Más de dos decenas de grupos de argentinos varados en diferentes lugares del mundo expresaron este lunes en una videoconferencia organizada por legisladores de la oposición el alto nivel de incertidumbre que viven, la ausencia de respuestas de la Cancillería, una crítica situación económica y la fragilidad sanitaria en que se encuentran miles de los que no pueden volver al país por la pandemia de COVID-19.
Las palabras “desesperación”, “incertidumbre” o “falta de respuesta estatal” fueron las más escuchadas por los argentinos que participaron de la videoconferencia, coordinada por los diputados Luis Petri (UCR) y Waldo Wolf (PRO), quienes adelantaron que desde el bloque de Cambiemos presentarán en un proyecto de ley para que el Gobierno elimine el cobro del 30% de gastos con tarjetas de crédito para los argentinos que hoy se encuentran sin poder regresar al país.
Actualmente se estima que hay más de 12.000 argentinos varados en el exterior y que no pueden regresar porque el Gobierno decidió reducir el ingreso de pasajeros por día al país y porque cancelaron todos los vuelos que había programados.
En este contexto, se dispuso un fondo de repatriación desde la Cancillería que, en forma coincidente, los argentinos varados en el extranjero aseguran que nunca llegó. También destacaron la ausencia de respuestas por parte de los cónsules o embajadores.
“El Poder Ejecutivo se comprometió a dar una ayuda que no llega y un cronograma de repatriaciones que no existe”, explicó el diputado Petri en la videoconferencia. Ante esto, adelantó que desde Cambiemos se presentará un proyecto de ley para que se elimine el 30% de impuestos para todos los argentinos varados en el exterior que firmaron formulario COVID-19. Es decir, que se encuentran imposibilitados de regresar al país por la crisis provocada por la pandemia.
En tanto, el diputado Wolff destacó que buscan “ayudar a que regresen los argentinos varados en el exterior porque eso es un derecho” y pidió que el Gobierno ofrezca mayores certezas de lo que se puede hacer para solucionar el problema de miles de varados.
Desde México, Martina habló en nombre de más de 2000 argentinos allí varados. “El Presidente dijo que no podemos regresar porque las fronteras están cerradas, pero eso no es real porque por la vía diplomática se pueden abrir. Se necesita voluntad política”, afirmó esta argentina, que alertó sobre muchos que ya no tienen asistencia al viajero y cobertura médica.
En tanto, Fernanda, desde Miami, Estados Unidos, aseguró que a los 1.200 compatriotas que están allí el consulado no les da respuestas. “Dicen que hablemos con Aerolíneas Argentinas, pero las empresas aéreas no dan respuesta tampoco y nosotros necesitamos certidumbre. No estamos pidiendo que nos regalen pasaje”, expresó.
Por su parte, Daiana, desde Honduras, se puso a llorar cuando le tocó hablar en la videoconferencia. “Acá recibo ayuda de la Iglesia y estoy en una situación complicada. Somos muchos que estamos igual, pero las respuestas oficiales que nos dan son muy poco esperanzadoras. Nos dicen simplemente que no saben si pueden ayudar”, relató.
Florencia es una argentina que vive desde hace varios años en Italia y armó una red para ayudar a sus compatriotas que están varados y no pueden regresar al país. “Nadie habla de Italia en la Cancillería argentina ni recibimos ayuda del consulado. El consulado no existe. Tampoco nos dan respuesta a los que queremos ayudar. Más allá del impuesto que cobran por compras con tarjeta hay muchos que ya no tienen siquiera para comer y van a Cáritas para recibir alimentos”, dijo.
La situación que contaron Mariano y Maxi desde Sudáfrica también es desesperante. “Hay una carencia grande de la embajada. El consulado es un disco rayado donde siempre dicen que están trabajando. Pero vivimos una economía de guerra y a ello se le agrega la situación de violencia en las calles”, explicó Mariano. Un dato llamativo: en Sudáfrica, donde quedaron varados unos 70 argentinos, dicen que recibieron una ayuda del Estado mínima de 19 dólares por día, pero recordaron que en Perú los argentinos en situación vulnerable reciben 70 dólares diarios. “¿Hay que esperar que se muera alguien para que nos ayuden?”, se preguntó con desesperación este joven argentino desde Johanesburgo.
A su vez, Guadalupe y Ernesto dijeron desde Japón que allí hay 150 personas sin poder regresar a la Argentina y que el embajador Alan Brown siempre los recibe amablemente, pero que en Buenos Aires nadie les da una ayuda o una respuesta certera. Y en un país donde el costo de vida es muy alto no hay asistencia del Estado argentino hasta ahora para los varados.
Luego, Daiana contó desde Dinamarca que “la embajada argentina brilla por su ausencia para los más de 100 argentinos varados”. Muchos están sin trabajo o lo que es peor: sus visados están vencidos y pasaron a estar como ilegales.
La situación que contó Guido de Indonesia es tremenda. Llegó a Jakarta antes de que se declarara la pandemia mundial y al contagio de COVID se le añadieron otros peligros que acechan allí, como el dengue o la erupción de los volcanes. En ese lugar hay más de 130 argentinos varados y Guido fue muy directo en sus reclamo para poder regresar: “Estamos varados aquí porque el presidente Alberto Fernández nos cerró las puertas del país”, dijo.
Stefania está en Cancún, México, como numerosos argentinos, y expresó que si bien el proyecto de la oposición de reducción impositiva con gastos de tarjeta será bien recibido, lo que más reclaman es que haya certidumbre. “No sabemos cuánto tiempo más vamos a poder estar en esta situación”, alertó.
La situación de los varados en España también es angustiante. Mercedes contó que hay más de 2.000 argentinos varados allí y que la asistencia de la Cancillería a los que están en situación de vulnerabilidad es “casi nula”.
Hubo muchos más relatos desgarradores en la videoconferencia con los diputados de la oposición. Pero en todos se repiten muchas veces la misma historia: la ausencia del Estado, un clima generalizado de incertidumbre por no tener certeza del día de regreso, problemas de alimentación o salud y una impotencia por no poder tener derecho a regresar a la Argentina cuanto antes.
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