Alertan que la cuarentena va a incrementar las muertes por enfermedades cardiovasculares no tratadas

Un informe elaborado por el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires proyecta unos 10.000 casos fatales que serían evitables

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Desde el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires proyectaron 10.000 muertes evitables
Desde el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires proyectaron 10.000 muertes evitables

Además de los fallecimientos, contagios y del impacto económico, la pandemia de COVID-19 suma una nueva complicación. Desde el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires proyectaron 10.000 muertes evitables por falta de consulta o tratamiento de enfermedades cardiovasculares, un efecto no deseado del aislamiento obligatorio ante el coronavirus.

Este instituto, uno de los más prestigiosos del país, advierte que estas enfermedades son la principal causa de muertes en Argentina y el mundo. Ante esto, realizó una serie de propuestas para morigerar esta situación.

La proyección del Instituto Cardiovascular, en función de las estadísticas y en comparativa con lo que sucedió en otros países, es la siguiente: si no se toman medidas, aseguran que hay 3 escenarios donde habrá “un incremento de 3.500 a 10.500 casos de nuevas ECV prevenible”, de entre 6.000 y 9.000 más por enfermedad cardiovascular y de entre 450 y 750 muertes prevenibles por infartos.

En el escenario más benévolo suman 10.000 muertes prevenibles entre abril y octubre de este año.

La información surge de un reporte de 21 páginas, al que accedió el sitio El Destape. “Las medidas del Gobierno fueron efectivas en reducir la propagación e impacto de la pandemia en Argentina. Por otro lado, la enfermedad cardiovascular lidera desde hace décadas el ranking de mortalidad y años de vida perdidos por discapacidad tanto en Argentina como a nivel mundial”, explica el reporte.

En Argentina, las afecciones cardiovasculares lideran el ranking de muertes. El reporte del Instituto Cardiovascular detalla que en 2017 fallecieron 97.000 personas por enfermedades cardiovasculares, el 28.5% del total. Remarca, a su vez, que entre 2000 y 2010 se redujo la tasa de mortalidad cardiovascular un 22%, pero que si los pacientes dejan de consultar o atenderse eso puede revertirse.

La situación es compleja, ya que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte pero las personas que las padecen temen salir del aislamiento para no contagiarse de coronavirus, cuya presencia mediática tapa cualquier otra situación. Pasa tanto con las cardiopatías como con el dengue.

El reporte aclara que no es una problemática solo argentina y evalúa los riesgos con estadísticas locales y tomando como ejemplo lo que sucedió en países como España e Italia en lo que va de la pandemia. Cita casos de España y Estados Unidos donde hubo drásticas reducciones en las prácticas vinculadas a enfermedades cardiovasculares y que eso aumenta la mortalidad de estos pacientes.

Si bien estamos en una etapa temprana de la pandemia, ya existe evidencia indirecta de que la desatención de la ECV esté causando un incremento objetivo de la mortalidad. Se observó un aumento de mortalidad total en ciertas regiones de España, Italia y Europa por encima de lo esperado por la pandemia COVID-19”, sostiene el reporte.

Muchos pacientes cardíacos temen ir a consultar a un médico por temor a contraer coronavirus
Muchos pacientes cardíacos temen ir a consultar a un médico por temor a contraer coronavirus

Desde el Instituto Cardiovascular destacan que las medidas de aislamiento “han sido efectivas en reducir la propagación del COVID-19”, pero advierten que la misma cuarentena redundó en menos consultas y tratamientos de enfermedades cardiovasculares.

El informe plantea que “existen crecientes reportes de menos consultas y realización de procedimientos cardiovasculares en regiones afectadas por la pandemia (tanto en Argentina como en el resto del mundo); también se observó un incremento marcado de la mortalidad total que no se explica totalmente por el virus, evidencia de que está aumentando la mortalidad de otras enfermedades”.

Los datos son contundentes. Desde el mismo instituto advierten que “la enfermedad cardiovascular lidera el ranking en muertes, ya sea a nivel global como en Argentina (100.000 muertes anuales, 280 muertes por día), así también como en años perdidos de vida ajustados por discapacidad” y que es necesario informar que habrá “un incremento marcado de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares debido al mal control de los factores de riesgo, y a la demora o no realización de procedimientos no invasivos (estudios de imágenes) e invasivos (cateterismos diagnósticos y terapéuticos), que han demostrado reducir la morbimortalidad en estos pacientes”.

Fernando Cura, jefe del Servicio de Cardiología Intervencionista y Terapéuticas Endovasculares del Instituto Cardiovascular, afirmó en el El Destape Radio que “ha habido una baja de los pacientes que se hacen estudios por miedo. Esto es alarmante porque si uno tiene una afección que necesita un control, lo tienen que continuar”.

“Esto puede ser catastrófico. Tenemos muchos pacientes con más de 50 años. Esto podría afectar mucho a la población, incluso más que el coronavirus”, aseguró Cura.

Además, agregó que la realización de estudios bajó 80%, que "un infarto no atendido a tiempo es un paciente que va a tener una evolución peor", que “no solamente tenemos que protegernos del coronavirus sino también cuidar a los pacientes que tienen afecciones que no pueden esperar a que termine esta pandemia” y convocó a que las personas "sigan controlando los factores de riesgo y continúen con los chequeos".

Desde el Instituto Cardiovascular proponen que se autorice la consulta como una excepción a la cuarentena, que se promuevan los medios virtuales y que no se posterguen tratamientos o estudios cardiovasculares debido a la pandemia, entre otras medidas.

“La finalidad de este análisis no es establecer una competencia entre COVID-19 y la ECV, -plantean desde el Instituto Cardiovascular bonaerense- sino demostrar con estas estadísticas la evidencia de un efecto de ‘fatiga’ de la población en la cual las consecuencias adversas de un mal conocido, como lo es para el caso la enfermedad cardiovascular, pasen desapercibidas e impacten duramente en los resultados. Las medidas tomadas en Argentina fueron efectivas para reducir la propagación del virus, y serán necesarias ciertas medidas por un tiempo más prolongado. Sin embargo, debemos encontrar la manera de darle continuidad al control de los pacientes con problemas o riesgo de tener problemas cardiovasculares”.

Para este instituto, es clave la información. “Creemos que es oportuno informar precozmente a la sociedad y a las autoridades sanitarias que demorar, reducir la intensidad o dejar de cumplir con las medidas de prevención y tratamiento que han demostrado beneficio en pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV), va indefectiblemente a causar mayor mortalidad”, alertan.

Desde el instituto también realizaron un listado de factores que afectan la menor atención de los pacientes cardiovasculares. Estos son: la preocupación de los pacientes a consultar por contagiarse el virus en el hospital o por tener problemas legales por movilizarse hasta el hospital para consultar; la cancelación de agendas médicas por aislamiento obligatorio; el personal de salud considerado población de riesgo para COVID-19 que está bajo licencia mientras dure la pandemia; que en las resoluciones quedan dudas sobre qué consultas estarían justificadas a realizarse; que las instituciones médicas polivalentes (públicas y privadas) desvían recursos para poder contener el posible colapso sanitario; y la demora en la llegada de las ambulancias al domicilio.

El reporte presenta una serie de propuestas para evitar muertes de pacientes con complicaciones cardiovasculares. Además de consultas virtuales, plantean que “contactos presenciales del paciente con el sistema de salud sean realizados bajo normas especiales de bioseguridad que reduzcan al mínimo el riesgo de contagio por COVID”.

Detallaron cuáles son las urgencias que no se pueden tratar de manera virtual y requieren que la gente vaya a la guardia: opresión o dolor de pecho/brazos; dolores súbitos nuevos en dorso o abdomen; falta de aire; síncope, pérdida de conocimiento; edemas nuevos en las piernas; palpitaciones nuevas; dolor súbito con cambio de color o temperatura en los miembros inferiores; dificultad súbita para expresarse, entender, o mover piernas o brazos.

También hicieron un listado de la enfermedades que requieren “seguimiento estrecho ambulatorio” y que se continúen haciendo estudios de monitoreo. Estas son: enfermedad coronaria; estenosis aórtica; insuficiencia cardíaca; marcapasos y cardio desfibriladores; aneurisma de aorta; estenosis carotidea; miocardiopatía hipertrófica; otras miocardiopatías; isquemia crítica de miembros inferiores; hipertensión arterial mal controlada; monitoreo de anticoagulación.

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