Desde hoy, el uso de tapabocas para ingresar o permanecer en el transporte público, locales comerciales y dependencias oficiales en la Ciudad de Buenos Aires es obligatorio. La medida fue dispuesta por el gobierno porteño con el objetivo de reducir posibles contagios de coronavirus y contempla multas de hasta $80 mil para quien no cumpla.
Ya sea por miedo a contraer el virus o para no pagar la dura sanción económica, lo cierto es que durante las primeras horas del día se observó en las distintas terminales de transporte un acatamiento casi total de la disposición oficial. Prácticamente todos los usuarios del transporte público que pueden movilizarse al estar exceptuados, lo hacen con la cara tapada.
Para controlar el cumplimiento, la Policía de la Ciudad, agentes de Tránsito y la Agencia Gubernamental de Control (AGC) reforzaron los controles en terminales de transporte como Constitución, Retiro, Once y Liniers, así como en todos los barrios.
Según confirmó el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, las multas comenzarán a cobrarse a partir de mañana. “Hoy será una jornada de concientización”, aclaró el funcionario. Respecto a la vía pública, señaló que no es obligatorio usarlo aunque sí dijo que “lo recomiendan fuertemente”. “Sería ideal que lo usen y seguimos recomendando el distanciamiento social”, añadió.
Respecto a los barbijos, Santilli informó que el gobierno de la Ciudad recibió ya 1600 unidades que serán distribuidas a todo el sistema de salud. “Seguimos convocando a todos los sectores a que den ofertas (en las licitaciones) porque necesitamos proveer al sistema de salud con barbijos, que son los que deben usarlos. El resto, tendremos que usar tapabocas”, aclaró.
Cuando se anunció la medida, las autoridades porteñas señalaron la norma tiene el objetivo de disminuir las posibilidades de contagio del COVID-19, ya que estiman que dos de cada tres personas que tienen el virus son asintomáticas. “Se recomienda el uso de tapaboca como medida de prevención en cualquier otro ámbito o lugar. En los últimos días los mismos vecinos han tomado la iniciativa y cada vez más personas usan este tipo de protección en las calles”, indicaron desde el gobierno de la Ciudad.
Los controles de la Policía se ubicarán también, además de las inmediaciones de Centros de Trasbordo, en paradores de Metrobus y bocas de subte. Los inspectores de la AGC, por su parte, constatarán que los empleados de los comercios y clientes dentro de los comercios u oficinas de atención cumplan la norma. Además, se pondrá a disposición de los vecinos el 147 para realizar denuncias en casos en los que no se respete la norma.
En la ordenanza se estableció que a quienes no respeten la medida se prevén sanciones de 500 unidades fijas ($ 10.700) a 3.700 unidades fijas ($ 79.180) y/o clausura y/o inhabilitación.
De esta manera, la Capital Federal se puso en sintonía con lo dispuesto por las provincias de Jujuy, Misiones, Santiago del Estero y La Rioja, y localidades bonaerenses como Zárate, Tigre y La Matanza, donde ya es común ver con tapabocas a la población que circula en la calle.
Entre otras de las medidas dispuestas por el gobierno porteño, prohibió también la comercialización de los barbijos sanitarios N95 a cualquier persona que no acredite ser profesional o personal del servicio de salud y a las personas jurídicas que no tengan por objeto la prestación de ese servicio, con el objetivo de no desabastecer el mercado porque hay escasez.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, también ordenará la obligatoriedad del uso de tapabocas en la provincia de Buenos Aires. En este caso, la medida será efectiva en los próximos días.
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