Tabatha Rivas Giovannini, una médica argentina de 32 años, llegó a España el 28 de febrero. Su destino final era el Hospital Clinic de Barcelona, donde estaría un mes como residente a raíz de un convenio de intercambio. Lo que no tenía previsto en ese viaje laboral era que conviviría con la crisis sanitaria producida por la pandemia del coronavirus.
“Vengo del futuro, con el diario del lunes, y lo que vi es horrible”, sentenció la joven médica del Hospital Posadas y vecina del municipio bonaerense de San Martín.
En estricta cuarentena en una casa que le prestó una amiga, Giovannini volvió el sábado pasado desde la península ibérica en un vuelo organizado y gestionado por la Cruz Roja Internacional, en el que volvieron otros 121 médicos argentinos repatriados.
“Llegué a Barcelona con una ilusión total, gracias a un convenio entre mi hospital y el de Barcelona. Vivía con una prima, a cuatro cuadras del metro que me dejaba en la puerta", recordó en una entrevista publicada hoy por el diario Clarín.
La rutina de Giovannini arrancaba a las 8 de la mañana en el hospital y salía a las cuatro de la tarde. Cuenta, entre risas, que luego iba a la biblioteca hasta la noche para actualizarse en temas de cardiología. Pero en una semanas, su vida como la de la mayoría de las ciudades en el mundo dio un vuelco drástico, a medida que la curva de internaciones y muertos en España por la COVID-19 ascendía.
"Veías a tus propios colegas en Barcelona que se estaban inquietando con lo que pasaba en Madrid. El problema se agravó cuando empezaron a dar positivo los médicos y enfermeros y particularmente en mi servicio hubo tres que habían estado en contacto conmigo”, contó.
Ese vínculo con personal médico afectado implicó que la médica argentina tenga que aislarse durante unos 14 días, a la espera de resultados. Pero la prueba de COVID-19 dio negativo y, en un golpe de suerte, se puso en marcha la gestión de la Cruz Roja para regresar a Argentina.
“Para ese entonces, estaba más preocupada por los casos de Argentina que los de España. No estaba tranquila por mi familia, amigos y compañeros, me angustié mucho y dije: si voy a enfrentarme a esta enfermedad y ayudar, prefiero que sea en mi país", señaló.
Giovannini comparte la opinión de que el país se expone a grandes riesgos por las características de la salud de la población argentina, que no cuenta con la calidad de vida que tienen los países de Europa occidental y que, a pesar de esos estándares, no pudieron minimizar la tragedia sanitaria.
“Pienso en distritos como La Matanza o Quilmes, o los casos que atendemos en el Posadas, con un número alto de pacientes con antecedentes de diabetes, amputaciones y patologías cardíacas en menores de 55 años y realmente asusta. Porque sabemos que nuestra base poblacional está mal en términos de buena salud. Y no podemos permitirnos llegar a eso. Por primera vez hay que dejar de ver a los demás países como ejemplo y serlo nosotros", advirtió.
La comitiva de profesionales de salud que volvió a Argentina viajaron en su mayoría desde Barcelona y Zurich, Suiza. Se trata de un vasto grupo de enfermeros, kinesiólogos, bioquímicos y médicos especializados. La mayoría se reintegrará a sus respectivos hospitales después del 13 de abril.
El reporte oficial publicado este jueves por el Ministerio de Salud de la Nación informó que unas catorce personas murieron y otras 99 fueron diagnosticadas con coronavirus. De esta manera, el total de fallecidos llegó a 79 y son 1.894 los infectados en el país desde el inicio de la pandemia. En este contexto, el presidente Alberto Fernández resolvió extender la cuarentena hasta el 26 de abril.
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