La justicia penal rechazó el pedido de un ciudadano brasileño que reside en la ciudad de Buenos Aires para dejar la cuarenta que está cumpliendo en un hotel por haber regresado de un país de alto riesgo de transmisión de coronavirus para continuar el aislamiento en su casa. El pedido fue rechazado y el juez del caso lo criticó duramente: no solo pone en riesgo al resto de las personas sino que hizo un “desacertado y temerario planteo en tiempos de una inusitada y dramática emergencia que demanda gestos de solidaridad y prudencia a todos quienes han optado por habitar el suelo nacional”.
Se trata del caso de un brasileño de 35 años que reside en el barrio porteño de Santa Rita. El sábado llegó al aeropuerto de Ezeiza en un vuelo que venía de Brasil y que se había iniciado en Etiopía. Quedó alojado en el hotel “Las Américas” para cumplir con la cuarentena para quiénes vienen de países de riesgo de transmisión del virus.
Pero a dos días de estar en el hote, el hombre pidió continuar la cuarenta en su casa, donde dijo que está su esposa e iba estar más cómodo y con mejor comida porque es vegetariano, según expuso en el habeas corpus que presentó en la justicia y a cuyos datos accedió Infobae.
El hombre, con radicación permanente en Argentina desde octubre de 2016, señaló que fue llevado al hotel contra su voluntad junto al resto de los pasajeros y que se encuentra en un alojamiento forzoso que no está contemplado en las disposiciones que tomó el gobierno nacional.
El juez de instrucción Mariano Iturralde explicó que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires dictó el “Protocolo de manejo de individuos provenientes del exterior asintomáticos”. Se trata de las medidas sanitarias para las personas que regresan al país de lugares de alto riesgo -como es Brasil-, que viven en la ciudad y que no presentan síntomas de coronavirus. En esos casos, son alojadas en hoteles de la ciudad para pasar los 14 días de aislamiento que establece el protocolo. Se quedan allí porque no tienen síntomas y así dejan las camas de los hospitales para quiénes sí las necesitan.
“El actual alojamiento en el hotel que le fue asignado obedece a una situación excepcional que ha sido dispuesta por los funcionarios competentes del GCBA en ejercicio legítimo de sus funciones, como autoridad sanitaria local, ello con el loable propósito de hacer cumplir de manera cabal el DNU dictado por el Poder Ejecutivo Nacional para contener y controlar la propagación de la pandemia que ataca al mundo”, resolvió el magistrado en su fallo de ayer a la noche.
También señaló que el decreto del gobierno nacional que fijó el aislamiento obligatorio fue validado por la Cámara del Crimen que rechazó un planteo para que sea declarado inconstitucional. Así, el juez sanjó la discusión jurídica. Pero criticó duramente al hombre por hacer el pedido en un momento de emergencia en todo el país.
Dijo que formó parte de los “vuelos excepcionales que lo han beneficiado notablemente al permitirle regresar al país a pesar de la situación de emergencia que afecta a todos sus habitantes” cuando están suspendidos los vuelos internacionales y que las personas que los aceptan quedan “sometidas a las medidas preventivas que disponga la autoridad sanitaria”.
El juez señaló que el viajante sufre “una ínfima afectación de los derechos individuales” que “debe ser tolerado y aceptado por el accionante, aunque más no sea por solidaridad para con sus semejantes”.
Pero además el magistrado marcó las condiciones en las que está aislado. “Nótese que el ciudadano de nuestro país hermano, fue trasladado a un lujoso hotel del barrio de la recoleta, en el cual además de brindársele alojamiento a costa de los contribuyentes de esta ciudad, se ha tenido hasta el detalle de suministrársele una dieta vegetariana acorde a su demanda; todo esto en el marco de una emergencia sanitaria sin precedentes”, dijo Iturralde.
Y agregó: “Pareciera ser que no ha internalizado que al haber transitado por un país de riesgo, de accederse a su obstinado reclamo y ser conducido a su hogar podría eventualmente contagiar a su pareja y así -incluso a pesar de las restricciones vigentes- propagar una grave enfermedad que pone en jaque a toda la población y al sistema de salud argentino”.
“Resulta por completo errado, en este contexto de emergencia sanitaria en el cual los recursos son limitados, predicar que se han restringido arbitrariamente los derechos individuales del residente, cuando de momento la única forma de combatir la pandemia es el estricto aislamiento que se le ha impuesto al nombrado -bajo el régimen que su situación en particular amerita- y al resto de la población”, concluyó el juez.
No solo fue rechazado el planteo para ir a su casa, sino que el magistrado le impuso al residente las costas del proceso. Eso significa que deberá pagar todos los gastos que insumió el trámite de la causa. “No ha tenido una razón plausible para litigar, en tanto, anoticiado de la situación de emergencia sanitaria y los razonables motivos por los cuales debía de cumplir con el aislamiento en cuestión bajo una modalidad especial por su situación particular, lejos de comprender las razonables medidas dictadas por la autoridad para prevenir la propagación de la pandemia que azota al mundo, optó por emprender este desacertado y temerario planteo en tiempos de una inusitada y dramática emergencia que demanda gestos de solidaridad y prudencia a todos quienes han optado por habitar el suelo nacional”, le recriminó.
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