El jueves 12 de marzo, Alberto Fernández dictó un decreto de emergencia sanitaria que establecía la suspensión de vuelos internacionales con pasajeros provenientes de los países de alta circulación del coronavirus. Tres días después, el presidente anunció la suspensión de clases y el cierre de todas las fronteras. Restringió, con esta medida, el ingreso de personas al país con la salvedad de los repatriados o los extranjeros residentes en la Argentina. Por entonces, había apenas 56 infectados y dos muertes. Luego, la prohibición de vuelos de cabotaje. Desde entonces, los cielos argentinos están prácticamente vacíos.
Por eso, despertó la curiosidad el avistaje de un objeto extraño atravesando el ancho del país. En algunos lugares del centro del territorio nacional, se divisó la presencia de un objeto volador misterioso. Se pudo ver en algunos pueblos del sur de Mendoza, el norte de Neuquén, toda la extensión de La Pampa y el interior de la Provincia de Buenos Aires.
No era un aeroplano, menos un OVNI. Es una especie de bolsa trasparente gigante de la que colgaba un módem. Su función es proveer de conexión a pequeños poblados que no disponen de internet a través de un cableado de red o fibra óptica. Es una iniciativa de Google que nació en 2013: el Proyecto Loon busca crear una red inalámbrica área de 5G a través de globos de helio para dotar de conectividad a aquellos lugares más recónditos.
Su página oficial así describe el programa: “Por medio de una red de globos que viajan en el borde del espacio, Loon trabaja con operadores de redes móviles para expandir la cobertura en comunidades marginadas o sin servicio, complementar las redes existentes y proporcionar cobertura inmediata luego de desastres naturales. Hasta la fecha, los globos han viajado más de treinta millones de kilómetros alrededor del mundo”.
En febrero del año pasado, Infobae se comunicó con la compañía para conocer más sobre este proyecto. “Podemos confirmar que los globos Loon han estado activos en el espacio aéreo argentino a principios de esta semana. Nuestros globos operan a veinte kilómetros por encima de la Tierra, muy por encima del tráfico aéreo comercial o la vida silvestre. Loon ha estado realizando pruebas en la región durante años y como parte de estas pruebas los globos transitan por muchos países de América del Sur, incluida Argentina”, respondieron.
Cada globo cuenta con dos transceptores de radio para recibir y enviar flujos de datos, una computadora de vuelo, un GPS, un sistema de control de altitud que sube o baja el globo según el viento y paneles solares para alimentar a todo el dispositivo. Fueron construidos a base de polietileno, son capaces de permanecer en órbito más de cien días en la estratósfera, ofrecen una velocidad similar a la que proporciona el 4G con capacidad para proporcionar internet a cien personas y cada uno cubre un radio aproximado de ochenta kilómetros. En esta oportunidad, en plena cuarentena donde por el aislamiento la gente en sus casas demanda mayor conectividad, el globo aerostático de Google cruzó la Argentina desde la Cordillera de los Andes hasta el Océano Atlántico.
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