El canciller Felipe Solá confirmó que todavía hay 10 mil argentinos varados por el mundo, a la espera de que un avión los traiga nuevamente a sus casas. No solo están en aquellos países con COVID-19 circulante (como China, España, Italia, Irán y Estados Unidos, por mencionar algunos) sino también en otros cuyas aerolíneas ya no tienen permisos para aterrizar en Ezeiza (como Brasil y Chile) o donde los aeropuertos permanecen cerrados para evitar la propagación del virus (como Perú o Panamá).
La situación es desesperante y las embajadas están colapsadas con el mismo pedido de ayuda: todos quieren ser repatriados. Y si bien Aerolíneas Argentinas (AA) ya posibilitó el retorno de unas 20 mil personas, todavía queda mucho trabajo por hacer. Por eso, el Gobierno autorizó a varias compañías privadas a realizar esos vuelos excepcionales. Iberia, Latam, Air Europa y American Airlines figuran en el listado, al igual que las low cost Flybondi y JetSmart.
En Aerolíneas Argentinas, los pilotos y tripulantes son “voluntarios” ya que son ellos mismos los que le informan a la empresa de su interés y disponibilidad para hacer esos viajes y aportar su experiencia de servicio frente a la pandemia.
El piloto Gastón Altoe (44) es uno de ellos y ya lleva realizados tres vuelos de repatriación a zonas de riesgo junto otros colegas y tripuplantes de cabina: uno a Miami y dos a Madrid.
Tuvo el “honor” de participar del primer vuelo hacia el aeropuerto de Barajas para traer a los argentinos que estaban en España y así se lo hizo saber a los pasajeros antes de abordar el avión. “Este es un vuelo especial, es un vuelo de repatriación. Queríamos que sepan que nosotros sabemos que hay nerviosismo, que hay angustia, que están preocupados. Así que lo que le voy a pedir es que tengan un poco de empatía con el prójimo, con nosotros. Por último, les pido que sonrían porque nos estamos yendo a casa”, se lo escuchó decir al comandante al Altoe en un video que rápidamente se viralizó en las redes por su mensaje esperanzador.
“Es un momento inédito el que estamos viviendo. En estos casos especiales queremos que el pasajeros se sienta parte del equipo, bajarle la angustia y la ansiedad”, explicó el comandante de AA. Y continuó: “En un vuelo normal no lo hago, pero sí lo hice en ocasiones donde el vuelo salió con mucha demora. Es importante hablar con ellos, que te vean tranquilo. Es algo positivo y no falla. Ahora lo están haciendo todos mis colegas. Decirles `quédense tranquilos que en 13 horas van a estar en casa´ funciona. Hay que bajar tensiones”.
El número de trabajadores que se alistó voluntariamente para ponerse a disposición de estos traslados aéreos excepcionales en medio de la cuarentena obligatoria, que rige hasta el 31 de marzo, “es muy alto”.
La particularidad de estos vuelos es que salen desde Buenos Aires sin pasajeros. “Los vuelos normales tiene un descanso previsto, lo que nosotros llamamos una posta donde nos quedamos 24 o 48 horas. Pero ahora se coordinó con la gerencia de Aerolíneas y la ANAC hacer los vuelos ida y vuelta sin descanso. Lo que se hace es que los 4 pilotos que normalmente van trabajando de ida hacia Madrid vuelvan sin trabajar. Para eso se llevan 6 pilotos que van en traslado, usando las camas del avión y descansando, para que trabajen de vuelta”, explicó Altoe, a quien le tocó viajar junto a 5 compañeros.
A pesar de la capacitación que reciben por parte de los médicos de la empresa antes de despegar, todos son conscientes de que están expuestos al contagio y sobre todo los tripulantes de cabina. El uniforme que utilizan es el habitual y el que así lo considera se pone guantes o barbijo. Solo utilizan el traje de protección, tipo astronauta, cuando algún pasajero presenta síntomas de coronavirus y necesita asistencia.
“Aerolíneas lleva hechos casi 40 vuelos y las cosas fueron mejorando al punto que ahora el pasajero de vuelos internacionales tiene un refrigerio a bordo que consta de un sandwich, algo dulce, una fruta y bebida. Le dan como una especie de `cajita feliz` que minimiza mucho el contacto. Son vuelos largos, de 12 a 13 horas, y es necesario darles algo”, remarcó Altoe ya que en el primeros vuelos ese servicio estaba cancelado.
Todos los pilotos coinciden en lo mismo: se encuentran con pasajeros muy angustiados y a ellos les genera mucha satisfacción traerlos a la Argentina. Hoy, las redes sociales están inundadas no solo con videos hechos por los trabajadores sino también por los propios repatriados que muestran su agradecimiento.
“Les habla el comandante Pedro Parrado, quería saludarlos personalmente antes de desembarcar y decirles que, tanto para mí, como para la tripulación y para todos los trabajadores de Aerolíneas es un orgullo trabajar en la línea aérea de bandera”, se presentó el piloto AA que le tocó hacer el trayecto Miami-Buenos Aires.
“Nos sentimos orgullosos de que a partir del día de hoy Aerolíneas le sirva a la patria transportando a los argentinos que necesitan volver desde las distintas zonas afectadas. Les aseguro que todos vamos a poner lo mejor para cumplir con esta operación”, aseguró Parrado en video que fue registrado por un viajero.
En otro se muestra a los pilotos Roberto Lassi y Carlos Greco caminando por el aeropuerto de Barajas, en Madrid. “Estamos pegando la vuelta y poniendo el hombro a lo que tenemos que hacer”, dice Lassi mirando a la cámara de un pasajero mientras que Greco promete que seguirá haciendo vuelos “para traer a todos los argentinos a casa”. Al final de sus palabras, se escuchan fuertes aplausos de fondo.
Las azafatas también se convirtieron en heroínas involuntarias en época de coranvirus. Y además de llevar tranquilidad al pasajero, piden que todos colaboren y mantengan el mayor distanciamiento social posible para evitar supuestos contagios. “Es un día muy especial para todos. Vinimos a buscarlos ayer y por razones ajenas a AA y por conflictos gubernamentales no nos dejaron hacer la operación pero hoy los estamos llevando a casa. Para lo que nos necesiten estamos acá”, se la escucha decir a una de ellas por altoparlante.
Además de AA y Latam Arilines Argentina -que desde 19 al 25 logró repatriar a más de 11.500 argentinos al país en 64 vuelos- las low cost JetSmart y Flybondi también aportaron su “granito de arena” para que los argentinos varados en Chile, Paraguay y Brasil puedan volver a sus hogares.
Mientras que la primera lo hizo desde Santiago el 19 de marzo; la segunda operó las conexiones a las ciudades de Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre (Brasil) y Asunción (Paraguay) los días 20, 21 y 22 de marzo. A través de estas rutas, 1.160 personas llegaron al Aeropuerto Internacional El Palomar en el marco de los vuelos de repatriación.
Manuel Ruíz Díaz (27) es uno de los pilotos más jóvenes del país y se desempeña desde hace dos años como comandante en Flybondi. El sábado 21 le tocó volar hacia Porto Alegre para realizar su primer vuelo de repatriación y, a pesar de que puso en riesgo su vida en medio de la pandemia, se mostró muy agradecido de haber sido elegido por la empresa para esta misión
“Todo el plantel de pilotos levantamos la mano y dijimos que estábamos en condiciones de volar. Yo, en particular, remarque mis ganas de ganas y me puse a disposición. Sentía la necesidad de hacer algo por el otro porque todos algunas vez estuvimos fuera de casa con ganas de volver. Se me despertó esa vocación de ayudar a la gente y fue realmente gratificante”, contó Ruíz Díaz a Infobae.
A diferencia de los vuelos de AA, este de Flyondi partió con turistas. “De ida fuimos con muy poquitos pasajeros. La mayoría eran extranjeros que querían volver a su país. Este viaje estuvo muy bueno porque además de repatriar a argentinos llevamos a gente de afuera que se encontraba en Argentina y también quería volver a sus hogares haciendo la conexión desde Brasil”, explicó el piloto.
Para su sorpresa, cuando aterrizó en tierras cariocas, se encontró con una familia que estaba en Recife y tuvo que hacer hasta 2.000 kilómetros para llegar a Porto Alegre y de ahí tomar un vuelo hacia Buenos Aires. “Al estar todo colapsado era la única opción que tenían para abandonar el país. Por eso, desde el embarque fue muy notorio la emoción y el nivel de agradecimiento de la gente, mucho más de lo que esperábamos”, admitió.
Y remarcó: “Ver la cara de alivio y tranquilidad de la gente y de agradecimiento cuando abordaban el avión fue fantástico. Eso nos lo transmitieron todo el tiempo”
Una vez que los 150 pasajeros hicieron embarque, toda la tripulación se presentó ante los pasajeros. “Me paré enfrente de todos, les di la bienvenida y les conté del honor que sentíamos nosotros de traerlos. Les pedí de corazón que ellos también hicieran su parte y cumplieran con las medidas sanitarias en el aeropuerto y después hicieran la cuarentena así salimos todos juntos de esta. La gente bajo aplaudiendo del avión”, recordó.
Ruiz Díaz señaló que todos lo presentes le agradecieron a los trabajadores de Flybondi el esfuerzo que habían hecho en ese viaje y muchos se emocionaron hasta las lágrimas una vez que el avión tocó tierra.
A pesar de ser los protagonistas de estos actos humanitarios, los pilotos se niegan a ser considerados héroes. En este sentido, Gastón Altoe, el comandante de Aerolínas, dijo sentirse “orgulloso de ser parte de un grupo de profesionales gigantes que aman su profesión y hoy les toca hacer este trabajo”.
Para él, el reconocimiento que la gente le da a su trabajo es más que suficiente: “Traerlos a casa nos genera la misma satisfacción que a ellos cuando los vamos a buscar y lo vamos a seguir haciendo”.
Actualmente, AA tiene programados dos 2 vuelos diarios a pesar que por el contexto mundial cada vez se le haga más difícil operar. Para graficar esta situación inédita, Altoe recordó que al llegar al aeropuerto de Barajas “no había nadie en los pasillos y parecía una de esas películas donde muestran un aeropuerto desierto, prácticamente fantasma. Eramos nosotros y una avión más”.
Pero a pesar de ese panorama preocupante y desalentador, Altoe confirmó que “la baja de línea que tiene Aerolíneas Argentinas es seguir realizando vuelos hasta que no quede ningún pasajero varado por el mundo o hasta que se cierre el aeropuerto de Ezeiza".
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