Desde las cuestiones urgentes de logística como tratar a tiempo a los enfermos, conseguir que todos tengan camas y respiradores o que los profesionales de la salud cuenten con las herramientas necesarias, hasta lo que aparenta ser más pequeño: la vida privada durante la cuarentena, la organización de las cuestiones hogareñas, los vínculos. La pandemia parece haber llegado para trastocarlo todo, inclusive una situación tan simple y cotidiana como tener planes.
Los padres de Julián, como muchos, planeaban festejar los 11 años de su hijo mayor en dos partes: como el 23 de marzo era feriado, viajarían a Rosario a visitar a sus familiares, y de paso, agasajarían en familia al cumpleañero. Al regreso, el niño tendría su festejo habitual, con amigos y compañeros de colegio en una cancha de fútbol alquilada especialmente para la ocasión. Pero la cuarentena obligatoria mientras avanza el virus lo cambió todo.
“La verdad es que pensando en la cantidad de gente que iba a participar de esas dos reuniones finalmente con todo esto ayer logramos juntar a muchas más personas. ¡Porque ahora la mayoría tiene tiempo!”, reflexiona entre risas Oliver Galak, el padre del cumpleañero y uno de los gestores, junto a su esposa Gabriela, de un doble festejo muy particular para su hijo: por videoconferencia llegaron a reunir a más de 30 personas en siete ciudades distintas para celebrar.
Mientras las horas de teletrabajo pasaban, en medio de tareas escolares y organización familiar, Galak, que se dedica a la prensa institucional, y su esposa, que es médica y trabaja con diagnóstico por imágenes, empezaron a tramar algunas sorpresas. La familia vive en un departamento de tres ambientes en el barrio porteño de Belgrano, con el cumpleañero y su hermano, Tobi, de 7 años.
“Ante todo lo que íbamos viendo empecé a pensar en cómo lo iba a vivir Juli. Porque dijimos: ‘Si no podemos viajar a Rosario como pensábamos, aunque sea salimos a comer a un restaurant’. Pero en este caso tampoco podés. O pensás una actividad especial para agasajarlo. Pero no, ni siquiera se puede salir de casa. Empecé a pensar qué podíamos hacer y consulté con mi hermana, que vive en Francia y está más acostumbrada a las tecnologías de comunicación a la distancia. Vimos Skype y otros sistemas y finalmente terminamos eligiendo Zoom”, relata Galak a Infobae.
El objetivo que se propusieron, dentro de las particularidades de la cuarentena, era que todo fuera sorpresa. La celebración, entonces, estuvo pensada en dos partes.
“Julián se está levantando tarde estos días. Ni bien se despertó le dijimos: ‘Vamos a disfrazarnos por tu cumple’. Tanto mi mujer como mis dos hijos nos disfrazamos: él eligió disfraz de Harry Potter porque es muy fan. Cuando termina de vestirse le digo: ‘Vamos al living’, y ahí ya estaba el primer grupo conectado. Teníamos reunida a la familia más íntima: padres y hermanos, mis suegros y cuñados para cantarle el feliz cumpleaños. Habíamos arreglado para tener coronas puestas, así que fue el ‘corona-cumple’”, detalla.
Lo curioso de esa primera etapa fue la distancia que lograron sortear gracias a la tecnología: lograron reunir 7 conexiones desde 7 ciudades distintas. “Tengo a la familia por todos lados: mis padres viven en una ciudad, mis suegros en otra, los tíos en otra. Estamos todos repartidos. Mi hermana está en Francia, después hay gente en La Plata, Bahía Blanca, Rosario, Bariloche”, apunta el padre de Julián.
A la tarde, cuando llegó la hora de soplar las velitas el cumpleaños del niño siguió, con una nueva y multitudinaria sorpresa.
“Él pensaba que iba a hacerlo solo con mis padres y mis suegros y se terminó encontrando con los amigos que no ve desde que se suspendieron las clases. Estaba casi todo su grado y otros amigos y familia. En el máximo pico hubo 33 conexiones –algunas con más de una persona en pantalla– simultáneas, casi 40 invitados”, apunta Galak.
–¿Le encontraste algo positivo a esta circunstancia tan particular?
–La clave, si le quiero encontrar el lado positivo, es que esto nos obligó y nos permitió invitar más gente. Tal vez amigos o familiares que habitualmente no vendrían a un festejo, y pudieron estar. Él se puso muy contento. Hace muy poquito que él usa celular, no tiene. Y tampoco usa redes, pero recién ahora con esto subió una foto y agradeció a todos por participar, pese a que no es habitual que él escriba estas cosas.
–¿Cómo vivió Julián su cumpleaños virtual?
–Lo vi contento. Se sorprendió, obviamente. Ayer, al terminar, mi suegro le dijo algo lindo: que él por ahora tiene pocos cumpleaños en su haber porque es chico, pero que a éste lo va a recordar por mucho tiempo porque es especial. Es una situación difícil para todos en el mundo. En lo personal, a mí me sorprende la resiliencia que tienen los chicos y con la capacidad de adaptación que tienen. Es mucho mayor que la de los adultos. Y no siento que no sean conscientes de la situación, al revés, creo que son bastante conscientes de lo que estamos viviendo pero tienen más capacidad de adaptarse.
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