Carolina y Nahuel, tenían todo listo par dar el sí. Son una de las tantas parejas que tuvieron que poner su boda en pausa por la pandemia del coronavirus. Tristes y frustrados decidieron ponerle “onda” a la fecha, “hicimos un video casero y se lo mandamos a nuestros amigos. Tenía puesto mi vestido de 15, y mi novio un traje con short de fútbol, lo que siguió fue una catarata de ideas ingeniosas que nos hizo olvidar de cualquier virus”, le cuenta a Infobae Carolina sin perder el humor.
La pareja rosarina se conoció hace 15 años, cuando todavía iban al colegio “Un amigo en común nos presentó, teníamos 16 años, desde ese día no nos separamos nunca más”.
Al cumplir la década de novios -Carolina recibida de fonoaudióloga y Nahuel de abogado- decidieron dar el siguiente paso: se mudaron juntos. “En esa convivencia se hablaba mucho del casamiento, pero eran charlas que no se concretaban… hasta el año pasado”.
Carolina, que también ejerce como profesora de la Universidad de Rosario, llegó una tarde a su casa después de un largo de día de trabajo y se encontró con una sorpresa. “Abrí la puerta y Nahuel estaba vestido de traje, y ahí nos comprometimos formalmente”.
Desde esa fecha empezaron a soñar con la gran boda, con una ceremonia al aire libre, catering, música, cotillón y mucho más. “Quisimos hacerla al aire libre, por eso la fecha era el 21 de marzo, además era fin de semana largo. La idea era hacer algo distendido, en pleno atardecer con livings y buena música. El lugar elegido fue un salón de campo de Rosario”.
El gran festejo convocaba a 170 personas, amigos y familiares “nadie por compromiso”. Muchos de los invitados venían de Europa, especialmente de Barcelona y Londres. “Tengo familia allá, tíos y primos, venían especialmente para compartir con nosotros este día especial, ni hablar mi testigo, Guillermina que hace años que vive en Alemania”.
Las semanas previas, la ansiedad escalaba. “La cabeza me volaba a mil lugares. Me organizaron siete despedidas de soltera, tengo distintos grupos de amigos, estuve en Carlos Paz, Funes, Villa General Belgrano... el sábado 14 iba tener la octava”.
El 11 de marzo el COVID-19 fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Ese día empezó la locura. Es increíble cómo podés pasar de la felicidad a la tristeza en segundos. No sabíamos qué hacer”.
Con el precedente de la situación en Europa, el 13 de marzo, Carolina envía a toda lista de invitados la inevitable noticia. El mensaje fue corto y conciso: “'Se suspende el casamiento hasta próximo aviso’. No quería recibir llamadas ni hablar con nadie, lloré durante días. Estaba todo listo y pago”.
La pareja supo que era la mejor decisión, aunque no por eso menos dolorosa. “Mis familiares en España me comentaba cómo se iba dando todo allá, y la verdad que sentí un alivio en suspender el casamiento por el riesgo de contagio, y además porque la gente iba a pasarla mal con paranoia y psicosis por un posible contagio. Esa no era la boda que quería”.
Nahuel somatizo la situación y hace una semana que tiene paperas. “Él me contuvo tanto que ahora yo lo cuido a él, así que evidentemente esta fecha no tenía que ser”.
Mientras digerían la frustración de no poder llevar a cabo el festejo, el gobierno argentino decretó la cuarentena total. “Por ahora, porque esto cambia todos los días, la nueva fecha es el 9 de enero de 2021”.
La luna de miel planeada a India y Maldivas, también está en modo pausa. El vestido de novia seguirá colgado en el atelier de las diseñadoras de It Dress. Y en su casa guarda todo el cotillón para el carnaval carioca y las bebidas para la fiesta.
Pero el 21 de marzo, el día del ‘sí’, no hubo boda tradicional en pleno atardecer de otoño, pero los novios organizaron su festejo... pero virtual.
“El sábado me levanté con un día a pleno sol, me dio un poco de bronca, porque dije ‘encima me tocaba el clima ideal’. Decidí dejar de lamentarme y le propuse a Nahuel hacer unos videos: nuestra ceremonia, el vals y un brindis. Lo compartimos con amigos y la respuesta fue una catarata de fotos y mensajes increíble”.
Los invitados se sumaron a la falsa boda virtual con bailes, brindis e inclusive el momento del ramo. “Abrimos uno de los espumantes y cervezas, nos pusimos parte del cotillón stockeado… por un rato nos olvidamos de toda esta locura”.
La idea de subirlo a las redes -que para sorpresa de la pareja se hizo viral- fue de Florencia, la hermana de Carolina, que se encargó de organizar la boda “real”. “No pensé que se iba a viralizar. Todavía me sigo riendo de las reacciones de todos, nos llenaron el alma de amor”.
Carolina y Nahuel siguen al pie de la letra su cuarentena total, mientras están expectantes al 9 de enero. “Todos los invitados nos confirmaron la presencia. Nos dijeron que les encanta la nueva fecha, así que en uno meses te cuento”.
Lejos de perder el sentido del humor, hace una pausa y remata. “Después de esta experiencia nunca más hago un plan”.
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