos por qué la risa protege al corazón, pero sabemos que el estrés mental está asociado con un daño del endotelio, la barrera protectora que recubre nuestros vasos sanguíneos. Esto a su vez puede provocar una serie de reacciones inflamatorias que conducen al aumento del colesterol y de la grasa en las arterias coronarias y, en última instancia, a un ataque cardíaco”. Concluye diciendo que la capacidad de reír, ya sea natural o aprendida, puede influir en la salud de nuestro corazón y afirma que él agregaría a la lista de recomendaciones como no fumar, comer bien y hacer ejercicio, el consejo de “reírse varias veces al día”.

Hormonas, dolor y calorías

La risa estimula muchos circuitos fisiológicos: baja los niveles de las hormonas como el cortisol (la que responde al estrés) y la epinefrina (la que aumenta la frecuencia cardíaca y contrae los vasos sanguíneos) y activa la dopamina (el neurotransmisor que entre otras cosas regula el sueño y el humor). Esto lo sostuvo en 2017 un estudio de Advances in Physiology Education.

La risa provoca la liberación de endorfinas que actúan como un medicamento frente al dolor y puede llegar hasta a reemplazar, en algunos casos, a los analgésicos, aseguran los autores de un estudio llevado a cabo por Proceedings of the Royal Society.

Y en tiempos de cuarentena, en lo que moverse puede resultar extremadamente complejo, no sólo se puede recurrir a las clases online de gimnasia. La risa también ayuda a quemar calorías. Lo dijo el International Journal of Obesity (Diario internacional de la Obesidad): los que rieron durante la proyección de clips con humor bajaban 10 calorías cada 10 minutos. Los que no rieron, porque miraron otras proyecciones, no quemaron directamente ni una sola caloría. El mismo diario asegura que si podemos mantenernos a carcajada limpia durante unos 15 minutos podríamos quemar 40 calorías, lo que equivale a caminar un kilómetro.

Ni hablar de combatir el insomnio que también sería otro de los objetivos que podrían lograrse por medio de la risa.

Cursos online sobre risoterapia y cursos para aprender a soltar carcajadas hay muchos. Solo hay que buscar alguno que interese e intentarlo.

La sonrisa a pesar de
La sonrisa a pesar de todo, la mujer deja el hospital luego de haberse recuperado de coronavirus

Stella Maris Maruso, terapeuta biopsicosocial, directora de la Fundación Salud y autora de los libros El laboratorio del Alma y el laboratorio Interior, le dijo a Infobae: “Ya está demostrado que la risa, por sus componentes bioquímicos, es un importante antídoto natural para tratar el estrés provocado por el aislamiento y la separación de los seres queridos. La risa es un derecho de nacimiento psicológico del cerebro humano, el antecedente evolutivo de la alegría, que podría ser esencial en un nuevo enfoque para el tratamiento de crisis adaptativas con humor deprimido".

“En nuestro Programa Avanzado de Recuperación y Apoyo, dedicado a personas que atraviesan crisis severas como cáncer y otras enfermedades, la risa es un componente muy importante en el tratamiento integral para regresar a la salud. Cada paciente necesita reducir los bioquímicos de la tensión generando altas dosis de endorfinas, oxitocina, dopamina, serotonina, sustancias que se segregan cuando nos reímos”, continuó.

"Cuando les sugiero a los pacientes que, como parte de su plan de salud, deben reír dos minutos diarios con carcajada y con risa sostenida, es inevitable la pregunta: -¿de dónde saco ganas de reír si la estoy pasando tan mal?. Si no encontramos motivos para reír deberemos generarlos a la fuerza y eso es parte del tratamiento. Es como tomar una medicación”.

Para lograrlo Maruso propone ejercicios muy sencillos: “Podemos empezar a practicar solos, forzando una sonrisa o una carcajada frente al espejo. Porque la risa es contagiosa y mirarnos reír también lo es. Todo vale. Un video de Youtube con niños riendo, una película cómica o... que nos hagan cosquillas. Las cosquillas es un truco infalible. La contracción de los músculos de los ojos y de la boca al reír hace que el cerebro reciba el mensaje y libere instantáneamente endorfinas. La risa sostenida produce un torrente de química del bienestar, el cerebro se calma, bajan las ondas cerebrales y, en apenas unos minutos y sin darnos cuenta, habremos logrado cambiar la perspectiva de nuestra percepción, paso imprescindible para todo proceso de sanación. No reír es poco natural y va en contra de nuestra bioquímica fundamental”.

No es poco lo que se sabe y lo que se obtiene de la risa. Solo hay que recordarlo en tiempos en que pandemia, aislamiento, coronavirus, encierro, COVID-19 parecen conformar un nuevo y pesimista diccionario... ¿Por qué entonces no hacerle caso a los que saben y poner el humor en el corto horizonte nuestro de cada día? Poblar no solo de aplausos sino también de risas la cuadra puede ser un objetivo. Sembrarla como un virtuoso hábito cotidiano. Reírse sin razón alguna. O como niños. Porque la risa es salud y vida, dicen los expertos. Y no queremos que la cuarentena nos termine acorralando el alma.

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