Noelia Cardozo(38) es dermatóloga especialista en estética. Después de muchos años de estudio y de sacrificio logró un gran flujo de trabajo. “Mis días normalmente arrancaban con atención en consultorios a las 8 de la mañana e iba rotando por diferentes consultorios hasta terminar a las 8 de la noche. Así de lunes a viernes. Los sábados a la mañana también atendía de 10 a 12 en un centro de estética", detalla con nostalgia su rutina de años que hoy quedó totalmente interrumpida por el COVID-19.
“La pandemia, como a tantos, me afecta gravemente en lo económico. Debido a que el 80% de mis ingresos son autónomos, soy monotribusta en los consultorios y centros de estéticas que obviamente están cerrados desde el inicio de la cuarentena obligatoria. Me es imposible sostener mi economía con sólo el 20 % de mis ingresos, que todavía cobro por el trabajo de guardia que hago en una salita municipal. No sé cómo sobrevivir, sobre todo porque soy una mamá divorciada con dos niñas de 10 y 15 años a cargo, y sin ninguna cuota alimentaria que me colabore con ese manutención. Siento que mi situación no está contemplada por el Estado de ninguna manera”, se angustia.
Noelia nació en la provincia de Tucumán. Hoy vive en un departamento que alquila hace 12 años en El Palomar. Arregla cada año con el dueño directo el nuevo valor a pagar. “Siempre alquilé aquí, desde que llegué de mi provincia hace 12 años. Cuando trabajo tengo una persona que me ayuda con el cuidado de las nenas y los quehaceres del hogar a quien le pago por hora, pero obviamente ahora no está viniendo”, detalla la médica.
“Estamos pasando la cuarentena en el departamento con mis nenas (que no salen para nada) y con mi novio que es médico neumonólogo. Él está está yendo a su trabajo normalmente por su especialidad y colabora con algunos gastos y el alquiler. Eso me ayuda un montón, pero mis ingresos sumaban a la economía familiar porque vivimos al día. Tuve que recurrir a unos pocos ahorros que tenía para poder cubrir los pagos de tarjetas de créditos”.
“Pienso que para poder recuperarme quizás deba trabajar más horas en el futuro, ¿podré hacer más de 12 horas por día? Me queda solo trabajar por las noches o el domingo haciendo guardias. Quizás tendré que dejar de ir ad honorem al hospital y buscar algo remunerado en ese horario... Son algunas de las opciones que se me ocurren. Me va a costar mucho más esfuerzo del que ya hacía para poder sostenerme día a día. Por eso veo todo muy muy difícil", reflexiona.
Noelia ama su profesión. Pasa mas tiempo trabajando que en su casa. Atiende en OSECAC, GAD, Hospital Carlos Bocalandro, Libelle, Centro Médico K41, Reveil, sala de primeros auxilios de Haedo y UPA de Martín Coronado. “A los 17, estando en último año de mi secundaria decidí estudiar medicina. Sentí que era mi vocación porque me gustaba el hecho de poder trabajar toda mi vida para ayudar a los demás, y de algún modo aliviar o curar aquello que las personas pudieran padecer”, se emociona.
Cardozo relata el problema que hoy se presenta en este trabajo que ama. “El problema es que la mayoría son trabajos autónomos, facturados a través del monotributo, lo que implica que es muy inestable. La posibilidad de trabajar en relación de dependencia se basa solo en esperar algún nombramiento para hospitales estatales y eso rara vez pasa. Me encantaría estar en un hospital público, pero es complicado... Mientras, no sé cómo voy a hacer para salir adelante”.
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