Falta de medicamentos e incertidumbre: el reclamo de tres argentinos con problemas de salud varados en Miami

Padecen graves trastornos y son pacientes de riesgo en el país más comprometido por la pandemia del coronavirus. Ahora conviven con la dificultad de poder comprar las caras medicaciones y sin precisiones de cuándo podrán regresar al país

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Roxana Serebrensky, Paul Schvarzstein y Marcela Iaracitano, tres de los argentinos varados en Miami que padecen problemas de salud
Roxana Serebrensky, Paul Schvarzstein y Marcela Iaracitano, tres de los argentinos varados en Miami que padecen problemas de salud

Roxana Serebrinsky, de 53 años, viajó a Estados Unidos el 6 de marzo. Lo hizo con su pareja. El motivo principal del trayecto fue el de acudir a una clínica especializada de Los Ángeles, en la costa Oeste. A lo largo de los últimos años, en la Argentina le descubrieron un problema neurológico hasta el momento desconocido que le causa adormecimiento en los dedos de las manos.

Durante su estadía en Los Angeles, Roxana tenía un turno en una clínica de alta gama de genética, donde se trataría de identificar con exactitud cuál era el trastorno degenerativo de sus manos. Su meta era tratar de evitar una riesgosa operación programada en Buenos Aires para el 6 de abril que, en principio, le ayudaría a mitigar los síntomas.

Para Roxana, incluso, ni se trataría de la primera intervención quirúrgica en su cabeza. Hace tres años debió ser operada de un aneurisma cerebral y desde entonces toma una medicación de manera crónica contra la hipertensión.

Hasta que se desató la pandemia del coronavirus en todo el mundo.

Roxana Serebrinsky se sometió hace tres años a una cirugía por un aneurisma cerebral
Roxana Serebrinsky se sometió hace tres años a una cirugía por un aneurisma cerebral

“Todos mis planes se vieron modificados y tuve que cambiar por completo todo mi cronograma de viaje”, le explicó Serebrinsky a Infobae.

“Nosotros teníamos billetes de vuelta para el 23 de marzo, pero el 15 ya empezamos a iniciar los trámites para adelantar el regreso. Ya veíamos lo que se venía. Íbamos a volver mediante una escala en Panamá, pero ese país cerró sus fronteras el 20. Luego, compramos un pasaje para regresar el 20 desde San Francisco a Buenos Aires, pero ese vuelo también se canceló. Finalmente, no nos quedó otra opción que ir a Miami. Nos habían dicho que los únicos vuelos disponibles hacia Argentina salían desde allí”, completó.

Ya pasó más de un mes desde su salida de la Argentina y Serebrinsky, contadora porteña, lleva ya más de dos semanas en un departamento alquilado de Miami, a la espera de una novedad respecto a su regreso.

La imposibilidad de regresar le impidió poder someterse a la cirugía del 6 de abril y hoy se mantiene en una mezcla de angustia e incertidumbre. El estrés agrava sus síntomas, es una paciente de riesgo respecto al posible contagio de Covid-19 y cada día que pasa dispone de menos dinero para subsistir.

“Pude comprar el genérico del medicamento alemán que tomo habitualmente para la hipertensión. Pero cada frasco me cuesta unos 50 dólares, que eso se suma a los 100 dólares que tenemos que gastar cada vez que hay que comprar algo y a lo que seguimos pagando por el alquiler. Por ahora, puedo tirar un tiempito más, pero pronto ya no sabré qué hacer”, afirmó.

El ex marido de Roxana, que cuida de las hijas de ambos en Buenos Aires, se acaba de contagiar de dengue (Shutterstock)
El ex marido de Roxana, que cuida de las hijas de ambos en Buenos Aires, se acaba de contagiar de dengue (Shutterstock)

Como si fuera poco, a la incertidumbre de su desconocimiento se sumó un nuevo problema a miles de kilómetros de distancia, y dentro de su propia familia. “Hoy en día, mis hijas de 24 y 20 años están solas en Buenos Aires cuidando de su padre. Él es médico obstetra y se contagió de dengue. No se puede mover de la cama. Pero encima, como el dengue y el coronavirus tienen algunas similitudes en sus síntomas y el hecho de trabajar en una clínica hizo que ahora él se encuentre a la espera de que le confirmen si tiene coronavirus o no”.

"Si lo tiene, no sé quién lo va a poder cuidar. Y sobre todo mis hijas, que se van a quedar desamparadas".

Roxana es una de los entre 1.000 y 1.200 ciudadanos argentinos que se encuentran varados en Miami a la espera de que la Cancillería emitiera la orden de vuelos de repatriación desde Estados Unidos, hasta ahora el país más afectado por la pandemia.

La situación de estar varados con un problema de salud en puerta ajeno al coronavirus en sí también afectó a los propios profesionales sanitarios argentinos que se encuentran "en tránsito" en la ciudad más importante del estado de Florida.

Paul Schvarzstein, junto a su esposa y su hijo en uno de los parques de diversiones de Orlando
Paul Schvarzstein, junto a su esposa y su hijo en uno de los parques de diversiones de Orlando

Paul Schvarzstein tiene 50 años. Es médico oftalmólogo del hospital de la ciudad de Rafaela y es uno de los 38 profesionales de la salud de la Argentina que se encuentran varados en Miami.

El 8 de marzo, Schvarzstein viajó junto a su esposa y a su hijo de tres años y medio a Orlando para disfrutar de unas vacaciones en los parques de diversiones de esa ciudad.

El oftalmólogo se llevó su batería de medicamentos, ya que posee una cardiopatía isquémica severa.

Hace unos años, Paul sufrió una obstrucción del 85% de la arteria circunfleja anterior, por lo cual se le tuvo que instalar un stent en su organismo. Al igual que Serebrensky, es un paciente de riesgo de contraer coronavirus.

El informe que el oftalmólogo debe presentar para obtener la medicación por su problema cardíaco
El informe que el oftalmólogo debe presentar para obtener la medicación por su problema cardíaco

“Cuando viajamos, el 8 de marzo, acá ni se hablaba de la pandemia del coronavirus, todo funcionaba con normalidad. Yo quería que mi hijito pudiera conocer Disney y los otros parques de diversiones, nada más”, le aseguró a Infobae en una charla telefónica.

El viaje de vuelta estaba supuesto para un trayecto de salida desde la misma ciudad de Orlando, sin hacer escala en Miami. Sin embargo, una vez que se cerraron las fronteras en la Argentina y en EEUU, todos los planes quedaron cancelados.

Fue entonces cuando la atención del oftalmólogo se depositó no sólo en encontrar las herramientas para retornar a su trabajo en el hospital de la ciudad santafesina sino en analizar cuánto medicamento le quedaba.

“La tanda de medicamentos que yo traje se me acabó después de las primeras semanas. Fui a un Walmart a comprarlos, con todos los papeles en regla, y todas mis medicaciones me costaron unos 750 dólares, algo que es una locura”, se lamentó el médico.

“Me puse en contacto con la empresa de asistencia médica al viajero y me dijeron que ellos se iban a hacer cargo del pago. Pero después me retrucaron que mi enfermedad era preexistente y que el pago corría por mi cuenta”.

Hoy, a Schvarzstein le quedan medicamentos para cubrir solamente la próxima semana. Una vez que se acaben, no sabe qué hará.

La batería de medicamentos que tuvo que comprar el oftalmólogo rafaelino en EEUU.
La batería de medicamentos que tuvo que comprar el oftalmólogo rafaelino en EEUU.

“No voy a pagar otra vez 750 dólares, ya no puedo hacerlo. Supongo que quedaré a merced de que no me ocurra nada con mi problema, al margen de tratar de no contagiarme de coronavirus, que para mí supondría un gran riesgo”, completó el médico.

Debido a la cantidad de varados de todo el mundo que hay en la ciudad de Miami, el médico y su familia decidieron permanecer en las inmediaciones de Orlando. Hoy alquilan un departamento en la ciudad de Kissimmee, a unos 10 kilómetros de Orlando.

Mientras, Schvarzstein es otro de los tantos médicos que ruega a las autoridades argentinas que al menos presenten un calendario de vuelos de repatriación para los ciudadanos que se encuentran varados en Florida. Ellos están al tanto de que una aerolínea norteamericana realiza vuelos de carga que llegan a la Argentina para traer insumos pero no logran que el Gobierno los habilite para volver.

“Sólo queremos tener al menos una fecha para así poder organizar un poco nuestra vida. Acá el coronavirus sigue mucho más avanzado que en Argentina y personas como yo somos pacientes de riesgo. Sabemos que EEUU está enviando aviones de Easter Airlines a Argentina para repatriar a sus ciudadanos, pero esos vuelos están yendo vacíos. Al menos pedimos poder comprar los pasajes de esos vuelos, que irán a la Argentina de todas formas”, le dijo a este medio.

Entre las decenas de médicos argentinos varados en Miami se creó una suerte de red solitaria para el resto de los compatriotas en la misma situación. Algunos ayudan a conseguir medicamentos, otros tratan de atender, aunque sea a distancia, a personas embarazadas o con problemas de tensión

Y precisamente Schvarzstein se convirtió en una suerte de oftalmólogo de una psiquiatra porteña llamada Marcela Iaracitano, que hace unos años fue operada de un glaucoma en uno de sus ojos.

Marcela Iaracitano viajó a Miami para celebrar su cumpleaños número 60 junto a su hija
Marcela Iaracitano viajó a Miami para celebrar su cumpleaños número 60 junto a su hija

Iaracitano llegó a Miami el 10 de marzo junto a su hija de 22 años. La mujer organizó el viaje de madre e hija para celebrar su llegada a los 60 años, tras su cumple en julio de 2019.

Como yo soy precavida, me traje dos frascos de la medicación crónica que tengo que tomar. Nos íbamos a quedar acá solo dos semanas y con un frasco me alcanzaba y me sobraba. Pero ahora ya estoy en la mitad del segundo frasco”, advirtió la psiquiatra, en una conversación con Infobae.

Según explicó la médica, el consulado argentino en Miami le ofreció una solución el mismo martes a la noche respecto al faltante de su medicación. “Anoche me llamaron y se comprometieron a conseguirme la medicación que necesito. La verdad que ellos me ayudan con las herramientas que pueden y espero que cumplan porque si dejo de tomarla, entraré en un riesgo”.

“Mi hija también sufre una enfermedad crónica pero prefiero resguardar su intimidad. Por ahora lo tenemos controlado, pero también dependemos del tiempo que permanezcamos acá”, completó.

Marcela y su hija consiguieron hospedaje en la casa de una amiga que reside en Miami. Así, en la cuarentena, la psiquiatra reflexionó sobre el daño emocional que están sufriendo actualmente todos los argentinos varados en el exterior y cómo les afecta la incertidumbre de no saber cuándo van a reencontrarse con sus seres queridos en la Argentina.

La sensación más demoledora que tenemos acá es sentir que no se termina el sufrimiento nunca. Cuando te morís de dolor de algo, pero sabés que en 12 horas te operan, la cabeza se prepara de otra manera. Saber eso ya hace que la cabeza se reseteé. Lo que nosotros tenemos es una angustia permanente y no vemos la luz al final del túnel. Es como si la ruedita de una página de internet se quedara cargando. Y se queda ahí girando y girando”, afirmó.

Algunos de los argentinos varados en Miami se alimentan de las comidas donadas por las iglesias de los barrios y los centros asistenciales
Algunos de los argentinos varados en Miami se alimentan de las comidas donadas por las iglesias de los barrios y los centros asistenciales

Asimismo, Iaracitano teme que el estrés y la angustia pueda repercutir en la falta de defensas y en el empeoramiento de varios argentinos varados en Miami. “Hay un consenso internacional en todas las especialidades: el estado psicoemocional, el neurobiológico y el inmunológico es uno solo. Es un gran sistema que marca para dónde va nuestra salud. Somos cuerpo y alma, por decirlo en términos más filosóficos”.

“Aquí hay pacientes oncológicos, hay mujeres embarazadas, hay pacientes con problemas coronarios graves. Lo que estamos viviendo es algo tan terrorífico como excéntrico. Yo, que vivo en mi trabajo de la palabra, a veces no puedo encontrar los términos para poder definir cuál es la situación en la que nos encontramos. Estamos en el país más comprometido con la enfermedad y seguimos sin saber cuándo vamos a volver a casa”.

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