Fernando Marín: “Mi idea puede suplantar a un impuestazo coercitivo”

-¿Por qué su idea comienza con un consejo de notables?

-Solo un consejo de intachables, desde lo ético y lo moral, pueden generar confianza para recaudar fondos importantes. Y una vez constituido, dos o tres medios de comunicación harían la convocatoria y explicarían el modo en que se podrá aportar. Traslado un pensamiento quizás simple y que puede parecer ingenuo, pero que de aplicarse y tener éxito solucionaría gran parte del problema sanitario de nuestro país y por ende a otras necesidades actuales que provoca el drama del coronavirus y su propagación.

Fernando Marín, que se define como un “productor nato”, ha tenido una activa participación no solo en la producción de medios, sino también en el campo del gerenciamiento deportivo. Organizó la Copa Davis por más de 30 años y durante seis años fue gerenciador de Racing, donde evitó el descenso, ganó un título y le dio la primera oportunidad a Diego Simeone como DT. Durante la presidencia de Mauricio Macri fue primero director de Fútbol para todos y luego funcionario de la secretaría de Deportes. En 2015 ya había esbozado su idea de un fondo para salir del estancamiento:

“Cuando asumió Macri le sugerí que la realidad económica catastrófica que recibía el gobierno había que comunicarla de inmediato, como una operación en cuyo quirófano había que amputar un brazo porque el enfermo padecía de gangrena y si no se tomaba una decisión drástica, el peligro de muerte acechaba. Obvio que la sugerencia no caló y optaron por el gradualismo con las consecuencias conocidas. También le propuse a él y a algunos allegados, casi siempre inocentemente, por qué no hacía una reunión de aproximadamente 100 líderes. Este cónclave compuesto por responsables de bancos, industrias, comercios e individuos particulares que podrían aporta entre el 3 y el 5 % de su patrimonio real invirtiéndolo en las diferentes líneas de producción, no repatriando capitales ‘externos’ colocados en bonos, sino contra un bono garantía no especulativo que indicaría que la restitución de esos fondos se produciría cuando el país tuviera superávit fiscal. Sería de alguna manera un aporte patriótico sin precedentes, pero que dada la sed de huir del populismo en forma de tumor con metástasis que se estaba viviendo podría tener éxito y arrastraría a inversores internacionales a confiar realmente y traer capitales frescos. Sin ser especialista ni mucho menos me contacté con varios amigos extranjeros y me dijeron ‘nosotros creemos que Argentina es un mercado súper interesante en varias áreas, pero primero muestren confianza en ustedes mismos’. Obvio que nada de esto sucedió y el argumento que me dieron como respuesta en el gobierno fue ‘el dinero no tiene bandera, es imposible’. Nada se hubiera perdido intentándolo con una buena comunicación demostrando que la mecha era súper corta y lo que podía acontecer sería mucho peor. Pero esto es harina de otro costal...”.

-¿Cree que ahora es posible?

-Hoy vivimos un drama y somos partícipes del mismo. Y desgraciadamente lo son todos los habitantes del mundo. Por eso me pregunto si se conforma un fondo solidario cuya administración esté en manos de argentinos notables e intachables. No es necesario más de 10 personas para ese consejo. Si se solicitara a 10.000 cabezas de grupos o individuos un aporte solidario, para ser aplicado de una manera clara y específica a la compra de elementos para combatir la pandemia, construcción de hospitales y educar profesionales abocados a los servicios más esenciales... Si hiciéramos una gimnasia matemática y un cálculo tentativo de recaudación nos sorprenderíamos al arribar a una cifra significativa aunque sea imaginaria y arbitraria.

-¿Por qué esta vez funcionaría?

-Los argentinos somos distintos, no lo decimos nosotros, lo dicen en muchas partes del mundo y por lo tanto podemos sorprender. Las acciones intentadas hasta ahora no lograron un efecto positivo. Esto suplanta lo que creo se viene: un impuestazo coercitivo por parte del gobierno, maquillado con un nombre patriótico que ya provocó resistencia y rechazo.

-Un impuestazo es una mala idea, pero de rápida instrumentación para un gobierno. El empresario Coto llama a eso “cazar en el zoológico”. Una propuesta como la suya, ¿cuánto tiempo puede llevar para instrumentarse?

-Depende de la respuesta que tengan los medios asociados convocantes, por eso deben ser masivos y respetados, como así también resaltar el perfil del consejo de intachables.

-En un país donde hay opiniones muy divididas ¿puede armarse un consejo de intachables que genere consenso? ¿Quiénes podrían ser aceptados por unos y otros?

-No daré nombres públicamente, pero no me caben dudas de que existen estos nombres para un consejo de esta naturaleza y que están más allá de cualquier grieta.

-Si se aportara entre 3 y el 5% del patrimonio como planea, ¿cuánto podría juntarse en ese fondo? ¿Cuánto estima?

-Sé que mi aspiración romántica reuniría fondos insospechados. Pero también, y en esto no soy romántico, sé que el desangre que se viene produciendo dejará a los ricos pobres y a los pobres muertos. La clase media, motor real de nuestra economía, ya desapareció. Siempre se puede estar peor.

-¿Qué papel tendría el gobierno? Porque si bien la administración quedaría a cargo del consejo de notables, hay cierta desconfianza en la sociedad por la manera en que se manejan los fondos públicos...

-El Consejo sería algo privado, no institucional y los fondos serían canalizados con el aval de los fueros y organismos que correspondan. Si se produjese una acción de esta naturaleza el gobierno debería estar más feliz que perro con dos colas.

-Le preguntaba por la supervisión de los fondos porque estamos en medio de un debate de cómo se invierte desde el Estado para ayudar en medio de la pandemia. ¿El consejo de notables debería supervisar cómo y dónde se invierte?

-Las áreas a las cuales deben pertenecer sus componentes deben ser representativas en la materias más sensibles: como en salud, en economía y lo social, pero además su representatividad debe ser multifacética. Si nos quedamos plantados en el debate no vale la pena intentarlo. Pero que no nos quepa ninguna duda que si no dejamos de lado orgullos y egoísmos el retorno a la normalidad nos llevará muchísimos años. Estoy proponiendo una fórmula para que los políticos y poderes de turno se dejen ayudar y salgan del protagonismo. En definitiva, la política actual en cualquiera de sus tendencias tenderá a desaparecer. Resistirán más los regímenes populistas, porque son más impunes. Pero la nueva conducción y liderazgos en el mundo pasarán por los filósofos, los hombres de la educación y la cultura. La actual conducción política se agotó. Los fundamentalistas religiosos también resistirán más...

-Usted asegura que los nuevos liderazgos vendrán desde la gente de la cultura o intelectuales, pero los populismos suelen tener a esos sectores como justificadores y defensores de sus políticas.

-En los populismos como en cualquier otro tipo de gobiernos hay gente de todos los sectores. Es verdad que la cultura se ha recostado más sobre lo que se llamaban izquierdas y lo comercial sobre las derechas, pero pienso que cada vez más las ideologías se han diluido. El pragmatismo y las especialidades son las que cuentan. Siempre va a ser respetado un hombre de la cultura y del conocimiento y estos atributos es hora de que no tengan divisa.

-Usted conoce el ámbito del fútbol y de la comunicación, ¿cree que los futbolistas que han triunfado en el extranjero podrían poner el 1% de su patrimonio si hubiera una buena campaña?

-Dentro de los futbolistas, como en todas las profesiones, hay gente de bien y también egoístas. Prevalece la buena gente. He convivido en no menos de 5 vestuarios de élite de diferentes disciplinas en su intimidad y, repito, la buena gente es amplia mayoría.

-¿Cuál debería ser el punto fuerte de la comunicación? Porque no debe entenderse como una donación...

-La donación es la compra de una rifa cara. Este aporte tiene que tener el perfil de un bono que pueda ser restituido gradualmente a partir de que el país recobre su punto de equilibrio, con varios años de gracia. Vuelvo al principio, decimos que somos distintos. Demostrémoslo. En alguna etapa de nuestra historia la bandera argentina se enarboló varias veces en el mundo por distintas circunstancias: defensa de nuestra soberanía, cultura, ciencia, deporte... Por una vez en la vida hay que enarbolarla en aras del bien común.

-¿Ha comentado su proyecto con gente de su ámbito? ¿Qué le dicen?

-Soy un hombre que he transitado la vida en una ancha avenida multitarget. Siempre me sentí cómodo en las distintas veredas que pisé. Conocí lo bueno y lo malo. Entonces respondiendo su pregunta recibí opiniones de distintos ámbitos. Unos me dijeron “estás loco” y otros, los más, “Dios quiera que se pueda lograr”.

-¿Cree que la crisis global de la pandemia puede ayudar para que muchos decidan contribuir? ¿Cambiarán las formas de ocio y consumo? ¿Habrá que pensar más en el conjunto?

-Si partiendo de la solidaridad no comenzamos a contribuir en todos los sentidos el declive será cada vez será más pronunciado. Y en materia de ocio, los amigos serán menos y la familia recobrará un papel más central. El mundo no será barajar y dar de nuevo con el mismo mazo. El mundo será otro juego, con otras cartas

-Para que su idea empiece caminar, ¿cuál sería el puntapié inicial?

- Dos líderes silenciosos que crean que esto es posible y convoquen o propongan pares éticos y una vez confirmado este Consejo darlo a conocer masivamente a través de un medio. Lo que sí, esto debe ser como un jingle, repetirlo con una frecuencia que sature y tanto los consejeros como los medios deben estar convencidos de la posibilidad de éxito.

-¿Tener que plantear este tipo de soluciones significa que la política ha fracasado desde el retorno de la democracia?

-No, no diría eso, ni mucho menos. Creo que la democracia es la forma de gobierno más justa. Los errores parten de los gobernantes que por ahora no encontraron mejor forma que mentir o disimular la verdad para captar el voto y después el pueblo se topa con la triste realidad. Por eso digo que habrá un cambio de liderazgo y que su esencia y comunicación pasará por decir la verdad. La ambición de poder es natural y legítima, pero si se pone al servicio de una causa justa. No que que te cuenten una película antes de entrar al cine para llegar al gobierno, y luego cuando la ves es otra totalmente distinta...