La ciudad de Neuquén fue escenario de un caso que involucró en menos de 24 horas un abuso sexual, una pelea, un ataque a piedrazos y el dramático pedido de ayuda de una joven para que la rescataran de la violencia a la que era sometida por su pareja.
Todo comenzó la madrugada del jueves pasado en una casa del barrio San Lorenzo. Allí, una mujer de 20 años hizo un llamado a la policía para denunciar que dentro de su vivienda dos hombres se habían trenzado en una violenta pelea. Cuando los efectivos de la Comisaría 16 llegaron al lugar, la joven les explicó que uno de ellos la había manoseado y que el otro, para defenderla, comenzó a pegarle. El supuesto agresor fue detenido, aunque lo liberaron horas después con una causa abierta por abuso.
Sin embargo, la secuencia estaba lejos de terminar. El acusado de haberse aprovechado de la joven volvió al lugar y junto a su hermano comenzó a arrojar piedras contra la casa, en una suerte de venganza por todo lo que había ocurrido horas antes. Al parecer, no le había gustado que la joven de 20 años lo hubiese denunciado por abuso y no tuvo mejor idea que iniciar un ataque con piedras y otros proyectiles. Tras algunos minutos, otra vez hubo un llamado al 911 y nuevamente el joven fue detenido, acusado esta vez del delito de “daños a la propiedad”.
Quien se acercó hasta la comisaría para radicar la nueva denuncia fue la dueña de la casa, una mujer de 25 años que también es pareja de la joven que había sido abusada sexualmente en la madrugada y con la que, además, convive. Fue en esos minutos que se descubrió que detrás de todo se escondía una situación aún más brutal.
La chica de 20 aprovechó que estaba sola y le hizo llegar a su vecina un desesperado pedido de auxilio para que la rescataran. Fue a través de una pequeña nota escrita a mano en un trozo de papel con un mensaje desgarrador: “Por favor, me llamaría al 144. Ayer me cortó los brazos. Ya no puedo más. (...) Por favor, yo me quedé sin celu”, escribió la joven como pudo. En realidad, la mujer se refería a la línea provincial 148 que es la que atiende los casos de violencia de género y doméstica, pero acaso en medio de la desesperación confundió los números. La vecina, que recibió el pequeño papel por entre las rejas, comprendió la situación y se comunicó inmediatamente.
Personal de la Fiscalía de Violencia Doméstica y de Género se hizo presente en el lugar y finalmente rescató a la víctima. Cuando llegaron, observaron además que la pareja vivía con un nene de dos años, hijo de la mujer de 25.
Según publica el diario La Mañana de Neuquén, la agresora justificó increíblemente el ataque y en ningún momento lo negó: les dijo a los funcionarios de la fiscalía que había atacado a la joven "por haber provocado” el abuso sexual que ocurrió la madrugada de ese día. Los médicos que atendieron a la víctima constataron que en su cuerpo tenía las lesiones correspondientes con el relato tanto de la declaración como con lo que había llegado a revelar en la nota escrita a mano que le entregó a la vecina. Tenía moretones y heridas cortantes hechas con un cuchillo casero en distintas partes de su cuerpo.
De acuerdo con los dichos del comisario Dante Catalán al mismo medio, en una requisa al vehículo de la acusada hallaron también un arma calibre 9 mm que aparentemente suele llevar y que no contaría con los documentos que avalen la tenencia. La joven de 20 años fue reubicada en un refugio para víctimas de violencia y el niño quedó al resguardo de su abuela. Por todo lo ocurrido en ese día, intervinieron las fiscalías de Delitos Sexuales, de Violencia Doméstica y de Género y de Delitos Flagrantes. El joven que la manoseó quedó involucrado en una causa por tentativa de abuso y por daños a la propiedad, mientras que la mujer de 25 fue acusada del delito de violencia doméstica y lesiones.
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