El mapa de Flight Radar -una página web donde se pueden seguir vuelos comerciales- es elocuente. Aún en este tiempo de coronavirus, los aviones vuelan por casi todos los países. Y en el cielo argentino, ni uno solo. Por supuesto, esa web no contemplado vuelos sanitarios y militares, de repatriación (el miércoles hubo uno a Colombia) ni aviones oficiales. Pero asombra.
Juan Pablo Mazzieri, vocero de APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), le baja un poco el precio a la imagen. “Todo está vinculado a las restricciones de vuelos que impuso el Estado argentino algo que no hicieron otros -le dijo a Infobae-. Pero hay países que pusieron las mismas restricciones. No es extraño lo que sucede en la Argentina con los vuelos. El mapa es engañoso porque no aparecen quizás todos los aviones”.
Sobre el cierre de la actividad, señaló: “En vista a lo que sucede con la cantidad de contagios, creemos que fue una medida, sino buena, apropiada. Se está protegiendo al pasajero y a los trabajadores. Los vuelos de repatriación tienen un protocolo especial de acuerdo a número de pasajeros y tripulantes”.
En rigor, todos los países latinoamericanos tienen algún tipo de restricción. Aunque sólo Colombia y Paraguay adoptaron una medida similar a la de nuestro país. En el país cafetero se limitan a vuelos humanitarios, ambulancias aéreas y carga. Y sus fronteras también están cerradas. En el fronterizo, la cuarentena llegará, por ahora, hasta el 12 de abril.
En Chile rige, hasta el próximo miércoles, la prohibición de ingreso de extranjeros al país, pero es probable que se prorrogue. Allí los vuelos no cesaron, ni se cerró el espacio aéreo. Cualquier persona puede salir del país y hay vuelos de carga. En paralelo, hay cuarentena obligatoria en los municipios con mayores niveles de contagio y toque de queda a las 22:00.
En Brasil también hay cuarentena. Como en Chile, los vuelos están permitidos y la entrada de extranjeros prohibida hasta el 19 de abril, solo se permite su presencia en conexiones internacionales. En Uruguay sólo hay vuelos humanitarios y de repatriados, además de los cargueros, que no tienen limitación. La cuarentena allí es voluntaria.
Centroamérica tiene distintas políticas. Sin dudas, la cuarentena más extraña del mundo es la panameña. Las mujeres pueden salir durante ciertas horas -definidas según su número de documento- los lunes, miércoles y viernes. Los hombres, martes, jueves y sábados. Los domingos no sale nadie. Tienen 2 horas para ir al supermercado o farmacias sin niños. Y la aviación está totalmente parada. Sólo admiten vuelos de carga y humanitarios.
En Nicaragua no hay restricciones de vuelos ni cierre del espacio aéreo, pero las líneas -excepto Aeroméxico- han dejado de operar.
Guatemala sólo admite vuelos de repatriación autorizados por el gobierno y vuelos de carga. La cuarentena está prevista hasta el 12 de abril, con toque de queda entre las 16:00 y las 4:00.
Cuba tomó medidas por etapas. En la actualidad lo aeropuertos sólo admiten vuelos humanitarios, de repatriación y de carga. Quienes ingresaron a ese país después del 24 de marzo van a sitios de aislamiento durante 14 días, y quienes lo hicieron antes se encuentran bajo supervisión. Y es obligatorio el uso de barbijos o tapabocas.
Explica Mazzieri que “los Estados Unidos todavía no ha tomado ningún tipo de determinación con respecto a esto y vemos las consecuencias que tiene todos los días, con el incremento de la cantidad de víctimas y de contagios. Lo mismo sucedió en Europa al principio. Hoy, si bien se ven muchos aviones, ha bajado mucho el tránsito aéreo, sobre todo en España e Italia. Y si no lo hicieron los Estados, muchas empresas han bajado su actividad porque no hay pasajeros”.
A pesar que el mapa que muestra Radar Flight muestra un importante número de aviones sobre los Estados Unidos, La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) contó que apenas volaron 97130 personas el último martes, un 95 por ciento menos que hace un año. En ese país, el Congreso aprobó subsidios de hasta 25 mil millones de dólares para las aerolíneas a cambio de no despedir a sus trabajadores.
Según Eurocontrol, en Europa la cantidad de vuelos cayó un 88 por ciento si se la compara con el 2019. Como parámetro tomaron la cantidad de aviones que volaron el domingo 29 de mayo de este año: entre las 8 de la mañana y las doce de la noche fueron apenas 350, frente a los 2876 el día equivalente del año pasado. El 8 de abril, España tuvo 280 vuelos, el 95 por ciento menos que en el 2019.
ACI (Airports Council International) señaló que sólo en marzo, Europa perdió un total de 106 millones de pasajeros. La comparación es brutal si se toma que el 1° de ese mes volaron 5.120.000 personas (un 11,7 por ciento menos que el año anterior), pero el 31 lo hicieron apenas 174.000, el 97.1 por ciento menos. Según Olivier Jankovec, el director general de esa organización, “es algo nunca se vio antes. En la crisis financiera del 2009, los aeropuertos europeos perdieron 100 millones de pasajeros en 12 meses. Con el Covid-19, tomó sólo 31 días, los de marzo, para que el mismo volumen de pasajeros se desvaneciera”.
Ellos piensan que este año pasarán 873 millones de pasajeros menos por los aeropuertos europeos, una disminución del 35 por ciento, cuando las previsiones para el 2020 eran de aumentar el tránsito un 2.3 por ciento. La caída de los ingresos, dicen, será de 23 mil millones de Euros, un 41 por ciento menos del escenario que esperaban.
Los números son alarmantes. Según IATA ( International Air Transport Association) la aviación mundial cayó un 14.1 por ciento en febrero con respecto al mismo período del 2019. Y calculan que las pérdidas anuales oscilarán alrededor de los 252 mil millones de dólares. Días atrás, Peter Cerdá, el vicepresidente de la organización para las Américas, señaló que las pérdidas en la región serán de 15 mil millones de dólares. Para ellos es la peor racha desde los ataques del 11 de Septiembre de 2001.
IATA calcula que el trabajo de 65.5 millones de personas depende de la industria aeronáutica. Allí incluyen sectores como el turismo y, por supuesto, los 2.7 millones de empleados que tienen las aerolíneas (71 mil directos en la Argentina). Con este escenario, creen que 25 millones de trabajadores de ese universo están en riesgo de perder su empleo. Casi tres millones de ellos, en América Latina.
El único sector que se mantiene firme es el de carga: el 28 de marzo voló sólo el 2 por ciento menos que en el 2019. Entre el 60 y el 70 por ciento de los aviones que vuelan sobre Europa, por ejemplo, se dedican a esa actividad.
Mazzieri concluye: “Esto va a traer un cambio en el paradigma del modelo aerocomercial muy sostenido. Era inimaginable este escenario hace dos meses. Y la recuperación será muy difícil. Está tomando relevancia la participación de los gobiernos en este tipo de empresas, contra lo que se sostenía que sólo el mercado debía regularlas. La IATA, la organización que nuclea a las empresas aerocomerciales, ahora está pidiendo asistencia gubernamental, subsidios y políticas de flexibilización. Creo que de ahora en más los Estados van a tener una participación más activa en esta actividad”.
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